La información presentada por la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa y Enfermedades Prevalentes consignó que le están “iniciando juicios por reclamos de un grupo de trabajadores en varios rubros laborales” por unos $ 82 millones, más actualizaciones e intereses.
El Fondo Nacional de Recursos, que financia procedimientos médicos de alta especialización y medicamentos caros, informó un resultado positivo de $ 362 millones en el ejercicio anual cerrado a setiembre de 2018, más del doble que el anterior.
La Liga Uruguaya contra la Tuberculosis registró un superávit de $ 7,4 millones y tenía a fin de 2018 un patrimonio por un monto similar.
Desarrollo e investigación
El balance de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) expuso ingresos 7% por debajo de lo presupuestado y gastos 3% menores, al atrasarse algunos proyectos a los que prestó servicios y por ahorros en electricidad. Informó que enfrentó multas y recargos por pagar fuera de plazo las retenciones de IRPF al personal del Fideicomiso del Sodre.
La Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) pasó de números rojos en 2017 a un balance positivo de $ 2,6 millones en 2018. Lo opuesto se dio en el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba); su resultado el último año fue negativo en $ 2,3 millones.
Los gastos en proyectos de innovación e investigación de la ANII aumentaron en su último ejercicio al comparar con 2017, lo que llevó a un deterioro en el resultado de dicha agencia especializada en promover acciones en esas áreas, que aun así, dio un superávit de $ 51 millones.
De la auditoría a los estados contables de la Fundación Ceibal surge que, además de donaciones del Plan Ceibal y del International Development Research Center, percibió ingresos por servicios de asesoramiento acerca de las “percepciones sobre ciudadanía digital en estudiantes, docentes y padres en centros educativos en México”.
El Laboratorio Tecnológico (Latu) financia sus actividades con un impuesto de tres por mil sobre las exportaciones no tradicionales, y con la prestación de servicios. En 2018 tuvo un superávit por $ 194 millones, algo mayor que el ejercicio anterior ($ 179 millones).
Sectoriales
El Instituto Nacional de la Leche (Inale) arrojó un resultado global negativo de $ 18,6 millones en 2018, casi cuatro veces superior que en el ejercicio previo. Tuvo menos ingresos y creció su costo operativo.
Los auditores del balance del Instituto Nacional de Semillas (Inase) explicaron en las notas al balance de 2018 que “factores de mercado afectaron el nivel de actividad del sector impactando en los ingresos, que no alcanzaron a cubrir los costos”. Por esa razón, el Inase debió desprenderse de parte de la cartera de inversiones.
El Instituto Nacional de Logística (Inalog), cuyo principal ingreso fue una partida presupuestal de $ 23,3 millones, dio un superávit de $ 964.684, que respecto a 2017 aumentó en gran medida por la exposición contable de la inflación en ese ejercicio.
El Instituto Nacional de Carnes entregó un balance del primer semestre de 2018 con un resultado positivo de $ 50 millones.
El Instituto Uruguay XXI gastó el año pasado $ 13,2 millones en “promoción de exportaciones”, $ 8,5 millones en impulsar las inversiones y una cifra similar para desarrollar la “marca país”. El presupuesto destinado a “eventos internacionales” superó los $ 21,5 millones. El resultado del ejercicio fue positivo en $ 13,6 millones, más del doble que el obtenido en 2017.
Los ingresos operativos del Instituto de Regulación y Control del Cannabis fueron casi en su totalidad por licencias para producción y distribución de marihuana para su venta en farmacias ($ 17 millones), aunque también percibió $ 214.572 por multas a clubes canábicos y $ 79.417 por el registro de operadores del rubro.
De las notas al balance de la Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones (Impo) auditado por CPA/Ferrere surge que a fines de 2018 tenía contabilizado como pérdida un depósito a plazo fijo en el ex Banco de Montevideo por US$ 765.955.
La Caja Notarial fue deficitaria en más de $ 600 millones el año pasado, lo que considerando su resultado integral supuso una mejora frente al año previo. De la información presentada surge que 562 escribanos activos –en un total de 7.668 afiliados— estaban atrasados en sus contribuciones; los jubilados y pensionistas eran casi 3.000.
Sociales
A la CGN llegó información de varias organizaciones civiles sin fines de lucro que reciben fondos públicos o algún tipo de subvención directa o indirecta. Muchas tienen una contabilidad básica.
El Abrojo informó un superávit neto de $ 309.148 a fines del año pasado.
La contabilidad del Movimiento de Mujeres de San Carlos expuso un déficit de $ 461.115; también las asociaciones Querer la Vida ($ 144.675) y de Diabéticos de Durazno ($ 40.726).
Ingresos provenientes del INAU y del Banco de Previsión Social fueron los principales recursos operativos de la Fundación Instituto Psicopedagógico Uruguayo, y sumados a otros, más que cubrieron los gastos del ejercicio. El resultado fue de $ 826.354.
La Fundación Liceo Jubilar Juan Pablo II se financió básicamente a través de donaciones que el año pasado totalizaron poco más de $ 40 millones. El parque eólico Luz de Loma S.A., Cibeles, la empresa vinculada a shoppings Alian S.A. y la compañía de ómnibus COT fueron los mayores donantes —todas por más de $ 1 millón— con beneficios fiscales. El resultado del ejercicio de esa entidad educativa fue superavitario en $ 3,3 millones.
El programa Salir Adelante de la B’nai B’rith recibió donaciones con exoneraciones impositivas por $ 3,7 millones durante 2018. Los aportantes fueron 17 empresas.
La Fundación Chamangá, que otorga becas a jóvenes estudiantes, expuso en su contabilidad un superávit de $ 1,6 millón al cierre de 2018.
En el caso de la Fundación Winners, que promueve el deporte, los aportes de organismos públicos fueron su principal ingreso ($ 1,2 millones); el ejercicio cerró con un superávit de casi $ 70.000.
La Asociación Uruguayo-Catalana carecía de pasivos, por lo que su patrimonio declarado ascendió a fines del año pasado a unos $ 168.000. Ese fue, también, su resultado neto.
La información contable del Pequeño Cottolengo Don Orione Masculino detalla cada una de las compras y su número de factura –medicamentos e implementos ópticos, principalmente— efectuadas durante 2018.
La Asociación Honoraria de Salvamentos Marítimos y Fluviales, creada en 1955, se financió básicamente a través de colaboraciones de privados y subvenciones pagadas mensualmente por el Ministerio de Defensa. En 2018 Ancap le cortó las donaciones de combustibles, según se desprende de las notas al balance.
En el ejercicio anual cerrado en marzo de 2019, la Asociación Patriótica tuvo un déficit de $ 41.020. Su balance está acompañado por un inventario donde consigna el valor de su sede ubicada en la calle Vázquez, entre Colonia y Mercedes, así como de todo el mobiliario y equipamiento. Menciona, por ejemplo, un busto de bronce de Artigas ($ 2.500) y otro de Lincoln de yeso ($ 2.000), además de un piano vertical Kohler & Campbell con taburete ($ 8.000).
El “importante aumento” de los ingresos en el último ejercicio que logró el Fondo Nacional de Música obedeció básicamente a los megaespectáculos de Phill Collins y Roger Waters, consignó en la información presentada a la CGN. Sus gastos crecieron por debajo de la inflación. Y financió un total de 226 proyectos el año pasado.
En abril pasado, la Comisión del Fondo Nacional de Teatro entregó números cerrados a fines de febrero: su patrimonio rondaba el millón de pesos y registró un resultado negativo en $ 721.884 en el ejercicio.
Adjunto a sus números básicos de 2018, el Centro Educativo para Niños Autistas Young envió en abril una carta a la CGN clamando por ayuda. Contó que el establecimiento es atendido mayoritariamente por familiares, con una sola maestra y en un horario que debió ser restringido “¡porque los recursos económicos son escasos!”.
Recuadro de la nota
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Economía
2019-07-25T00:00:00
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