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La competencia digital es considerada “clave” para la llamada transformación del sistema educativo uruguayo. Según la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), está asociada al buen uso —crítico, creativo, seguro— de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para alcanzar objetivos relacionados con el aprendizaje, el trabajo, la inclusión y la participación en la sociedad.
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El sistema educativo lleva años debatiendo sobre ella. Pero cuando a mediados de marzo de 2020 se implantó la educación a distancia como consecuencia de la pandemia de coronavirus todavía no se sabía con precisión con qué respuestas contaba el sistema educativo ni quién disponía de posibilidades en su casa y quién no.
Si bien en los últimos tiempos, y particularmente desde 2020, los docentes se vieron abocados a utilizar todo tipo de hardware y software en la práctica pedagógica cotidiana, la evidencia del impacto que el fenómeno ha tenido en los procesos de enseñanza y aprendizaje es todavía escasa en Uruguay luego del brote de Covid-19.
Un estudio de la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA-2022), con la colaboración de Plan Ceibal y el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), aporta nueva información sobre el fenómeno. Se trata de un informe breve, presentado en diciembre y titulado Pandemia y uso docente de TIC. Informe de resultados nacionales del panel docente ICILS 2018-2021.
Los docentes uruguayos en general reconocen que mejoró la disponibilidad en los centros educativos de ciertos recursos TIC —conexión a Internet de alta velocidad, computadoras actualizadas, soporte técnico, portafolios digitales, plataformas para el manejo del aprendizaje y aplicaciones de Internet para el trabajo colaborativo— y que aumentó también su uso docente para la enseñanza, dentro y fuera del centro educativo.
Plataformas como CREA, entre otros insumos aportados por Ceibal, son usados por la mayoría de los profesores a diario en sus lecciones.
Todo esto resulta en una mayor percepción de “autoeficacia docente”, tanto en el uso de plataformas de aprendizaje como en la colaboración mediante el empleo de recursos digitales compartidos, la evaluación de aprendizajes mediada por TIC y el trabajo con hojas de cálculo.
Sin embargo, en sentido contrario, “no se observan cambios significativos en la visión de los equipos docentes respecto de las ventajas y las desventajas del uso de las TIC”, según el estudio al que accedió Búsqueda.
El reporte concluye que “las mejoras” que se observan en Uruguay obedecen “principalmente a la coyuntura y no necesariamente a una evolución favorable de las actitudes docentes” referidas a las TIC.
El nuevo estudio comparativo longitudinal —que sigue a una muestra a lo largo de un período— abarcó a Dinamarca, Finlandia y Uruguay. Su objetivo fue el de observar los cambios en el uso de las tecnologías aplicadas a la educación antes y durante la pandemia pero centrado en los planteles docentes, equipos de dirección y coordinadores de los centros educativos.
La investigación tomó en cuenta las diferencias tanto en la evolución de la pandemia como aquellas socioeconómicas de los tres países. Uruguay tiene un producto interno bruto (PIB) per cápita unas dos veces menor que los otros países, es un tercio más desigual en la distribución de los ingresos y el que menor porcentaje de su PIB destina al gasto público en educación. Además tiene un uso de Internet menos extendido y el menor índice de desarrollo de las TIC.
No obstante, el país demostró “acortar las distancias” con sus pares nórdicos. Ante las medidas de cierre total o parcial de los centros educativos producto de la pandemia, Uruguay dio acceso a la plataforma de recursos Ceibal en Casa a todos los centros educativos, las familias y la comunidad docente, expandió la infraestructura y cuadruplicó el volumen de transmisión de esta plataforma.
La recolección de datos para este estudio se desarrolló entre finales de 2020 y comienzos de 2021 en los tres países. En Uruguay abarcó a 118 centros educativos donde fueron seleccionados al azar hasta 15 docentes de segundo de liceo.
Recursos y pedagogías.
Docentes y coordinadores TIC coinciden en señalar mejoras en la disponibilidad de recursos tecnológicos en sus liceos, en especial durante la pandemia. En Uruguay, el principal cambio se observa en la mayor cantidad de consultados que afirman que su institución cuenta con buena —rápida— conexión a Internet.
También aumentó el porcentaje de docentes uruguayos que dice tener equipos actualizados (57%), soporte técnico suficiente (48%) y acceso de tecnologías necesarias para el aprendizaje digital (52%). No obstante, menos de la mitad de los profesores señala que su institución cuenta con suficientes computadoras (48%).
La cantidad de profesores que asegura que nunca utiliza las TIC durante las clases disminuyó del 9% en 2018 al 3% en 2021, y quienes dicen que jamás preparan sus lecciones con recursos tecnológicos pasaron de 5% a 1%.
Uruguay alcanzó la casi universalización del acceso de docentes y estudiantes a portafolios digitales para el registro de las actividades (98%) y la universalización de acceso a las plataformas de aprendizajes, que llegó al 100% en 2020.
El uso diario de TIC en las instituciones educativas aumentó del 18% al 28%, mientras que ese recurso cotidiano para la enseñanza fuera del centro pasó del 54% al 65%.
En paralelo, son más los equipos docentes de contextos desfavorables que dicen que las TIC “distraen a la comunidad estudiantil” y hacen que se copie material de Internet. En esos contextos también son más los profesores que nunca usan TIC en la preparación y durante sus clases.
Clases de secundaria a través de la plataforma Zoom. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
Cooperación y coyuntura
Frente a la crisis sanitaria, los planteles docentes de los tres países participantes parecen haber buscado apoyo en el trabajo conjunto con sus colegas. En este sentido, Uruguay se destaca por la “amplia colaboración” entre profesores y esto explicaría que “la percepción de autoeficacia” del cuerpo docente nacional haya aumentado.
No obstante, el aumento en el uso de TIC es “coyuntural” —producto de las restricciones a la educación presencial vinculadas a la pandemia— y “no se asocia a una actitud más favorable respecto del uso pedagógico de estas herramientas”, insisten los investigadores en su informe.
El único cambio significativo en este sentido se observa en el alto porcentaje de docentes uruguayos que considera que las TIC ayudan a los estudiantes a desarrollar habilidades de planificación y autorregulación de su trabajo (75%).