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Es una obra de referencia para todo aquel que se interese por lo ocurrido en el ambiente montevideano del canto lírico en los 100 años que van desde 1900 a 2000. La ópera en Montevideo en el siglo XX (Artemisa Editores, 2014), de Antonio Lagatta Mazzeo (Montevideo, 1937), se compone, hasta el momento, de tres tomos que abarcan 10 años cada uno, hasta 1930. La obra se completará con siete tomos más que llegarán al año 2000. Un proyecto complementario posterior ingresará al siglo XIX, desde 1830 hasta diciembre de 1900.
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El autor recurrió a los archivos del Sodre para informarse por el período 1931-1971. Para los demás teatros y los años restantes de investigación, los datos se obtuvieron en la Biblioteca Nacional, consultando día a día los diarios El Siglo, La Nación, El Telégrafo Marítimo, El Día, La Tribuna Popular, El Bien Público, El País, La Mañana, El Diario y la revista Montevideo Musical.
Se informa exhaustivamente de cada uno de los espectáculos no solo de ópera sino también acerca de misas, réquiems y obras sinfónico-corales. Las salas donde se desarrollaron los espectáculos fueron el Teatro Politeama, el Teatro Cibils (desaparecidos en 1919 y 1912 por incendio), el Victoria Hall (hoy Teatro Victoria), el Urquiza (hoy Auditorio Adela Reta), el Solís, el Artigas y el 18 de Julio (estos dos últimos hoy desaparecidos) y los escenarios de verano del Parque Rodó y del Parque Rivera.
La obra muestra una copiosa actividad lírica con cantantes nacionales y compañías extranjeras de la vecina orilla y de Europa, que visitaban asiduamente nuestra ciudad. Hay un notorio descenso en la actividad del año 1904, cuyo último espectáculo fue el estreno de Madama Butterfly, de Puccini, el 25 de agosto. El silencio por el resto de ese año denuncia la turbulencia política que culminaría pocos días más tarde con la muerte de Saravia en la batalla de Masoller.
Año a año, mes a mes y día a día, el autor nos informa de cada representación, de cada elenco, muchas veces con fotos de los cantantes más famosos, del idioma en que se cantó (era común que las óperas francesas y alemanas se cantaran en italiano). Por si todo esto fuera poco, al final de cada tomo hay tres índices: uno de óperas representadas, sus autores y los años en que subieron a escena; otro de conciertos o recitales, con el nombre del cantante, cuerda vocal y años en que actuó y otro más general de nombres citados.
Hay también algunos apuntes jugosos: en junio de 1923, con motivo de la representación de Rigoletto en el Teatro Urquiza, se transcribe una nota de la dirección del teatro que denuncia la insólita actitud de la soprano María Javor Varnay, que a último momento no se presentó a hacer el papel de Gilda “…pretextando una enfermedad que no pudo ser constatada por los médicos del teatro”. A continuación se da cuenta textual de la aclaración pública de la soprano, que entre sus descargos señala que fue visitada por el profesor Dr. Manuel Quintela, quien certificó su imposibilidad de cantar, “que data de varios días”.
Otro señala que en el marco de la visita de la Compañía Española de Comedias y Sainetes Juárez-San Juan, en 1927, actuó del 1º al 24 de abril como “fin de fiesta” Carlos Gardel, acompañado por sus guitarristas José Ricardo y Guillermo Barbieri, y luego que la revista Comedia, en su Nº 23 del 1º de mayo, informó que “… gracias a las canciones criollas de Gardel, se ha salvado la temporada de la Compañía Española. Así se escribe la historia!”.