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A fines de 1970, Neil Young tenía 25 años, venía de editar su tercer disco solista, “After the Gold Rush”, estaba en su mejor condición vocal y creativa, y se resistía a convertirse en un objeto de masas. Por eso desoía a los ejecutivos y actuaba solo, en boliches y pequeñas salas, acompañado por su guitarra y al piano. Una de esas noches tocó en el Cellar Door, un mítico club de jazz, blues, rock and roll y stand up comedy de Washington DC.
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Gracias a estas 13 pistas que se incorporan a la interminable Neil Young Archives Performance Series, podemos saber que fue un concierto hermoso, que combinó temas de sus inicios, clásicos de Buffalo Springfield (la banda que formó junto a Stephen Stills y Richie Furay) y otros que aparecerían en su obra posterior. Escuchar “Only Love Can Break Your Heart”, “Birds”, “Down By the River” o la increíblemente bella versión desnuda de “Cinnamon Girl” son la mejor prueba de que su talento para crear canciones es tan inmenso como atemporal. Es tremenda la introducción a “Flying On the Ground Is Wrong”, cuando pasa sus dedos por las cuerdas del piano para crear el clima misterioso y alucinógeno de la canción, que según sus palabras “es sobre lo que le pasa a uno cuando le pega la marihuana... y lo que le pasa a tu novia”.
Poco después, en febrero de 1971, cuando su Journey Through The Past Solo Tour lo llevó a Londres, grabó un recital para la serie televisiva In Concert de la BBC, de una intensidad pocas veces oída en registros de esta época, no solo por la excelente fidelidad del audio sino por la potencia de la interpretación y la acústica de la sala, audiblemente óptima. La armónica de “Out On the Weekend” suena como un órgano de iglesia; la suave introducción de ese himno a la vida llamado “Old Man”, que desemboca en los primeros versos; los comentarios previos a “Love in Mind”, cuando explica que la compuso en Vancouver, al despertar en un hotel de carretera luego de hablar por teléfono con su amada y preguntarse “qué estoy haciendo aquí? Muchos momentos mágicos en solo ocho canciones.
Quienes conozcan el estupendo “Live at Massey Hall 1971”, grabado pocos meses después de estos dos conciertos y editado en 2013, sabrán de qué se trata oír bien de al lado a este canadiense que desde hace casi medio siglo no para de erizar, inspirar, influir y embellecer el aire con sus melodías apasionadas.