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Eficiencia. La palabra se repite entre los jerarcas de Ancap y se derrama a las jefaturas de sus subsidiarias, en especial aquellas que han sido históricamente deficitarias. En Alcoholes del Uruguay (Alur), además, se combina el hecho de que su creación y posterior crecimiento estuvo envuelto en fuertes polémicas políticas y varias irregularidades en su gestión que llevaron a despidos de decenas de empleados y denuncias penales y civiles.
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Encargada de la producción de biocombustibles para su mezcla en las naftas y gasoil de Ancap, Alur ha sido subsidiada desde su creación en 2006 mediante el pago de altos sobrecostos en el m3 de biocombustible que le compra la petrolera estatal.
Alur tiene tres plantas: en Bella Unión y Paysandú produce etanol y en Montevideo produce biodiesel. Ancap diluye el pago de sobrecostos entre las tres plantas, pero los resultados indican que la planta de Paysandú puede alcanzar eficiencia a escala mundial, mientras que Bella Unión es la que arrastra el mayor déficit.
En 2016, Ancap le compró a Alur el etanol a US$ 1.347 el m3 de Paysandú y US$ 2.102 el m3 de Bella Unión. En el mercado internacional el m3 de etanol oscila entre los US$ 600 y 750. Eso representa que solo en pagos de sobrecostos el año pasado Ancap volcó unos US$ 115 millones a Alur.
Sin embargo, fuentes de Ancap confirmaron a Búsqueda que esos precios “no representan la realidad” de las plantas de Alur.
En Paysandú, el costo de producción directo del m3 de etanol es de US$ 750, una vez que se le agregan costos indirectos el precio final queda en US$ 1.050. Mucho más cercano a los estándares internacionales, explicaron las fuentes.
En Bella Unión, el costo es “muy superior”, US$ 2.100 el m3, añadieron.
Eso significa que la petrolera distribuye parte de lo que le sale producir en Bella Unión en el precio al que compra en Paysandú. Para las fuentes, eso representa “un subsidio dentro del subsidio” para no hacer “tan evidente” la diferencia de costos de producción de ambas plantas, que se sitúa en unos US$ 1.300 por m3, aproximadamente.
De hecho, si Alur Paysandú exportara etanol, el costo marginal del m3 sería de menos US$ 700, lo cual lo ubica en precios competitivos a escala mundial, dijeron las fuentes.
El presidente de Alur y vicepresidente de Ancap, Juan Carlos Herrera, dijo a Búsqueda en setiembre que el objetivo de la empresa es seguir reduciendo los costos que se pagan por los biocombustibles y alcanzar los US$ 1.800 en Bella Unión, una planta que “siempre va a estar subsidiada” (Búsqueda Nº 1.935).
Diversificación.
Impulsados por una reestructura general de la empresa en busca de mayor eficiencia, en la planta de Paysandú se aplicaron en los últimos seis meses cambios en la gestión.
Nicolás Ferrari, gerente de la Unidad de Negocios de Cereales y Oleaginosos de Alur, dijo a Búsqueda que uno de esos cambios fue la diversificación en la compra de materia prima disponible a precios de mercado. Al principio en la planta se trabajaba 100% con sorgo. Hoy trabajan con sorgo, maíz, trigo y cebada.
La estrategia de compra, explicó Ferrari, es adquirir una parte de la materia prima con contratos al firme y dejar el resto al mercado spot. “Esto nos permite elegir mucho mejor los precios y con ello disminuir los costos”, sostuvo.
“Eso nos lleva a competir en el mercado internacional. Queremos que se nos trate como una empresa privada en ese sentido y para ello hemos desarrollado instrumentos de empresa multinacional”, agregó.
Otro de los cambios fue la entrega “justo a tiempo” de los granos en planta, lo que redujo los costos logísticos externos y financieros, además de los de almacenamiento.
También revieron y mejoraron los contratos de compra de leña, necesaria para la producción de biomasa en la caldera de la planta. “Se revisaron los contratos y se seguirán revisando para alcanzar un precio justo de compra”, explicó Ferrari.
Con estas modificaciones se estima “una mejora con respecto al 2016 de 8% en el margen bruto sobre ventas”, señaló el jerarca, lo que equivaldría a unos US$ 5 millones.
Caja y stock.
Otros dos cambios sustanciales que se dieron en Alur son la forma de financiación y las paradas de producción de las plantas.
En años anteriores, Alur tenía que salir “sola” a buscar financiación para la compra de materia prima y las tasas de interés que se conseguían eran muy elevadas. En muchas ocasiones terminaban siendo financiados por los proveedores de esas materias primas a precios elevados, explicó Ferrari.
Actualmente, la financiación se hace dentro del grupo Ancap, centralizada por la nueva gerencia financiera: “Ya no necesitamos financiarnos con proveedores y las tasas que nos ofrecen los bancos actualmente son muy buenas”, señaló.
Esto permite salir “con caja” a comprar la materia prima y eso “mejora notablemente el poder de negociación” en el precio de compra, dijo Ferrari.
El otro cambio refiere a que las plantas de Bella Unión y Paysandú ya no paran al mismo tiempo. Anteriormente, en enero y febrero las dos plantas estaban paradas y eso exigía “enormes costos de sobrestock”, tanto en materia prima como en etanol, para poder hacer frente a una parada de producción tan prolongada. Esos costos llegaban a ser de US$ 10 millones.
Ahora los paros por mantenimiento no son simultáneos y eso hizo posible “aplanar la curva de costos teniendo un nivel de stock razonable, lo que permite hacer frente a otros compromisos financieros, o bajar la deuda global de la empresa”, añadió Ferrari.