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    Comunistas y Articulación, una alianza sindical en “crisis” pero que “se necesita”

    La sociedad que lidera el movimiento sindical desde hace un par de décadas atraviesa una tormenta. Aunque generalmente intentan matizarlo en apariciones públicas, el diagnóstico es reconocido en privado por dirigentes de las corrientes protagonistas, comunistas y Articulación. También los integrantes de otras líneas de pensamiento ven, desde afuera, cómo una conducción que en los últimos años se mostraba sólida y hacía pesar su mayoría ahora empieza a exhibir algunas brechas.

    Igual que sucede con el diagnóstico, hay una imagen que se repite a la hora de explicar la situación. Es como la “crisis” de un matrimonio, coincidieron tres dirigentes consultados, y no es cualquier matrimonio: es uno consolidado, de larga historia y con mucho trabajo a cuestas. Tampoco la crisis es una más. No es liviana como para pasarla por alto ni es definitiva como para avanzar hacia una ruptura, y las dos corrientes “se necesitan” si pretenden marcar la orientación del PIT-CNT.

    El proceso que llevó a la definición de impulsar un plebiscito sobre seguridad social dejó expuestas las diferencias en la alianza. También en ese camino quedó a la vista que si se paran en veredas distintas, las dos corrientes se enfrentan al riesgo de quedar en minoría.

    La votación en la Mesa Representativa del jueves 10 fue “un baño de realidad”, explicó un dirigente de Articulación consultado por Búsqueda. Aunque las dos corrientes de la alianza mayoritaria tienen bastante más peso que sus alternativas si se toma en cuenta la cantidad de afiliados de sus sindicatos, en ese órgano de dirección del PIT-CNT –a diferencia de lo que sucede en el Congreso– cada gremio tiene un voto. “A la hora de contar, sos lo que sos”, afirmó el mismo dirigente.

    Cuando se levantaron las manos ese día en la Mesa Representativa, la moción respaldada por la corriente comunista contó 14 votos y las abstenciones –entre las que estaban los votos de los sindicatos de Articulación y En Lucha– otros 14. De esa manera, ambas posturas quedaron dos votos por debajo de la propuesta de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS), apoyada por la coordinación de sindicatos conocida en la interna como “Grupo de los 8”, que obtuvo el apoyo de 16 filiales. Así el PIT-CNT resolvió ir a un plebiscito con tres puntos: eliminar las AFAP, establecer que no se pueda aumentar la edad mínima jubilatoria “más allá de los 60 años” y equiparar la jubilación mínima con el salario mínimo nacional.

    “Cualquiera se da cuenta de que hubo errores para llegar a ese escenario”, dijo otro dirigente de la alianza mayoritaria. Ninguna de las posturas de la línea mayoritaria terminó primando. La corriente comunista pretendía un plebiscito, pero para dejar sin efecto toda la ley que reformó la seguridad social; Articulación estaba en contra de promover otra consulta popular.

    Según explicaron a Búsqueda distintas fuentes sindicales, la intención de la corriente comunista en la Mesa Representativa no fue contraponer una moción de resolución a la propuesta de ATSS. En realidad, buscó plantear una “moción de orden” para que se aprobara un cuarto intermedio. A ese escenario estaban dispuestos a sumarse los sindicatos de Articulación. De hecho, el dirigente bancario de esa corriente, Fernando Gambera, participó en principio de la elaboración de la moción, aunque luego no la terminó firmando ni votando.

    Las filiales firmantes, que se han manifestado a favor de la propuesta de la Untmra (sindicato metalúrgico) de impulsar una enmienda constitucional para defender nuestros derechos y aspiraciones en materia de seguridad social, proponen:

    1 Con la intención de buscar los mayores consensos, convocar a una Mesa Representativa para el día 23 de agosto a los efectos de tomar una resolución definitiva sobre la interposición de un recurso de democracia directa.

    2 Exhortar a los proponentes a maximizar los esfuerzos por unificar las propuestas.

    Esta formulación llevó a que quienes apoyaban el plebiscito planteado por ATSS defendieran que debía considerarse como una moción de resolución y votarse contrapuesta. Así terminó sucediendo.

    “Una moción de orden no puede tener consideraciones políticas de efectos ulteriores”, dijo el dirigente del sindicato de la educación privada, Sergio Sommaruga, consultado por Búsqueda sobre este punto. Su gremio apoyaba la moción de ATSS.

    En un panorama de mociones contrapuestas, y con alusiones que parecían dar por hecho la consulta popular, la posibilidad de apoyo de Articulación a la moción del cuarto intermedio se transformó en abstención.

    La decisión de su socio generó molestia en la corriente comunista, ya que entendían que la redacción se había acordado con Gambera. “Hay calentura”, reconoció una fuente.

    Aunque querían un plebiscito, en la corriente comunista entendían que no era el momento de plantear la eliminación de las AFAP y que, además, eso representa desafíos legales delicados para la elaboración de la papeleta.

    El desenlace de este debate, resumió uno de los dirigentes consultados, fue el reflejo de un camino en el que se manifestaron tres posiciones “muy sólidas” y todos “tiraron mucho de la piola”. En las diferencias que se dan en la alianza sindical mayoritaria, interpretó otro, influyen los alineamientos que se consolidan en la interna frenteamplista detrás de las precandidaturas de Carolina Cosse y Yamandú Orsi.

    Papeleta, heridas y unidad

    Tras saldar la discusión en su Mesa Representativa, el PIT-CNT empezó el camino hacia la instrumentación del plebiscito. Este proceso tiene el desafío de acercar las tres posiciones que vienen de enfrentarse. En su discurso durante el acto del paro parcial del martes 22, Abdala dedicó algunos minutos a alentar esa vuelta de página.

    “Ha sido público y notorio que hemos tenido debates, que ha habido distintas opiniones, todas válidas en el concierto democrático de la unidad en la diversidad de nuestro PIT-CNT. Bienvenidas esas diferencias, que no son del fondo del asunto, porque estamos todos en contra de esta reforma y hay acuerdo político en seguir luchando. Son matices y diferencias tácticas”, dijo.

    Entre el público, a pocos metros del escenario, lo escuchaba el actual presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, quien en la última década lideró, junto con Abdala, el movimiento sindical y fue el principal referente de la corriente Articulación.

    Una comisión integrada por dirigentes de las distintas corrientes sindicales comenzó a trabajar el miércoles 16 en la redacción de la papeleta. Sommaruga, uno de sus integrantes, dijo a Búsqueda que se trazaron la meta de llegar a una propuesta concreta para que sea considerada por el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT el próximo martes 29.

    Según dijo, en este momento las principales discusiones en el grupo de trabajo son técnicas y no políticas. De hecho, contó que para robustecer el trabajo en ese plano las distintas corrientes sumarán al equipo a “juristas”.

    Entre los desafíos de la elaboración, ejemplificó, está conseguir que el planteo de la edad mínima no perjudique a los sectores que tienen bonificaciones para jubilarse antes ni vaya en contra de “inducciones positivas” a retrasar el retiro; que la equiparación con el salario mínimo no tenga consecuencias negativas en los mecanismos de ajuste; o que la eliminación de las AFAP no abra margen a reclamos contra el Estado.

    Otro participante de la comisión dijo que, en el trabajo desarrollado hasta ahora, hay ecos de las tres posiciones sólidas y con poco movimiento que se expresaron en la discusión sindical y que se está buscando una salida “con las menores heridas”.

    “Encontraremos la forma de mantener esta batalla para abrir una perspectiva positiva para las grandes mayorías nacionales y populares”, dijo Abdala en su discurso del paro, tras ratificar punto por punto los tres ejes de la moción ganadora de ATSS. Y para cerrar ese pasaje de su intervención, remató: “Unidad, unidad y más unidad. Siempre”.

    Pagando

    La decisión de impulsar una consulta popular implica destinar recursos económicos para la campaña: impresiones, publicidad, transporte, equipos técnicos, carpas, eventos. La inversión puede llegar a ser alta y no garantiza una victoria. El PIT-CNT viene de vivirlo.

    Según dijeron a Búsqueda fuentes del PIT-CNT, para el referéndum con el que se intentó derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración, la organización puso entre US$ 750.000 y US$ 800.000. Algunos de los gastos que debieron enfrentar, aseguraron, todavía se siguen pagando.

    Uno de los mecanismos de financiación a los que recurrieron fue el “aporte extraordinario” de todos los sindicatos de un dólar por afiliado. Esa contribución, según indicaron, representó entre US$ 200.000 y US$ 250.000. En consecuencia, más de US$ 500.000 salió de las finanzas centrales del PIT-CNT. Varios sindicatos todavía siguen pagando en cuotas el dinero correspondiente al aporte extraordinario.