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Al igual que el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, Eduardo Radaelli pertenece a la familia militar. Ambos sirvieron en el Ejército; el primero fue infante, el segundo, artillero, iniciando la Escuela Militar en 1976, en plena dictadura. En 2015, la Corte Suprema de Chile ratificó la condena en su contra —junto con otros dos militares uruguayos— por el secuestro del químico y exagente de inteligencia chileno Eugenio Berríos, en 1992, y por haberse asociado en forma ilícita. Hoy Radaelli no duda en calificar a la Justicia de ese país de “ideologizada y corrupta”. Pero dice que eso es agua pasada y se enfoca en su nuevo horizonte político.
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—Todavía este Espacio de los Pueblos Libres no tiene una organización formal. Y entendemos que acá debe haber liderazgos compartidos. Ese concepto hay que dejarlo bien claro. Yo no me siento el líder de esto. Sí que por la trayectoria que uno tuvo dentro del Movimiento Social Artiguista y de Cabildo Abierto hay gente que llama y te va impulsando a hacer cosas. Entonces uno toma esa posta y empieza a correr con la posta en la mano. Pero en este momento no hay líderes ni quien diga este va a ser candidato a senador o a diputado.
—¿Le preocupa que se asocie su nombre al “caso Berríos”?
—Son temas que hasta en mi vida personal los he saldado, sin odios, sin rencores. Ni a mis hijos les transmito eso con esos temas que evidentemente me marcaron la vida. Y ahora hay que mirar para adelante, la gente está preocupada por otras cosas. Si puedo aportar desde mi función como ciudadano, estoy dispuesto a hacerlo. Pero siempre mirando para adelante. Lo que pasó, pasó, y vamos a tratar ahora de ayudar de la mejor manera posible.
—¿Qué responde a quienes califican a Cabildo de “partido militar”, por su base electoral vinculada a esa corporación y al alto porcentaje de exuniformados en cargos de responsabilidad política y pública?
—Hablaría mal de Manini que no lo siguiera buena parte de quienes fueron sus camaradas durante más de 40 años. Tendríamos que entender que la base del partido fue desde su inicio mayoritariamente militar y que esa base tiene que ser respetada, cuidada y mantenerse como cualquier base, ni por arriba ni por debajo de ninguna otra corporación. Pero esos 270.000 votos no son todos de militares, hay una amplísima mayoría de civiles que votaron a Cabildo. Y ha habido un espacio no cubierto por los partidos tradicionales —incluyendo al Frente Amplio— que Cabildo supo capitalizar. Simplemente, la militar es una corporación que fue fundamental para la fundación del partido y hay que mantenerla firme.