En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Daniel Sturla fue nombrado arzobispo de Montevideo en febrero de 2014. A pocos meses de cumplirse el décimo aniversario de su arzobispado, la Iglesia católica de Montevideo decidió pedir a los párrocos y a los responsables de las distintas comunidades de la congregación que elaboren recomendaciones pastorales para el sexenio 2024-2030. “El objetivo es ser una Iglesia ubicada en la sociedad plural en la que vivimos, que diga su palabra sin pretensiones hegemónicas, capaz de escucha y diálogo, pero sí anunciando a Jesucristo y las implicancias éticas de su seguimiento, con humildad y sin complejos. El objetivo es ser una Iglesia capaz de hablar en un lenguaje comprensible”, afirma el documento enviado por la arquidiócesis a los fieles.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Entre otras cosas, la Iglesia de Montevideo busca saber cuáles son las oportunidades, las dificultades y las amenazas que le presentan la realidad del país. Para eso proporcionó distintos datos sobre la actualidad de la arquidiócesis, a los que accedió Búsqueda.
En Montevideo hay 83 parroquias y alrededor de 100 entre iglesias públicas y capillas. El clero está integrado por 80 sacerdotes del clero secular y dos diáconos en camino al sacerdocio, 15 sacerdotes de la prelatura Opus Dei y 100 sacerdotes religiosos o de sociedades de vida apostólica. En educación, vinculadas a la Iglesia a nivel terciario hay dos universidades privadas (Universidad Católica y Universidad de Montevideo) y el Instituto Universitario Mariano Soler; hay además 76 colegios católicos, nueve ubicados en zonas de contexto socioeconómico complejo, como el Liceo Jubilar en Casavalle. Hay también unos 100 proyectos entre obras sociales y servicios sociales y de educación no formal, como clubes de niños, CAIF, centros juveniles, escuelas de oficios, cottolengos, hogares y residencias estudiantiles.
Los números van en línea con la cantidad de personas que se identifican como católicas en la capital, unas 550.000. Según una encuesta de Equipos de 2018, la mayoría integra los segmentos de nivel educativo y socioeconómico alto o medio-alto y los segmentos de mayor edad.
Pese a que hay más de medio millón de católicos, su participación activa en la Iglesia de Montevideo es poca, ya que alrededor del 8% del total está involucrado en las acciones de la Iglesia. Esto supone un problema para la situación económico-financiera de la arquidiócesis. “Es frágil en cuanto a que los gastos fijos que se deben afrontar se solventan fundamentalmente a través del Fondo Común Diocesano y de Iglesia de Todos”, afirma el documento en referencia a dos mecanismos de colecta para la obra misionera de la Iglesia a nivel social, educativo y parroquial. “Lo producido por estos dos fondos no llega a cubrir las necesidades”, añade el informe.
De todas formas, destaca un dato positivo hacia el futuro, que lo presenta como puntapié para las recomendaciones del sexenio 2024-2030: muchos católicos, pese a que no participan de la vida de la Iglesia, “necesitan ese espacio y concurren en momentos especiales”, lo cual supone “un hallazgo clave”, ya que hay un gran número de personas que “tienen en su fuero íntimo la necesidad de la Iglesia”.
Talentos y virtudes.
En 2021, cuando Sturla ya era cardenal, había planteado algunos de estos problemas, aunque en la Iglesia católica en general en todo el país y no solo en Montevideo. Lo hizo en una carta pastoral —un documento abierto dirigido al clero o a los laicos— enfocada principalmente a sacerdotes y diáconos. Ya no es posible para la Iglesia “tapar una realidad que se hace cada vez más desafiante” por el alejamiento de fieles y equivocaciones en la “tarea evangelizadora”, sostuvo en aquel momento.
Este año Sturla escribió otra carta pastoral en ocasión de la beatificación el 6 de mayo de Jacinto Vera, el primer obispo de Uruguay. Allí adelantó que en el segundo semestre de 2023 la arquidiócesis de Montevideo iba a realizar “una revisión de estos últimos años y renovar recomendaciones pastorales” que sirvan de orientación a las iniciativas católicas en la capital.
Sturla propuso reflexiones a futuro a partir de la conducta que Jacinto Vera tuvo desde 1859, cuando asumió como vicario apostólico de Uruguay. Ante un país que por entonces tenía escaso clero, solo dos congregaciones religiosas femeninas, poca presencia religiosa masculina e inexistencia de instituciones católicas, Vera logró “cambios significativos” para la Iglesia.
El cardenal comparó aquella época con la actual. “A la secularización más que centenaria en nuestra sociedad uruguaya se suma una nueva ola secularizadora que invadió todo occidente y que hace que sociedades tradicionalmente cristianas dejen de serlo rápidamente”, dijo, y pidió enfocarse en el extracto social menos favorecido. “Hace años que venimos intentando poner el foco en una renovada atención a los ambientes populares, donde nos encontramos más alejados. Han surgido algunas iniciativas y me consta el trabajo pastoral incisivo que muchos realizan en sus comunidades o a través de experiencias particulares, pero algunas otras que hemos intentado (parroquias hermanadas, voluntariado) no han encontrado mayor eco. Es este un desafío abierto”.
Sostuvo además que la Iglesia debe mantener su característica histórica de ser “campechana, cercana, cordial” con todos, como lo fue Vera. “No tenemos muchas vueltas, no nos ‘mandamos la parte’. La Iglesia está presente desde hace casi 400 años sobre este suelo, amando y sirviendo, siendo pionera en el servicio a los que sufren y anunciando con sencillez y coraje a Cristo. Hace mucho que no tenemos privilegios sino los que merecemos, como dice la Constitución nacional, por nuestros talentos y virtudes”, argumentó.
Por último, el cardenal hizo un análisis sobre el rol de la Iglesia como articuladora de diferencias políticas e ideológicas que subyacen desde la última dictadura. Se basa en el ejemplo de Jacinto Vera como “constructor” de paz. “Hoy nos encontramos en una situación de libertad y de democracia consolidada, pero la sombra de las heridas del pasado reciente y la dureza de los enfrentamientos políticos actuales nos ponen también ante la necesidad de ser factores de paz, defensores de la verdad y la justicia, pero también promotores del perdón y la reconciliación, del diálogo entre los orientales”.