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Durante el gobierno de Tabaré Vázquez, Uruguay y Venezuela mantuvieron “relaciones carnales todos los días”, dice Almagro
En un libro el secretario general de la OEA dice que, en privado, Rodolfo Nin Novoa “no se tragaba mucho” la defensa de Maduro y que Vázquez trató de impedir su nombramiento al frente del organismo regional
Tabaré Vázquez conversa con Nicolás Maduro en la cumbre de las Américas Panamá 2015. Foto: AFP
Al frente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro sorprendió a muchos al adoptar y sostener una posición crítica sobre los gobiernos de Venezuela y Cuba. De hecho, una de sus promesas de campaña previo a ser designado era intentar que la isla retornara como miembro pleno a la OEA. Sus reclamos a los regímenes de Nicolás Maduro y Raúl Castro derivaron en el corte total de sus vínculos formales con el Frente Amplio y de casi todos sus vínculos personales con dirigentes de la izquierda uruguaya. Pese a las acusaciones de traidor e imperialista de sus antiguos compañeros, Almagro considera que sus cuestionamientos emitidos desde la OEA son los correctos y que, si en su momento no tuvieron el respaldo del gobierno de Uruguay, se debió a una actitud algo caprichosa del entonces presidente Tabaré Vázquez.
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“Vázquez soñó siempre con una dimensión internacional que no tuvo. Y que tuvo Mujica, en alguna medida, pequeña o regular, en connivencia o complicidad conmigo. Fue una época en la que Vázquez habló de no darle continuidad a ninguno de los proyectos de Mujica”, asegura hoy Almagro, canciller durante el gobierno de José Mujica de 2010 a 2015.
Sus declaraciones son parte del libro Luis Almagro no pide perdón, de los periodistas Martín Natalevich y Gonzalo Ferreira, que repasa la carrera del político uruguayo que desde 2015 es secretario general de la OEA. En el libro Almagro afirma que Vázquez nunca lo quiso en el puesto y que incluso intentó que Venezuela no lo votara en marzo de 2015, cuando competía por el cargo contra el exvicepresidente de Guatemala Eduardo Stein. Almagro está convencido de que las posiciones más duras de Uruguay contra Venezuela se dieron en ese momento con la intención de provocar la antipatía de Maduro sobre Uruguay y, como consecuencia, también sobre Almagro.
A pocas horas de asumir el 1º de marzo de aquel año, Vázquez sostuvo en rueda de prensa que la situación política que vivía Venezuela era “preocupante” y que era necesario que sus autoridades respetaran la institucionalidad democrática.
“Es muy sintomático. Vos decís: ‘Esto está tratando de joderme la candidatura’. Es muy obvio. Estaban apuntando a la candidatura para desestabilizarla hasta lo último. Después nunca más ocurrió. Me di cuenta que era el objetivo, después, porque pasó todo lo contrario”, argumenta Almagro en referencia al consiguiente declive de las críticas de Vázquez al régimen de Maduro.
Según el excanciller, ese “todo lo contrario” en la relación Uruguay-Venezuela significó pasarse “para el otro lado” y “tener relaciones carnales todos los días”, especialmente a partir de setiembre de 2017 cuando asumió como subsecretario de Relaciones Exteriores Ariel Bergamino, hombre de extrema confianza de Vázquez que se desempeñaba como embajador de Uruguay en Cuba.
“Estaba bravo, estaba muy bravo. Todos los márgenes de maniobra que yo tuve con Mujica... ahí había cero. Cero. Cerró filas. Cerró, cerró, cerró. Cerraron filas completamente. Terminó siendo la última línea de defensa de los bolivarianos en el peor momento. Y fue posición de Vázquez. Vázquez y Bergamino, que se transformó en el ejecutor directo de la posición de Presidencia en eso”, dice Almagro.
Para Almagro esta postura oficial de Uruguay respecto a Venezuela, liderada por Vázquez, mucho más medida que la de los otros gobiernos de la región y distante de la proclamada por la OEA, no era compartida por todo el Poder Ejecutivo; lo concluye porque contabilizó que los pocos comentarios públicos “semicríticos” hacia Venezuela venían de sus ministros y en particular del canciller Rodolfo Nin Novoa. “Yo hablé un par de veces con Nin Novoa, mano a mano, y Nin no se tragaba mucho eso”, afirma sobre el lineamiento uruguayo favorable a Maduro.