Educación STEM es “un motor de la movilidad social”, afirma informe interacadémico

El científico y excoordinador del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Rafael Radi, se refirió a ese estudio durante la entrevista que mantuvo en el marco del ciclo Desayunos Búsqueda, que se celebró el pasado 7 de julio en Magnolio Sala. Según dijo, el informe mostró que la educación STEM “no solo ayuda a tener una población mejor informada, sino que también es uno de los caminos para lograr el ascenso social”.

Entre las principales conclusiones obtenidas, el estudio menciona que todos los entrevistados “compartieron la necesidad de promover la educación STEM en el país”. Según el informe, la educación en ese tipo de áreas debe ser “priorizada por la sociedad en general”, dados los impactos positivos que tiene en las “posibilidades laborales, en la movilidad social y en el desempeño ciudadano”; y para ello, agrega, se deberían trabajar aspectos como los estereotipos de género que “alejan a las mujeres de las áreas STEM” y las creencias sobre la incapacidad de algunas personas para el aprendizaje de las matemáticas.

Por otro lado, el documento afirma que al ser consultados respecto al impacto socioeconómico de la educación, muchos expertos identificaron a la educación STEM “como un motor de la movilidad social”, al permitir un mejor acceso a trabajos más demandados y mejor remunerados. Esto, además, “se explica en parte por la menor influencia de la herencia cultural en las carreras y actividades basadas en STEM comparativamente con otros campos profesionales”, agrega el estudio, lo que en ocasiones permite progresar más rápidamente.

Entre las conclusiones se identifica además que un factor crítico para lograr mejoras en la enseñanza STEM y ampliar su alcance son los docentes en servicio, los directores de los centros educativos y los inspectores, por lo que es necesario que existan planes concretos que les brinden un mayor apoyo, sostiene.

Por otro lado, el estudio hace referencia a la “Transformación educativa” planeada por la Administración Nacional de Educación Pública, que comprende cambios en la manera de enseñar STEM. En ese sentido, el grupo interinstitucional afirmó que varias de esas modificaciones están “alineadas” con las mejores prácticas identificadas en una primera etapa, como promover metodologías activas, valorar la ciencia y tecnología como actividades humanas y establecer contacto temprano de los niños con la ciencia y tecnología.

Sin embargo, entienden que en la actualidad “permanecen algunas incógnitas relativas a su implementación”, especialmente referidas a la preparación de los docentes que enseñarán STEM. Esto es clave, mencionan, porque aunque cambien los programas, si los docentes siguen pensando y haciendo lo mismo que antes, “será difícil lograr mejoras relevantes en los aprendizajes”.

Al evaluar los aprendizajes STEM, el estudio identificó además de una insuficiencia general, niveles significativamente más bajos entre los jóvenes provenientes de contextos más desfavorables y también del género femenino. Por otro lado, el grupo observó que si bien en el país hay muchos actores en el ámbito de la educación STEM que desarrollan hoy “una labor valiosa”, no existe actualmente una integración y articulación entre ellos.

Problemas en la formación

Consultado por Búsqueda, Julio Fernández, presidente de la Academia Nacional de Ingeniería, expresó su preocupación por el nivel que muestra en Uruguay una formación que considera “fundamental” para el desarrollo del país. Es importante que los ciudadanos tengan una base de conocimiento que les permita tomar decisiones “que afectan a todos”, dijo.

El experto reconoció que ni Uruguay ni los países de la región “están demasiado bien” en lo que respecta a la educación STEM y opinó que las mayores deficiencias se encuentran en la formación docente. “Sin un buen plantel de docentes es imposible avanzar ni implementar nada. Eso implica que se los ayude con formación complementaria y que se los incentive”, comentó Fernández. En esa línea, citó un informe del Instituto Nacional de Evaluación Educativa de hace algunos años, según el cual las personas con peores resultados en las pruebas Pisa a los 15 años eran quienes tiempo después se dedicaban a la docencia en esas disciplinas.

Respecto a las conclusiones del estudio reciente, el académico señaló que a diferencia del fútbol, donde un chico o una chica con condiciones pueden acceder a muchas oportunidades, en la ciencia esto no ocurre. Y es que si un joven tiene, por ejemplo, grandes aptitudes para la matemática, “va a tener que esperar hasta llegar al nivel terciario para poder dedicarse a algo, si por el camino no lo arruinó algún docente”, dijo. En ese contexto, toman mayor relevancia las actividades extracurriculares como los clubes de ciencia o las olimpíadas de matemática, ya que ayudan a no perder talentos.

El presidente de la Academia Nacional de Ingeniería se refirió también a los prejuicios que enfrentan las estudiantes mujeres. “Somos conscientes de ese problema. Si queremos que haya una formación general de los ciudadanos, tiene que ser para todos, y las oportunidades de acceso para la gente más talentosa también debe ser lo más igualitaria posible”, señaló.