El “malla oro” y el “motor” de la economía son algunas de las expresiones empleadas por integrantes del gobierno, algunos economistas y por supuesto los empresarios del agro al destacar la importancia de esa actividad productiva para Uruguay.
El “malla oro” y el “motor” de la economía son algunas de las expresiones empleadas por integrantes del gobierno, algunos economistas y por supuesto los empresarios del agro al destacar la importancia de esa actividad productiva para Uruguay.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLo cierto y lo concreto es que, más allá del grado de la veracidad de la dimensión otorgada a ese sector, “el valor agregado del sector agropecuario” este año crecerá 6,1% respecto a 2020, y en 2022 la proyección es de “1,2% o de 2,5%”, dependiendo del “inicio de operaciones de la tercera planta de celulosa”.
Esas son algunas de las principales proyecciones de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) incluidas en los informes del anuario 2021 divulgado el miércoles 22.
En el trabajo se asegura que “aún en un contexto de pandemia, la actividad económica mundial repuntó fuertemente en 2021, generando interrupciones en las cadenas de suministro y aumento de precios de materias primas y de costos logísticos”. “De igual modo, la economía uruguaya retomó la senda de crecimiento, con un repunte de la ocupación” en el mercado laboral, sostiene.
Esa repartición del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) indica que este año “prácticamente todos los rubros del sector agropecuario mostraron un fuerte dinamismo, lo que puede apreciarse en el comportamiento de las exportaciones”.
Entre los fundamentos planteados por los técnicos de la Opypa figura el tema vinculado a que los precios de las commodites subieron “fuertemente” y “se han mantenido relativamente altos, lo que sumado a una respuesta positiva de la oferta ha determinado un aumento muy importante en el valor y en el volumen de las exportaciones”. “En algunos casos, como puede ser el de la carne bovina, las exportaciones de 2021 serán récord histórico, superando con creces el anterior máximo”. Asimismo, “otros rubros como el arroz, la madera, la celulosa y los lácteos también mostrarán aumentos significativos respecto del año anterior”, analizan.
Al mismo tiempo, los técnicos reconocen que la pandemia del Covid-19 tuvo “efectos económicos negativos de gran magnitud en el mundo entero y el Uruguay no fue ajeno a esa situación, especialmente en algunos sectores de la economía como el comercio y el turismo”. “En particular, por sus características propias, el sector agropecuario no fue muy afectado por la pandemia, con excepción de algunas dificultades puntuales y durante un lapso relativamente acotado en el tiempo”, consideran. Y plantean que eso “permitió que en la medida que se fue superando la crisis el sector agropecuario se encontrara en buenas condiciones para capitalizar el rebote que cabe esperar luego de este tipo de shock”.
Al profundizar en ciertos subsectores específicos del agro local, el MGAP valora que “para el caso de la agricultura de secano el clima no fue muy propicio, al menos para los cultivos de verano 2020-2021, ya que tanto la primavera 2020 como el verano 2021 fueron secos y por lo tanto se afectó fuertemente el potencial productivo de la soja y el maíz”.
En contrapartida, los cultivos de invierno alcanzaron “muy buenos rendimientos en la pasada zafra y probablemente repetirán en la actual”. De hecho, en los meses recientes las cosechadoras no pararon de levantar los granos de colza, cebada y trigo, que registraron resultados positivos, principalmente el primero de ellos por la significativa alza en su precio, cercano a los US$ 700 por tonelada en cierto momento.
Otro asunto que resaltan los técnicos en su informe es que Uruguay “se ha embarcado en avanzar en la firma de un tratado de libre comercio (TLC) con China, lo que requiere en una primera instancia de la realización de un estudio de prefactibilidad antes de avanzar en las negociaciones”. La Opypa “se encuentra trabajando activamente, juntamente con la Unidad de Asuntos Internacionales del MGAP y los demás ministerios”, en esas actividades, señalan.
Advierten que “China ya es hoy un mercado clave y muy importante para muchos productos agroindustriales” como la carne vacuna, la carne ovina, la madera, la celulosa, la soja y más recientemente la leche en polvo, por lo que “el sector tiene grandes expectativas en que se llegue a un buen fin con estas negociaciones”.
En uno de los informes de la Opypa, la economista Ángela Cortelezzi indicó que “las condiciones climáticas fueron nuevamente determinantes en el desempeño” del agro, con “efectos contrapuestos” en la producción de granos. “La ganadería de carne se destacó en materia productiva —con un récord histórico en el ejercicio 2020-2021— y comercial, posicionándose como el principal producto de exportación” de Uruguay, enfatizó.
El monto de las exportaciones cárnicas en 2021 cerrará en unos US$ 3.000 millones este año, lo que representa un aumento algo superior a 50% en comparación al año anterior, según el Instituto Nacional de Carnes (Inac).
En ese sentido, la técnica de la Opypa aludió a que el alza de precios de alimentos y materias primas registrada a escala global y los mayores volúmenes comercializados “en algunos casos permitirán que las ventas externas de bienes agroindustriales alcancen un nuevo máximo en términos de valor”. Esa tendencia ya fue marcada en los meses previos al cierre del año, considerando que “la carne bovina es el principal rubro de exportación y el que presenta la mayor incidencia sobre la evolución de las exportaciones totales en el acumulado a noviembre”, argumentó.
La técnica destacó que el incremento “excepcional” del precio internacional de la carne, así como “la mayor cantidad exportada, explican el récord alcanzado”. “El incremento de los precios se debe a una conjunción de factores estructurales y coyunturales: la fuerte recuperación de la demanda mundial (en especial, el mayor dinamismo del mercado chino, que para el cierre de 2021 registrará un nuevo récord de importaciones de carne), el cese de exportaciones de Argentina, la interrupción transitoria del envío de producción brasileña destinada a China por la aparición de focos de vaca loca y la suspensión de algunas plantas frigoríficas australianas por parte de China”, analizó.
Con una visión más general, Cortelezzi comentó que “las exportaciones de bienes (incluida la celulosa) registrarían al cierre de 2021 un máximo histórico, en torno a US$ 11.000 millones, lo que implica un incremento cercano a 40% en comparación con 2020”. En tanto “las exportaciones agroindustriales totalizarían algo más de US$ 8.000 millones, lo que es un 28% más que el año anterior”, precisó.
Otro factor clave en la ecuación del negocio agroexportador es que, según la Opypa, “el tipo de cambio continuó registrando una trayectoria al alza en 2021 en Uruguay, pero la suba fue más moderada respecto a lo observado en años anteriores: en enero-noviembre osciló entre $ 42 y $ 44 y acumuló un crecimiento de 3,8%”.
El anuario sostiene que “la dinámica del tipo de cambio, la mayor capacidad ociosa de la economía debido a la persistencia de una brecha negativa del PIB y el mayor nivel de desempleo en comparación con lo observado en la situación prepandemia contribuyeron a un proceso de relativa desinflación hasta mediados de año”. “En los 12 meses cerrados a noviembre la inflación minorista se ubicó en 7,86%”, señala.
Sostiene a su vez que “los aumentos más moderados de salarios previstos para la actual ronda de negociación de los Consejos de Salarios y los menores ajustes previstos para el caso de algunos precios administrados generarían condiciones favorables para una trayectoria descendente de la inflación hacia el futuro”. Al cierre de noviembre, “la mediana de las expectativas de inflación relevadas por el BCU se ubicó en 7,90% para 2021 y en 6,80% para 2022”, puntualiza.
En cuanto a uno de los asuntos que generalmente forman parte de las discusiones políticas y académicas sobre el efecto derrame del agro en la economía uruguaya, en el caso del sector agropecuario son tres los grupos que participan de la negociación salarial oficial.
Al momento del cierre del informe de la Opypa, los técnicos valoraron que “se han alcanzado algunos acuerdos”.
En el caso del grupo 22, que nuclea la actividad ganadera (carne y leche), agricultura de secano y arroz, “se llegó a un acuerdo entre trabajadores y empleadores con la abstención del Poder Ejecutivo por acordarse ajustes salariales por encima de sus lineamientos”, recalcaron. Destacaron también “el consenso alcanzado en el caso de este grupo, ya que en los últimos años los acuerdos se dieron a través de decretos emitidos por el Poder Ejecutivo”.
En el caso del grupo 23, que comprende a la actividad granjera, “hubo acuerdo en todos los sectores, a excepción de la actividad de producción de cítricos”, que al momento de la redacción del informe en cuestión se encontraba “aún en instancia bipartita, aunque próxima a un acuerdo”, comentaron.
Los técnicos indicaron además que en el grupo 24, que comprende a la actividad forestal, también “se arribó a un acuerdo entre trabajadores y empleadores con abstención del Poder Ejecutivo”.