En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
El 14% de los menores de cinco años tiene problemas de desarrollo asociados a factores de riesgo de orden biológico y materno
Cuatro de cada diez niños afectados en su desarrollo tienen necesidades básicas insatisfechas, según una muestra tomada en Montevideo para un estudio médico
imagen de El 14% de los menores de cinco años tiene problemas de desarrollo asociados a factores de riesgo de orden biológico y materno
Es casi un cliché entre las autoridades educativas y de la salud referirse a la primera infancia como una etapa fundamental que influye de manera crítica en el resto del ciclo vital. Problemas como enfermedades crónicas, trastornos del aprendizaje e incluso criminalidad se asocian con factores de riesgo en esa etapa inicial de la vida.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Los trastornos del desarrollo conforman un grupo heterogéneo de problemas cuya prevalencia “crece” en la edad pediátrica, con déficits neurosensoriales (auditivos y visuales), motores e intelectuales, además de trastornos del lenguaje y del espectro autista, entre otros. Su detección temprana permite aplicar intervenciones eficaces en la evolución de la vida de los niños, puesto que disminuyen la discapacidad y favorecen la inclusión social.
De allí la necesidad de evaluar instrumentos de “pesquisa o tamizaje” para identificar niños y niñas con riesgo de trastornos y rezago escolar, un asunto prioritario de los planes sanitarios y educativos de Uruguay. Así lo explicó a Búsqueda el pediatra Gustavo Giachetto, quien lideró una reciente investigación con ese fin como director de la Clínica Pediátrica C de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar).
El estudio, basado en una muestra representativa aplicada a 500 niños de un mes a cinco años procedentes de 25 centros educativos públicos y privados de Montevideo, mostró resultados que “llamaron la atención” a sus autores.
Si bien el 46,3% de los 341 niños (177 niñas y 164 niños) que finalmente participaron en la pesquisa no presentó ningún factor de riesgo, el 14,6% sí mostró al menos un factor de riesgo biológico y un porcentaje similar mostró un factor de riesgo materno (14,1%), asociado al menos a una necesidad básica insatisfecha, especialmente a problemas de vivienda (25%).
Por riesgo biológico se entiende alguna patología que requiere hospitalización en unidades de cuidado intensivo en el período neonatal, bajo peso al nacer (menos de 2.500 gramos) o prematurez (edad gestacional menor o igual a 37 semanas). Mientras que el riesgo materno refiere a casos de madres adolescentes, escolaridad menor a 12 años, patología mental o consumo problemático de sustancias.
La investigación también detectó que los niños procedentes de centros públicos, incluidos aquellos que asisten a los Centros de Atención Integral de la Infancia y la Familia (CAIF) y centros de cuidado diurno del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), mostraron mayor riesgo materno y también ambiental, dado por el contexto crítico.
El 25% de los niños presentaron valores de cociente intelectual (CI) patológicos, es decir, menor a 85. La proporción fue la siguiente: CAIF 30%, centros diurnos 29%, jardines públicos 20% y privados 20%. Los autores definieron “normal” una puntuación media de CI de 100 más/menos 15. Aquellos con CI global menor a 85 puntos fueron derivados a los especialistas.
Con respecto al área cognitiva, el puntaje obtenido fue “sensiblemente mayor” en los niños procedentes de centros privados. En el resto de las áreas no se observaron diferencias significativas entre presencia de riesgo biológico y materno.
La investigación permitió evaluar pruebas “sensibles, sencillas y de bajo costo” para el país, como las contenidas en la Guía Nacional para la Vigilancia del Desarrollo del Niño y la Niña menores de cinco años, explicó Giachetto.
Según los autores, los resultados del estudio dan información valiosa a los tomadores de decisión en políticas públicas para la detección de trastornos del desarrollo de los más chicos, que resulta imprescindible para los equipos de salud de primer nivel de atención.
En el campo de la investigación aporta “datos inéditos” en la bibliografía médica de Uruguay, que pueden servir como base para futuros estudios poblacionales, destacó Giachetto. Añadió que los resultados concuerdan en líneas generales con otros estudios disponibles que dan cuenta del impacto de aquellos factores de riesgo medioambientales en la prevalencia de trastornos del desarrollo infantil.
Primera infancia.
El equipo de investigadores destaca que los países que invierten en programas de desarrollo de la primera infancia tienen sociedades más alfabetizadas, con mayor conocimiento básico sobre aritmética, mejores condiciones sanitarias y niveles inferiores de desigualdad. En América Latina y el Caribe, la inversión promedio es 0,4% del Producto Bruto Interno (PBI), la mitad que en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde llega al 0,7%.
Según los expertos, la inversión en la promoción de la primera infancia presenta retribuciones en el transcurso de la vida superiores a la inversión inicial.
Uruguay “ha avanzado mucho” en la atención de la primera infancia con el desarrollo “exponencial” de los CAIF desde 1988, y del programa Uruguay Crece Contigo desde 2012. Pero todavía “hay que intervenir con más programas focalizados”, aseguró Giachetto, quien también se desempeñó como director del Programa Nacional de la Salud de la Niñez en el Ministerio de Salud Pública durante el gobierno de José Mujica.
La Encuesta Nacional de Desarrollo Infantil y Salud reveló que un 25% de los niños y niñas menores de cuatro años tiene algún tipo de rezago en el desarrollo. Esto implica que esos niños no llegan a alguno de los niveles de desarrollo esperables para su edad. Y el rezago es mayor en los sectores de menor ingreso y de contexto socioeducativo vulnerable.