Aunque el aumento de casos de Covid-19 de fin de año encendió alarmas en los empresarios del turismo, la temporada de verano olvidó las restricciones sanitarias de los dos años anteriores, que habían hundido al sector en una de sus mayores crisis. A diferencia del año anterior, el inicio del 2023 tuvo las fronteras abiertas, los boliches sin exigencias de “distancia social” y los tapabocas como una protección excepcional. Para la presidenta de la Cámara de Turismo (Camtur), Marina Cantera, pasando raya, el sector “renació entre las cenizas de la pandemia”.
Los empresarios y los jerarcas consultados por Búsqueda coinciden en que la temporada que termina fue buena, aunque esa calificación no se puede extender a todos los lugares ni a todos los rubros. El sector hotelero, por ejemplo, no tuvo tan buenos resultados como el gastronómico. Algunos destinos de Rocha no recibieron tanto público como esperaban, y en otros se superó la expectativa.
Cantera comentó que los operadores están conformes con el movimiento de turistas, pero eso no necesariamente se traslada a la rentabilidad porque, en muchos casos, los ingresos de este año se deben destinar a saldar deudas. Una queja constante de los empresarios —que se reunieron la semana pasada en Piriápolis para hacer un primer balance— fue la de los costos “altísimos” que son la otra cara de un “verano espectacular”.
En enero, la entrada de visitantes a Uruguay fue la mayor de los últimos cuatro años, aunque gastaron menos. Llegaron 479.382 turistas desde el exterior, una cifra superior a la del mismo mes de 2022 (135.584), 2020 (444.509) y de 2019 (431.557), según datos del Ministerio de Turismo (Mintur) a los que accedió Búsqueda. En 2021, con las fronteras cerradas, no produjo estadísticas.
El gasto, sin embargo, fue de US$ 326 millones, menor que en los dos años prepandemia.
Argentinos
Por la diferencia cambiaria y las restricciones de su gobierno a las compras en el exterior, la llegada de la clase media argentina era una incógnita. Finalmente, su presencia fue superior a la que los operadores esperaban. En enero, fueron 318.000 los visitantes de ese origen, dos tercios del total de los visitantes del exterior. Con una estadía media de 8,2 días, gastaron US$ 210 millones (unos US$ 660 por persona).
Estos números demuestran que “más allá de coyunturas adversas” los argentinos son un público “fiel”, dijo el director de Turismo de Maldonado, Martín Laventure.
Su par en Canelones, Horacio Yanez, indicó que la cantidad de argentinos “sorprendió”. Una posible explicación es que en la costa argentina hubo precios altos por la política del gobierno de Alberto Fernández de estimular el consumo interno. Entre la inflación y el programa argentino Previaje, muchos destinos se “emparejaron” con los uruguayos, analizó.
Andrés Castellano, de la Asociación Turística de Colonia, agregó otro motivo a los viajes argentinos: los precios en Uruguay se “abarataron” un 40%, estimó. Se dio porque el dólar “blue” tuvo un “salto” cercano a 60% en 2022, mientras que la inflación en Argentina trepó rondó el 100%.
El empresario indicó que la hotelería en Uruguay “compite plenamente” con los destinos de Argentina. Lo mismo sucede con la gastronomía de alta categoría. Según él, las diferencias más “abultadas” se dan en los productos de supermercado y en los combustibles.
La cantidad de argentinos que visitan Colonia crece desde octubre y casi iguala la cantidad de uruguayos, señaló Castellano. Su estadía promedio era de 36 horas y esta temporada fue de 44, según datos de la plataforma Booking. También llegaron más brasileños.
En Rocha hubo un “movimiento importante” hasta el 10 de enero, que luego decayó y al comienzo de febrero los balnearios estuvieron “muertos”, describió el tesorero de la Corporación Rochense de Turismo, Robert Caballero.
“Apuntamos a que el uruguayo iba a seguir respondiendo. Con el diario del lunes, tendríamos que haber mirado más al mercado argentino, que se dio cuenta de que era más caro veranear allá”, dijo. Y reconoció: “Nos dormimos”.
Los números finales del verano marcarán que fue mejor que el de 2019, pero no alcanzará los valores del de 2018, la “última gran temporada”, evaluó Caballero. Esta es de “despegue, de acomodar las cosas y de tomar nota de las falencias”, como la falta de promoción en Argentina, evaluó.
La titular de la Camtur destacó que los argentinos que vacacionaron en Uruguay fueron los de “alto poder adquisitivo” y los “propietarios, que traían a su familia”. “Da la impresión de que vinieron más argentinos de los que se esperaba y más brasileños en total. También vimos muchos chilenos”, celebró.
Problemas que continúan
La inhabilitación del boliche Alma decidida por la Intendencia de Rocha y ratificada por la Justicia provocó que el público juvenil tuviera que buscar otras alternativas para sus noches. Algunos se conformaron con ir a bailes más chicos, otros se juntaron alrededor de parlantes y botellas de alcohol en la calle principal de La Pedrera.
El cierre de Alma fue uno de los “puntos en contra” para Rocha. “Más allá de estar de acuerdo o no, no nos pueden avisar un 28 de diciembre que no va a estar” el baile, criticó Castellano. Ese cierre produjo la cancelación de reservas de jóvenes a los que nos les importó perder la seña. En Punta del Este sí hubo un gran espacio destinado a las fiestas: Open Park, en La Barra.
La ocupación en los hoteles de Rocha en enero fue de 83%, según datos de la Corporación Rochense. Sin embargo, comentó su tesorero, después de la pandemia no volvieron a abrir establecimientos “legendarios” y hay otros que dicen que son “socios del BROU” por las deudas que mantienen.
Las empresas endeudadas se repiten por la costa. Laventure, director de Maldonado, dijo que los hoteles “quedaron complicados”, por lo que “no alcanza” con una buena temporada para recuperarse y hay otros “desafíos”: la rentabilidad y los costos.
En Canelones, también hubo hoteles que cerraron definitivamente y otras empresas se endeudaron para pagar los gastos fijos y “se comieron los ahorros”, comentó Yanez. “En general, con este verano no lo recuperan”, agregó.
Castellano coincidió en que en Colonia muchos establecimientos siguen pagando deudas, por lo que la recuperación será “paulatina”. Obtuvieron “créditos blandos” respaldados en la garantía especial que otorgó el gobierno.
El Banco República otorgó 1.860 préstamos a empresas del sector de turismo durante la emergencia sanitaria por un importe total de US$ 58 millones, según surge de un pedido de informes realizado por el exviceministro y senador del Frente Amplio Benjamín Liberoff. República Microfinanzas, en tanto, tiene 288 clientes que tomaron US$ 2,6 millones.
Los hoteles suman como aspecto negativo la desvalorización del dólar. La tarifa, que se mantuvo, “tiene un límite y los dólares rinden menos. Esta ecuación atenta contra la rentabilidad”, se lamentó Castellanos. Ese problema no lo tienen los gastronómicos, que facturan en pesos.
En Punta del Este los resultados en enero variaron entre una caída de 9,4% frente a 2022 en los dos estrellas y un 10% mejor en los de cinco, informó el Centro de Hoteles. Para febrero estiman que los números fueron similares. En el sector esperan que el gobierno tome nuevas medidas de apoyo porque, según un empresario, en el balneario “también hay sequía”.