Durante el gobierno de Tabaré Vázquez, Uruguay y Venezuela mantuvieron “relaciones carnales todos los días”, dice Almagro
Al frente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro sorprendió a muchos al adoptar y sostener una posición crítica sobre los gobiernos de Venezuela y Cuba. De hecho, una de sus promesas de campaña previo a ser designado era intentar que la isla retornara como miembro pleno a la OEA. Sus reclamos a los regímenes de Nicolás Maduro y Raúl Castro derivaron en el corte total de sus vínculos formales con el Frente Amplio y de casi todos sus vínculos personales con dirigentes de la izquierda uruguaya. Pese a las acusaciones de traidor e imperialista de sus antiguos compañeros, Almagro considera que sus cuestionamientos emitidos desde la OEA son los correctos y que, si en su momento no tuvieron el respaldo del gobierno de Uruguay, se debió a una actitud algo caprichosa del entonces presidente Tabaré Vázquez.
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