• Cotizaciones
    lunes 16 de junio de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Colorados que no votan a Lacalle Pou

    Sr. Director:

    Vivir con miedo a Lacalle.

    En tiempos electorales, los medios de comunicación se saturan de mensajes emocionales, los candidatos hacen debates en los que no discuten, se le da la mano a un paisano para subir la foto en redes sociales, se combaten enemigos inexistentes… Nunca los ciudadanos se parecerán tanto a aquellos hombres de la caverna que nos cuenta el filósofo. Aquellos que encadenados veían las sombras en la roca como si ellas fueran la realidad misma. Acaso porque una campaña electoral se trata precisamente de eso: sombras proyectadas en el imaginario ciudadano.

    Si pudiéramos salir de la caverna, lo primero que haríamos sería plantearnos las preguntas que se ocultan en la penumbra. La primera cuestión nos la plantea nuestro propio candidato, Ernesto Talvi, cuando dice que él le ganaría con mayor holgura al Frente Amplio en un balotaje. ¿Por qué hace una afirmación tan rotunda y tantas veces reiterada? La respuesta no está en las veleidosas encuestas. Digámoslo claro y fuerte: lo que Talvi está diciendo es que muchos colorados no votaremos a Luis Lacalle Pou. Después de un largo tránsito en el que no se escatimó esfuerzo alguno para llevar al Partido Colorado al balotaje, para elegir a una nutrida bancada batllista, sin Talvi en carrera, muchos colorados no votaremos a Lacalle Pou.

    Eso es lo que Talvi dice y habla con razón.

    Básicamente, hay tres motivos por los que los colorados tomarán esa decisión. La causa tradicional: muchos batllistas se sienten lejanos de los planteos neoliberales del Herrerismo. La causa local: en el interior del país, en departamentos importantes, están hartos de las intendencias blancas. Suponen que un triunfo de Lacalle Pou los condenará irreversiblemente a volver al angustioso papel de “furgón de cola” de los blancos. La tercera y la más claramente expresada: por miedo.

    Esta última causa hace imperioso reflexionar acerca del papel del Partido Colorado en noviembre para el caso de ser “los terceros en discordia”. Es una situación difícil en la que es imperioso pensar seriamente en el país. Primero está el Uruguay, como tanto le gustaba decir a Jorge Batlle. Si el Partido Colorado, por acto reflejo, verbigracia “familias ideológicas”, apoya a Lacalle Pou, seremos –según sus dichos- socios en una gran coalición. Y esa gran coalición es la madre de todos los temores. El planteo original de Talvi era mucho más razonable que el de Lacalle Pou: un amorfo rejunte, la famosa colcha de retazos que le endilgábamos al Frente Amplio. Pero no hay que olvidarse que al Frente Amplio le llevó 34 años afinar su coalición. Lacalle Pou sostiene que esto lo conseguirá en un mes.

    El gobierno tendrá al Partido Nacional dividido en tres grandes sectores. Es claro que Lacalle Pou y el Herrerismo serán los que llevarán el timón. El sector de Jorge Larrañaga propuso una reforma constitucional con grandes chances de salir aprobada. Lacalle Pou no ha respaldado dicho proyecto. Habrá que ver si está dispuesto a implementar muchas de las cosas que esa reforma implica y hasta dónde llegarán las demandas de Larrañaga. Luego se sumarían aquellos sectores que podrían llegar al senado. Novick y su errático rumbo. El Partido Independiente resistiendo la participación de Cabildo Abierto. Y finalmente, ya de manera indudable, el partido liderado por Guido Manini Ríos, de clara raigambre corporativista, tendrá también su lugar en la mesa.

    En esa mélange estaría el Partido Colorado. El gobierno de Lacalle Pou tendrá un cimiento fragmentado que lo obligará a un estado de permanente negociación e incertidumbre. Ese cimiento tendrá sobradas oportunidades para temblar. El Herrerismo plantea de salida una ley de emergencia. Quienes han leído su programa y escuchado los precavidos anuncios de su candidato saben que allí habrá recortes importantes y cambios que resultarán impactantes para el Estado. En el momento que se vote el presupuesto tendrá que atender las demandas corporativas de Cabildo Abierto. Es impensable el concurso de esa fuerza en la coalición sin que se le atienda la causa primordial de su existencia. Entonces en las calles el PIT-CNT reclamará más presupuesto para salud, vivienda y educación. La gran coalición habrá puesto frente a frente a las dos corporaciones más poderosas del Uruguay: los militares y los sindicatos.

    Un gobierno acorralado nos espanta.

    Un pequeño país modelo necesita vivir en paz.

    La alternativa al escenario “familiar” es otro gobierno del Frente Amplio. No vamos a contarle a Ernesto Talvi lo que supone –tan siquiera- darle el carácter de posibilidad a esa alternativa. Basta recordar la reacción que él generó cuando se definió como progresista o cuando reconoció a Gustavo Leal como un experto valioso. Abordemos pues esta posibilidad con prudencia. En el caso de darse un triunfo del Frente Amplio sin la mayoría absoluta, ese partido será muy distinto al que hoy conocemos. El proceso de renovación que inexorablemente modificará sus liderazgos -aunque no asegure cambios en su accionar político- lo transformará definitivamente en un partido tradicional. Para que suceda esto y para garantizarle la paz al país, es imprescindible la presencia de un socio crítico. El Frente Amplio, sin la mayoría absoluta, deberá ajustarse a las condiciones determinadas por el acuerdo con un partido ajeno al frenteamplismo.

    Los colorados, con más de un siglo de gobierno, hemos vivido en la jaula de hierro de Max Weber. No hemos dudado jamás respecto a nuestras responsabilidades. Hemos cultivado esa ética desde siempre. ¿Y cuál es hoy nuestra responsabilidad? ¿Qué papel jugaríamos en un nuevo gobierno del Frente Amplio? Garantizar la paz y garantizar la gobernabilidad. Esa es nuestra responsabilidad histórica y debe plantearse públicamente por una razón de honestidad. No vale callar ahora y a los cuatro meses andar susurrando en los pasillos del Palacio Legislativo el voto de las leyes. ¿O acaso no aprendimos nada del silencio opositor ante la renuncia de Sendic?

    ¡La gente quiere que le canten la justa!

    Nunca ha sido fácil asumir este camino de la responsabilidad ante el acto reflejo. Habrá mucho que pensar durante ese largo mes de noviembre. Quienes sentimos la responsabilidad propia de un partido de gobierno no somos pocos, ni tampoco somos malos colorados. Somos ciudadanos con fundados temores ante los graves riesgos que representa un gobierno herrerista sostenido por una coalición tan frágil y variopinta. Tampoco queremos ser una oposición como la que hicimos estos años. Sentimos –como el filósofo- que el deber del Partido Colorado es volver a bajar a la caverna, guiar a quienes viven prisioneros en las sombras y llevarlos a la realidad de la luz del sol. Batlle y Ordóñez lo hizo cuando logró ser mayoría en un Partido Colorado que venía de la barbarie del siglo XIX. Lo llenó de ideas y cambió al país.

    La historia nos lo manda.

    Ojalá le gane Talvi.

    Aníbal Gloodtdofsky