En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
El universo se expande y la saga infinita sigue adelante. Hoy se estrena Star Wars: Los últimos jedi, que comienza allí donde terminaba el capítulo anterior, El despertar de la fuerza (2015). Y mejor decirlo ahora: esta octava entrega se erige como una de las mejores de toda la saga. La película ahonda en la verdadera raíz del conflicto entre Kylo Ren (Adam Driver) y Luke Skywalker (Mark Hamill), en los intentos de la Resistencia por sobrevivir a la abrumadora potencia de los ataques de la Primera Orden, en la relación entre Rey (Daisy Ridley) y Luke, ermitaño con estatus de leyenda, y a quien busca convencer para que se una a la Resistencia y lleve con él “una chispa de esperanza” a los rebeldes. Sucede mucho más: reaparece algún viejo y querido personaje, el hijo de Han Solo siente cómo crece su poder en el lado oscuro y se revela la verdad sobre los padres de Rey.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Rian Johnson, director y guionista, asume riesgos, explora otros espacios, agrega matices e incluye más de un momento jugado, sorprendente, que descoloca y gratifica. Sigue el esquema básico del camino del héroe de Star Wars, con ligeras transformaciones en la estructura de la narración y variantes en el cuerpo de lo narrado. Hay un viejo ermitaño que se niega a entrenar al aprendiz, una cueva oscura en la que un personaje ingresa interrogándose a sí mismo. En lugar de una cantina espacial, con seres que representan distintas razas de la galaxia, hay un casino al que asisten algunos de los más ricos del cosmos. Se presentan nuevas criaturas, de esas que son simpáticas e incluso tiernas, pero afortunadamente su presencia es administrada por medio de un uso racional de la melaza. Hay alianzas, traiciones y personas dispuestas a sacrificarse por un bien mayor.
Los últimos jedi abre el camino y avanza varios pasos. Hacia todas partes, en todas las direcciones, en distintos niveles. En la trama, en la integración y el desarrollo de los personajes, en las secuencias de acción, en la creación de imágenes —intensas, poderosas—, en la explotación de los escenarios, en el uso de los efectos especiales, en la inclusión de ideas frescas, revitalizantes. La película de Johnson, director de Looper, expande el universo Star Wars de una manera imaginativa, original, incluso atrevida. Y ofrece algunas de las escenas más asombrosas de la saga. Por mencionar una: el espectacular enfrentamiento de dos naves monstruosamente gigantescas en el espacio, que se muestra en ralentí y sin una gota de música ni sonido.
Si bien este octavo episodio de la saga iniciada por George Lucas incluye tenues e ingeniosas pinceladas de nostalgia, tiene también la decencia de no exprimir ese sentimiento de forma parasitaria. Cada enlace con el pasado se integra de un modo orgánico, es parte del tejido sustancial del filme. Pasado y presente forman parte de un mismo cielo, como los dos soles que aparecen en el horizonte de Tatooine, en la icónica escena de Episodio IV: Una nueva esperanza.
Todavía hay más a favor. El filme no descuida el aspecto emotivo, con tramos particularmente hermosos, plasmados con cálida sencillez. Más de uno involucra a los miembros de la familia Skywalker, especialmente a Leia, antes princesa, ahora general, momentos que, contemplados hoy, tras el fallecimiento de Carrie Fisher, adquieren otra dimensión. La película, de hecho, está dedicada a su memoria.
No hay emoción posible sin actores entregados a sus papeles. Rey es una heroína fabulosa, tiene menos tiempo en pantalla, pero el carisma, la delicadeza y la intensidad de Ridley permiten que cada momento cuente. Kylo Ren gana fuerza como el gran villano de esta historia, y Driver ya no necesita la máscara, su voz no puede ser más adecuada para este papel. Hay otros grandes actores dando vueltas por ahí, como Laura Dern y Benicio del Toro. El regreso de Hamill como Luke, antes padawan, luego jedi, ahora maestro jedi en el exilio, independientemente de que es motivo de emoción para fans, es un triunfo actoral: Luke ha cambiado, pero sigue siendo Luke, y es algo que lo transmite desde la mirada. De él también son algunas de las mejores líneas de diálogo. De él proviene una poética explicación de lo que es la Fuerza. Y protagoniza algunos segmentos sutilmente cómicos. Porque aquí hay otro valor agregado: Los últimos jedi tiene su solemnidad, su grandilocuencia, pero es, además, muy divertida.
Star Wars: Los últimos jedi (Star Wars: The Last Jedi). EE.UU., 2017. Dirección y guion: Rian Johnson. Con Mark Hamill, Carrie Fisher, Adam Driver, Daisy Ridley, John Boyega, Oscar Isaac, Lupita Nyong’o, Andy Serkis, Domhnall Gleeson, Anthony Daniels, Gwendoline Christie, Kelly Marie Tran, Laura Dern y Benicio Del Toro. Duración: 150 minutos.