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    Celíacos ya no estarán impedidos de ingresar a la carrera militar

    “No consumir harinas TACC no puede ser en el siglo XXI un impedimento para el desarrollo profesional”, argumentó el ministro de Defensa, Javier García, que hará una revisión de todos los factores excluyentes para evitar “discriminación”; personas con malformaciones o acné severo, caída de pelo grave, albinas o tartamudas no pueden acceder a la Escuela Militar

    La lista de requisitos para ingresar a la Escuela y al Liceo Militar es extensa. No pueden entrar quienes tengan VIH, los que sobrepasan ciertas medidas de peso y altura, los que sufren de ansiedad, tienen fobias o son tartamudos. Tampoco los que cuentan con tatuajes visibles ni sufran de colon irritable. Hasta noviembre, la lista, que contiene más de 40 limitantes, excluía también a la población celíaca.

    Sin embargo, el Ministerio de Defensa Nacional aprobó el 18 de noviembre un decreto que habilita el ingreso de los jóvenes que padezcan la enfermedad digestiva, que se caracteriza por dañar el intestino delgado y desarrollar una intolerancia al gluten.

    El documento indica que la Escuela Militar deberá adaptar sus establecimientos para garantizar el acceso y las condiciones básicas que necesita un celíaco. Antes de ingresar, el alumno deberá informar a los superiores, realizarse un examen médico y seguir una alimentación libre de gluten, para la cual se le proveerá un menú distinto.

    El decreto modifica un reglamento aprobado el año pasado que prohibía el ingreso a las personas celíacas. Y es la respuesta a una inquietud que el ministro, Javier García, anunció en mayo, cuando dijo que pretendía eliminar este requisito porque era una limitante “injusta” que causaba “discriminación”.

    “Nos parece absolutamente injustificado y no corresponde que una persona que no pueda comer gluten no pueda entrar a estudiar”, señaló en conferencia de prensa. Así, ordenó la revisión de la “extensísima” lista de patologías que limitan el ingreso y priorizó la eliminación de la celiaquía como “problema”.

    Consultado por Búsqueda, García dijo que el decreto responde a la “equidad” de derechos. “No consumir harinas TACC no puede ser en el siglo XXI un impedimento para el desarrollo profesional”, afirmó.

    La iniciativa fue recibida con “alegría” por la Asociación Celíaca del Uruguay (Acelu), que se reunió con García con el objetivo de coordinar clases de capacitación para las Fuerzas Armadas. “Realmente es muy agresivo que no puedas seguir una profesión, tu sueño o vocación porque genéticamente tenés una intolerancia”, dijo a Búsqueda su presidenta, Susana Tchekmeyan. “Se trata de intercambios sencillos para que entiendan qué es la celiaquía y la importancia del momento de la preparación de los alimentos y de compartir la mesa en las misiones”, añadió.

    La inclusión de los celíacos en la sociedad uruguaya es un tema que preocupaba al ministro desde hace tiempo y, por eso, fue tomado como prioridad en los cambios de la reglamentación en futuros alumnos de las Fuerzas Armadas. En el Ministerio de Defensa la medida no fue recibida con sorpresa ya que hace dos años, como senador, García había propuesto en el Parlamento introducir exoneraciones tributarias en los alimentos sin gluten para que los productos no impidan el acceso a quienes sufren celiaquía.

    En la Cámara de Senadores, incluso, envió una minuta para que el Poder Ejecutivo, junto con los ministerios de Salud Pública y Economía, atendiera las dificultades en la compra de alimentos que suelen ser más caros y afectan a unas 30.000 personas en Uruguay. “Como legislador y como médico, Javier siempre tuvo un contacto frecuente y cercano con nosotros”, señaló la presidenta de Acelu.

    Condiciones

    Para entrar a la Escuela Militar hay que ser ciudadano natural o legal con 3 años de ejercicio, no haber cumplido 22 años si se aspira a tener un cupo en el Cuerpo de Comando ni 36 años si se pretende realizar el curso de apoyo de Servicios y Combate. El postulante debe haber aprobado sexto o quinto año de cualquier orientación. En el segundo caso, la Escuela Militar se encarga de que el alumno complete el bachillerato.

    Sin embargo, no es un trámite sencillo. Además de cumplir con la edad, se debe realizar un examen médico que incluye un diagnóstico clínico general, de laboratorio, radiológico, antropológico y toxicológico. También hay que presentar un análisis oftalmológico y, en caso de ser mujer, un estudio ginecológico completo.

    Está explicitado que no pueden presentarse quienes tengan un cuerpo “desproporcionado” ni una malformación. Tampoco está permitida la entrada a los que sufran de un acné severo, ni quienes sean albinos, ni quienes tengan alopecias patológicas crónicas, es decir, los que sufran de una caída de pelo grave, ni los que tengan cicatrices que dificulten o afecten su posible función en la escuela.

    La ausencia o pérdida parcial o total de un dedo de cualquier pie también es una causa de inaptitud siempre y cuando interfiera en la realización de las pruebas de ingreso. Lo mismo ocurre con el pie plano, el asma mal controlado y las várices.

    No pueden ingresar quienes sufren de colon irritable o enfermedades congénitas, adquiridas o crónicas del hígado. Ni los que tengan problemas crónicos en los ojos, sus anexos y vías ópticas. Todos los candidatos deben presentar el tipo de lentes que usan de forma cotidiana para ser analizados por el tribunal médico que realiza y estudia el examen. Los aspirantes deben tener un buen oído y no pueden ser tartamudos. Tampoco ser anémicos. Asimismo, deben tener un mínimo de 20 dientes “perfectamente” sanos sin contar con aplicaciones protésicas.

    Una vez que reúnen las condiciones en los exámenes médicos y odontológicos, los aspirantes tienen que rendir una prueba de aptitud física que cuenta con instancias de natación, abdominales y carreras, entre otras.

    En el caso de los suboficiales, este examen incluye una prueba de “autoconfianza” donde deben dar un salto desde un trampolín al agua a una altura de 4 metros. Los últimos pasos para cumplir con la prueba de admisión es aprobar un examen de idioma español, matemáticas e historia.

    El Instituto Nacional de Derechos Humanos (Inddhh) concuerda en que el cambio en la legislación es una señal “positiva”. De todos modos, aún falta: “Es un avance. Pero nosotros habíamos hecho un listado muy largo donde se veían situaciones de discriminación por circunstancias que no eran definidas por las personas”, dijo a Búsqueda la directora del instituto Mariana Mota. “Me parece bien que se bajen barreras, pero faltan muchas otras”, añadió.

    Además de eliminar la celiaquía como un motivo excluyente, el Ministerio de Defensa está realizando un análisis “exhaustivo” para estudiar qué otras condiciones obligatorias deben de reverse para evitar situaciones de discriminación.