La producción de cemento en Uruguay no atravesaba un punto de inflexión como el que se aproxima desde hace mucho tiempo. La entrada de un nuevo competidor —Cielo Azul Cementos y Calizas— que a fin de año comenzará a operar su flamante planta en Treinta y Tres cambiará la dinámica del mercado, que hasta ahora se reparte principalmente entre dos grandes jugadores: uno estatal (Ancap) y otro privado (Cementos Artigas).
“Con la mejor planta, con el mejor yacimiento descubierto y con una dotación competente no podemos fallar”, dijo a Búsqueda el gerente general de la nueva fábrica, Adrián Klemenco.
El grupo inversor es de origen brasileño y está radicado en el país desde el 2000, con activos en el sector agroindustrial. En 2006 adquirió el yacimiento de piedra caliza ubicado en el paraje Verde Alto, a 15 kilómetros de la ciudad de Treinta y Tres. Luego de realizar estudios y trámites de habilitación para su explotación, en 2012 tomó la decisión de avanzar hacia la fase industrial e invertir en una planta con capacidad para producir 600.000 toneladas de cemento al año.
La inversión de Cielo Azul es “próxima a los US$ 140 millones”, afirmó el ejecutivo, que proyectó una facturación anual de unos US$ 100 millones.
“Hoy tenemos la fábrica más moderna de Sudamérica. No la más grande porque la escala país influye mucho, pero sí la más moderna. Es la que genera menores impactos en el medioambiente, sumamente eficiente. (...) Esto nos va a permitir ofrecer un producto de excelente calidad y tener mucha disponibilidad. ¿Qué les estamos dando a nuestros potenciales clientes? Confianza”, dijo con entusiasmo Klemenco, un ingeniero industrial mecánico con 30 años de experiencia en el sector.
El emprendimiento, que comenzó con dos empleados, emplea a 200 trabajadores. La mayoría son uruguayos, aunque varios puestos de jefatura los ocupan brasileños y un argentino que tienen más de 10 años de experiencia en el sector, explicó. Indirectamente, Cielo Azul genera otros 200 empleos vinculados a mantenimiento, fletes y otros servicios.
La moderna planta se ubica al pie del yacimiento que es el “mejor” descubierto en el país por su “calidad, cantidad y ubicación”, indicó el ejecutivo. Se calcula que tiene unos 200 millones de toneladas de caliza, lo que alcanza para 100 años de producción. Además, Klemenco resaltó la calidad de la materia prima: “Es totalmente diferente a los yacimientos de Minas y Paysandú, por la composición química de la piedra (...). Vamos a tener un diferencial muy importante respecto a los de la competencia, porque hay obras en Uruguay que requieren de cemento de menor calor de hidratación o resistencia a los sulfatos que los actuales no logran alcanzar según las normas y confiamos que nuestro cemento sí lo va a hacer”.
“Momento justo”.
Según las proyecciones que maneja Cielo Azul, el consumo de cemento en el país crecerá en los próximos años entre 2% y 3%, porque sigue de cerca la evolución del Producto Bruto Interno, más allá de algún evento puntual como fue la pandemia de Covid-19 (que redujo aunque no significativamente las ventas) u obras de gran porte que impulsan la demanda. “Vemos que la curva de demanda sigue creciendo, lenta pero sigue creciendo, y la curva de oferta se está a punto de cruzar. Una vez que se cruza ya es tarde y ahí hay un período de tres o cuatro años de desabastecimiento local, que de alguna otra forma se abastece”, analizó el gerente general de Cielo Azul. El tiempo de desabastecimiento, explicó, es el plazo que en general pueden llevar los proyectos de ampliación de capacidad.
Por eso, para el ejecutivo, la llegada de Cielo Azul al mercado se da “en el momento justo”. Y opinó que “está muy bien vista por los consumidores y —de alguna manera— también debe serlo por los colegas”.
Sin embargo, la competencia de Cielo Azul inquieta a los fabricantes con trayectoria en el país, mientras que para Klemenco supone “entrar en un mercado maduro”. Dijo que no visualiza un “escenario de competencia feroz”, ya que hoy “apenas, entre las empresas que están, logran cubrir el 100% de la demanda. Acá no se trata de que todas las empresas estén al 50% de capacidad. No es un mercado muy competitivo porque se precisan los dos”, aseguró en relación con Cementos del Plata, de Ancap y Cementos Artigas (propiedad de las multinacionales Cementos Molins y Votorantim Cimentos).
Lo cierto es que una vez que Cielo Azul empiece a producir el sector tendrá sobrecapacidad de producción en relación con la demanda actual, aunque el próximo año es posible que se dé un pico de consumo por la construcción de la segunda planta de UPM en Durazno. Consultado sobre eso y también sobre la hipótesis de que la planta de Paysandú de Ancap deje de producir (si bien no se ha tomado una decisión), Klemenco expresó expectativas de poder venderle a UPM y apuntó: “Este proyecto nació en 2012, el pico de demanda se dio en 2015, lanzamos la inversión en 2016 (…). En aquel momento, Ancap estaba haciendo inversiones; hoy la realidad puede ser otra y mañana también. Proyectos que se amortizan en 20 años no pueden estar atados a la coyuntura, que se vean favorecidos o perjudicados sí, pero un plan de negocios no puede estar condicionado a si a un jugador le va mal o bien. Si con UPM hay un pico de demanda, fantástico, es una cosa a favor, pero uno no hace una inversión por si va a salir una papelera” al mercado.
En relación con el precio del cemento en Uruguay, el ejecutivo dijo que hay un “mito” de que es “muy alto”. Y añadió: “Uno sale a un mercado maduro, que tiene un precio y tiene que respetar eso, no tenemos condiciones de cambiarlo, no tenemos capacidad suficiente para fijar un valor, no somos un monopolio (...). Vamos a hacer una propuesta y algunos nos van a elegir, y no solo por el precio, y otros no”.
Explicó que la fábrica tendrá una actividad “continua”, aunque quizás en el primer año deba hacer alguna parada.
Mercados.
Al inicio, se prevé que el principal destino de la producción de Cielo Azul sea la región, en especial Paraguay y Brasil, si bien se prevé explorar el mercado argentino. “Pero depende, porque eso está sujeto a variables ajenas a la empresa, como el tipo de cambio. Si tuviéramos el cemento hoy, podríamos tener una corriente exportadora a Paraguay muy muy grande”, afirmó.
Luego, indicó, la empresa proyecta colocar 50% de su producción en Uruguay, lo que serían unas 300.000 toneladas al año. “Pero son proyecciones, los mercados van cambiando”, apuntó.
Desde 2012 Cielo Azul está en el mercado de hormigón premezclado en Uruguay, como parte de su estrategia comercial para hacer conocer la marca y forma de gestión. “La empresa era nueva y eso era algo que teníamos que cambiar”, explicó Klemenco.
Para eso, el grupo invirtió en una planta hormigonera en La Paz (Canelones) y otra en Maldonado; ambas se abastecen de cemento que compra a Ancap y a Cementos Artigas. Actualmente, Cielo Azul vende unos 100.000 metros cúbicos al año de hormigón premezclado en Uruguay, lo que equivale a una participación de 30%, informó el ejecutivo. Además, el grupo tiene otras dos plantas hormigoneras en Paraguay, que también operan con cemento uruguayo.
“Somos un gran cliente de los colegas. Por un tema logístico, para la planta de Maldonado compramos a Ancap porque retiramos en Minas y para la de Canelones compramos a Cementos Artigas porque retiramos en Montevideo”, comentó. Con la puesta en funcionamiento de su planta en Treinta y Tres, las hormigoneras del grupo se autoabastecerán.
Un impacto “enorme”
Economía
2020-11-25T18:46:00
2020-11-25T18:46:00