“Aquí se acabó el pasado colonial. Aquí se acabó el neoliberalismo. Aquí se acabó el latifundismo. Mandaremos y gobernaremos como nos pide el pueblo boliviano, y el pueblo ha refundado Bolivia”.
“Aquí se acabó el pasado colonial. Aquí se acabó el neoliberalismo. Aquí se acabó el latifundismo. Mandaremos y gobernaremos como nos pide el pueblo boliviano, y el pueblo ha refundado Bolivia”.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa frase del presidente Evo Morales resume un proceso de reforma constitucional que en 2009 contó con un respaldo del 60%. En las zonas campesinas, el texto que creó el “estado plurinacional” logró hasta 82% de apoyo.
En Uruguay, un país que no tiene un factor étnico de peso y que además está más alejado del “socialismo del siglo XXI” iniciado por el ex presidente de Venezuela Hugo Chávez, comenzó este año el tercer gobierno del Frente Amplio con un texto constitucional votado hace casi 50 años durante una administración encabezada por el Partido Colorado y frente al cual la izquierda presentó una propuesta alternativa.
La mayoría de los dirigentes del oficialismo, si bien están abiertos a una reforma, no han puesto el pie en el acelerador, primero porque antes está la batalla del Presupuesto y además porque no se han puesto de acuerdo.
El ministro de Economía y líder de Asamblea Uruguay, Danilo Astori, ni siquiera ha tenido el tema en su agenda.
Las pujas por reelegir a Tabaré Vázquez —mediante una cuestionada reforma al estilo de la intentada por Jorge Pacheco Areco en 1971— terminaron al promediar su primer gobierno en un rotundo fracaso.
No obstante, durante la última campaña que lo convirtió en jefe de Estado por segunda vez, pero en forma no consecutiva, Vázquez se pronunció a favor de impulsar una reforma.
“Hoy la Constitución que tenemos no es para un modelo de país que es el que pensamos nosotros”, dijo durante una reunión de la Mesa Política en marzo de 2013 (Búsqueda Nº 1742).
En base a su experiencia como gobernante y candidato, Vázquez se pronunció en particular por reducir el maratónico ciclo electoral dispuesto por la reforma de 1997 que comienza con las elecciones internas y termina casi un año después con las departamentales.
En cualquier caso, el Frente Amplio recién está en medio de una discusión para decidir si el año próximo se lanza a las bravas aguas de una reforma y por qué vía.
El cuestionamiento de la propiedad privada sobre los medios de producción formulado por Carlos Marx en el siglo XIX parece estar guardado en una segura caja fuerte. El Frente Amplio, explicó a Búsqueda el coordinador de la comisión de reforma constitucional, Eleazar de León, propondría apenas un modesto cambio en el artículo de la Carta que dice que la propiedad privada es “un derecho inviolable”. En lugar de eso, el texto diría que “la propiedad es un derecho fundamental en relación a bienes necesarios para una vida digna y autónoma”.
Para De León, la sola discusión de este punto tiene “una faceta interesante” para “desmitificar el asunto de la propiedad si se quiere ir a una sociedad moderna”.
El representante del Movimiento de Participación Popular (MPP) Alberto Castelar dijo que uno de los puntos a discutir es reconocer en la Constitución “otras formas de propiedad que ya existen”, como las cooperativas.
Más allá de este aspecto, el MPP apoya el proceso de reforma pero reconoce, según Castelar, que la de 1967 “es una buena Constitución, que necesita ajustes” e incorporar “nuevos derechos”, como la negociación colectiva y las nuevas formas de familia.
El sector mayoritario del FA opina que la eventual reforma se debe dar “en un gran debate nacional, para que la sociedad se apropie y no quede entre cuatro paredes” y por lo tanto apoya que una eventual reforma se haga mediante el mecanismo de iniciativa popular, uno de los cinco posibles, según la propia Constitución.
Hasta ahora, tres sectores del FA han presentado por escrito sus ideas de reforma: el Partido Socialista (PS), el MPP y el Nuevo Espacio.
En los próximos días lo harán el Partido Comunista (PCU), la Vertiente Artiguista, el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) e Ir, entre otros.
El PS, dijo a Búsqueda el dirigente Manuel Laguarda, aún sin salir del actual sistema presidencialista, quiere reflotar la vieja idea unicameral de su fundador Emilio Frugoni.
“Los regímenes parlamentarios o son unicamerales o la segunda cámara tiene un carácter más consultivo o protocolar y menos poder de decisión”, explicó Laguarda, y agregó que “nos inclinamos por el unicameralismo, al que vemos más cercano a una concepción democrática radical”.
La norma vigente, aunque en teoría es un híbrido entre parlamentarismo y presidencialismo, en realidad es más lo segundo. Como prueba de lo difícil que es censurar a uno o varios ministros está el solitario ejemplo de Jorge Peirano Facio, en la era del pachequismo.
El carácter presidencialista del contrato social que rige a Uruguay está asegurado, entre otras cosas, por lo difícil que es llevar a un juicio político a un gobierno y lograr convocatoria a nuevas elecciones. En el caso de la censura a Peirano, a pesar de las amenazas de Pacheco, algunos de los propios legisladores oficialistas no votaron la disolución para no poner en juego sus bancas.
El sistema unicameral no garantiza un mejor funcionamiento del Parlamento, pero agilita el proceso. Tanto Frugoni como el constituyente colorado José Ellauri querían un sistema unicameral, pero quedaron en minoría, explicó el ex catedrático de Derecho Constitucional y ex senador socialista José Korzeniak, quien tiene una postura poco reformista (ver recuadro).
El ex subsecretario de Educación Felipe Michelini, que preside la comisión del FA, explicó que su sector, el Nuevo Espacio, hizo una propuesta que busca actualizar la carta magna en los aspectos dogmáticos y por otro lado acordar con el resto de los partidos por separado ciertos cambios en el plano electoral.
Estos últimos van en la línea de separar en el tiempo las elecciones departamentales de las nacionales y eliminar el balotaje para el caso de que uno de los partidos obtenga mayoría parlamentaria.
Michelini dijo a Búsqueda que su sector propone incorporar como temas: derechos humanos, transparencia y ética y ciudadanía, así como también reforzar el papel del Poder Judicial y del parlamento ante el Poder Ejecutivo, aunque a diferencia del PS no está de acuerdo con un sistema unicameral.
En efecto, la propuesta de los socialistas tiene dos peculiaridades: considera que la mejor vía es convocar a una Convención Nacional Constituyente, una de las cinco que habilita el artículo 331 de la carta (en general se habla de cuatro porque no se tiene en cuenta que el literal A incluye dos vías diferentes) y propone crear una sola cámara de 120 miembros para agilitar el proceso legislativo.
El pequeño y novel sector Ir —que esta semana presenta su propia propuesta que incluye eliminar del texto la parte que exonera de impuestos a los templos religiosos— se inclina por la idea de procesar la reforma por iniciativa popular (10% de los electores y referéndum simultáneo con las elecciones), antes que recurrir a la farragosa instancia de elegir 260 convencionales que discutan y aprueben un nuevo texto en el plazo de un año. Ir ve con buenos ojos la idea del Nuevo Espacio de acordar de forma separada con la oposición el escenario electoral.
La mayoría de los frentistas apoya incluir el voto en el exterior, aunque no todos están de acuerdo en que esto sea materia constitucional.
El diputado del Movimiento Nacional de Rocha Rodrigo Goñi se pronunció en contra de “todo intento de embarcar al país en el ejercicio caprichoso de diversos sectores del Frente Amplio que no presentan ninguna justificación sobre la urgencia y necesidad de reformar la Constitución”, según informó el miércoles 1 “El País”.
Su colega Pablo Iturralde, de Alianza Nacional, sin embargo, considera que en lugar de decir “no” a la propuesta del FA hay que presentar una alternativa e incluso está dispuesto a considerar el caso del voto desde el exterior.
“No hay que marchar al ritmo del Frente sino tener propuestas propias como la descentralización de los recursos y el contralor del Poder Ejecutivo”, explicó a Búsqueda.
Iturralde, que está de acuerdo con procesar cambios en el régimen electoral, convocó ayer miércoles con la agrupación 430 a un panel sobre la reforma en la departamental de Montevideo en la Plaza Matriz, en el que hablaron varios expertos, entre ellos el ex ministro de la Suprema Corte de Justicia Leslie van Rompaey y el ex ministro del Interior Juan Andrés Ramírez (ver recuadro).
Los colorados también se han puesto en marcha con cautela para estudiar el tema. El senador Ope Pasquet, que integra una comisión designada al respecto, explicó que a priori “no hay urgencia para una reforma” y al mismo tiempo se expresó por “esperar cuál es la propuesta del Frente Amplio”.
En el libro “La Constitución uruguaya de 1967. Balance y perspectivas” editado por la Universidad Católica bajo la coordinación del profesor Martín Risso, el ex presidente Julio Sanguinetti sostuvo que no advierte “reformas indispensables”. “No veo razones suficientemente trascendentes para intentar otra reforma”, dijo, y opinó que “toquetear demasiado la Constitución no es buena práctica”.
En el mismo libro, el ex presidente blanco, Luis Lacalle, sin embargo, consideró “necesario y urgente” admitir la acumulación por sublemas de Diputados que estén unidos por un sublema senatorial. También dijo que “la separación en el tiempo de las elecciones municipales ha roto con la sana tradición nacional de votar a todas las autoridades el mismo día”.
Entre los cambios en la Carta, propuso “adecuar el número de ediles a los diferentes departamentos” y “eliminar a los alcaldes”.
La próxima sesión del Honorable Directorio blanco estará dedicada al tema.