El uso que dan a las licencias en el Parlamento dejó al descubierto diferentes visiones entre los legisladores. Para algunos diputados se abusa de ese derecho y debe regularse más; para otros está justificado por la actividad que se realiza.
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En el primer año y medio de legislatura los diputados se tomaron en promedio 36 días de licencia extra, informó Búsqueda el jueves 25. A ello se suma que en enero y febrero la gran mayoría aprovecha para irse de vacaciones ya que la Cámara no tiene actividad a excepción de sesiones extraordinarias o la actuación de la Comisión Permanente.
Estas licencias generaron un costo para el Parlamento de unos $ 25 millones debido a que los suplentes que ingresan por los diputados titulares cobran alrededor de $ 7.000 nominales por cada día. Mientras, los legisladores titulares reciben su salario mensual.
Además, los partidos crean estrategias en el uso de las licencias, explicó el investigador del Instituto de Ciencia Política, Daniel Chasquetti. Los acuerdos preelectorales son parte de ellas y consisten en un arreglo entre el titular y el suplente para compartir la banca. También se utiliza para formar cuadros políticos donde los jóvenes dirigentes se entrenan en el debate parlamentario. Ambos casos forman parte del repertorio de varios sectores del Frente Amplio, informaron legisladores oficialistas.
El viernes 26, el presidente de la Cámara de Diputados, el nacionalista Gerardo Amarilla, dijo a radio Sarandí que “evidentemente es un tema que hay que revisarlo”.
“Nos obliga a reflexionar sobre una costumbre que viene hace muchos años y que se adecua a un Uruguay de otra época, que debe corregirse para evitar algún tipo de abuso”, agregó.
El diputado colorado Conrado Rodríguez resolvió dar un paso más y adelantó a Búsqueda que está preparando un proyecto de ley para modificar el régimen de licencia de los legisladores. En su opinión, con la legislación actual hay “lugar a muchísima discrecionalidad”.
Una de sus preocupaciones está en que los legisladores usan las licencias sin necesidad de explicar realmente el motivo por el que la solicitan. Los casos por enfermedad son los menos (6%), al igual que las misiones oficiales al exterior (18%). En cambio, el 60,4% de las licencias tomadas fueron por “motivos personales”.
Rodríguez dijo que planteará en el proyecto que los suplentes que ingresan cobren por hora y no por todo el día. Además opinó que las licencias se deben plantear con antelación y no para el mismo día, como muchas veces ocurre. También planteará que se disminuya la cantidad de días de licencias sin expresión de causa, que hasta ahora es de 30 días. “No me explico por qué el Parlamento tiene 30 días, cuando un trabajador privado o del sector público tiene 20”, dijo.
Armar equipos.
El ex diputado por el Partido Comunista, Oscar Andrade, fue quien más días de licencia tomó: 100 en total, en su gran mayoría por motivos personales, y defendió la utilización de ese derecho. El ex legislador explicó el sábado 28 en una columna publicada en su cuenta de Facebook que cuando asumió había resuelto con sus compañeros de bancada “utilizar las licencias que la ley permite” para que ingresara Gerardo Núñez.
Esta decisión la tomó porque “estaba abierta la posibilidad” de que Núñez quedara al frente de la banca, tal como ocurrió cuando Andrade dejó Diputados a comienzos de julio de este año.
Agregó que la lista 1001 tiene un solo diputado, por lo que se “hace imposible abordar el conjunto de los temas que el Parlamento considera individualmente”.
“Estamos firmemente convencidos del trabajo en colectivo, en armar equipos”, argumentó Andrade.
Explicó que con Núñez se distribuyeron las tareas y proyectos a abordar: uno referido a los temas de materia laboral y otro a los referidos a la salud mental o el derecho de autor y el nuevo Código Penal.
Andrade dijo que las solicitudes de licencias permitieron “incorporar una metodología a la bancada de recorrer cada punto del país”.
“De hecho, cuando solicitamos las mismas, las usamos para llegar a cada rincón del interior, reuniéndonos con los intendentes de Artigas, Río Negro, Tacuarembó, Salto, Rocha y el interino de Rivera, con las comisiones de empleo y ediles en Maldonado, Salto, Rivera, Paysandú, Artigas entre otras”, agregó.
Dijo que se reunió con hogares que atienden a personas con disparidad, recorrió universidades del interior, hospitales. “Pero sobre todo trasladamos la agenda parlamentaria en asambleas en cientos de centros de trabajo”, afirmó, y estimó que participó de más de 300 asambleas.
“Más allá de la cuestión formal que se desprende de una decisión política, que defendemos, de aprovechar el marco jurídico actual para que nuestro compañero aprovechara al máximo las posibilidades de ingresar y ejercer la diputación, para hacer un trabajo colectivo y enriquecer las propuestas de la bancada, tenemos la absoluta tranquilidad respecto al trabajo hecho en el Parlamento, donde no solo no tomamos licencia (por la vía de los hechos durante esos días trabajamos el doble), sino que aplicamos un criterio de trabajo donde el parlamentario no solo recibe delegaciones, sino que se ‘pela las patas’ desembarcando donde están los problemas tratando de contribuir en el sentido de acercar la política a la gente, concepto tan caro para el campo popular”, argumentó Andrade.
Por otra parte, Heriberto Sosa, diputado del Partido Independiente, explicó que las licencias especiales que tienen los legisladores se dan porque el trabajo del parlamentario “no es igual” al que hace la mayoría de la gente.
“Reconozco que el sistema de licencias es muy generoso, pero la actividad de un legislador es un trabajo especial”, afirmó. Señaló que muchas veces se pide licencia para cumplir con la tarea de diputado en otra parte, fuera del Palacio Legislativo. Puso como ejemplo que la semana pasada pidió licencia para participar de una actividad sobre descentralización en Maldonado que estaría encabezada por el presidente de Diputados.
Sosa tuvo desde marzo de 2015 a julio de 2016, 64 días de licencia. Sin embargo, 54 días corresponden a licencia por enfermedad, según aclaró el legislador a Búsqueda. El resto fue por “motivos personales”.
Otro de los diputados que debió ausentarse por enfermedad fue el nacionalista Jaime Trobo. Se tomó 77 días de licencia. Por misión oficial pidió 31, nueve por enfermedad y los otros 37 por “motivos personales”. Sin embargo, gran parte de los solicitados por “motivos personales” fueron en el marco de un tratamiento médico.
En el caso del independiente Daniel Radío, tomó 53 días de licencia y solo tres de ellos fueron por motivos personales. Fue el que menos utilizó este argumento. Los restantes 50 se reparten entre 30 días por enfermedad, 14 por representación política y ocho por misión oficial.