El 65% de las mujeres uruguayas con cáncer de mama demora al menos cinco semanas en recibir tratamiento, según datos del MSP

REDACCIÓN  
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Al observar la historia clínica de las mujeres que tienen más de 50 años, es usual encontrar por lo menos un estudio médico en común: la mamografía. En Uruguay se detectan cinco casos nuevos de cáncer de mama por día y una de cada 10 pacientes puede desarrollarlo. Además es la enfermedad oncológica más frecuente de la población femenina y dos mujeres por día mueren debido a ella. En las radiografías se observan imágenes sospechosas o malignas, que a veces pueden pasar desapercibidas al palpar la mama en una consulta o autoexamen.

Cada año se producen campañas de concientización y promoción para que las mujeres vayan a esta consulta médica. Y siempre se repite el mismo mensaje: la detección temprana es fundamental para curar la enfermedad y disminuir las probabilidades de mortalidad. “El hacer un diagnóstico y tratar el cáncer temprano es indispensable”, señaló Luis Ubillos, presidente de la Sociedad de Oncología Médica y Pediátrica del Uruguay y subdirector del Instituto Nacional del Cáncer.

Cuando una mujer se realiza la mamografía y el radiólogo observa una imagen sospechosa o un módulo maligno, se le quita una parte del tejido y se estudia en la anatomía patológica. El Ministerio de Salud Pública (MSP) recomienda que el tratamiento (que varía según el tipo de cáncer) se inicie alrededor de dos semanas después del diagnóstico. Sin embargo, eso no ocurre en todos los casos.

Según datos del MSP a los que accedió Búsqueda, el 65% de las mujeres tarda más de cinco semanas en recibir un primer tratamiento después de ser diagnosticada con cáncer de mama. El informe, que recoge datos entre julio de 2019 y junio de 2020, detectó que solo el 24% inicia una terapia de forma inmediata. Además, observó que la mayoría de los casos es tratable.

Los datos corresponden a la historia clínica de 291 mujeres que presentaron distintos subtipos de la enfermedad oncológica y se atendieron en el sector privado. “Desde que se hace el diagnóstico por una punción biópsica hasta que se toman las primeras conductas, que pueden ser quimio o cirugía, debería ser menor el tiempo”, señaló Ubillos.

Los plazos que tienen las instituciones médicas para brindar una respuesta a pacientes con cáncer de mama están estipulados y el inicio del tratamiento oncológico no puede demorar más de 60 días.

Varios médicos consultados por Búsqueda aseguraron que el ritmo en que se coordinan y efectúan las mamografías es “efectivo” y que no pueden “pasar semanas” para empezar un tratamiento si se sabe qué tiene la paciente.

Tres oncólogos de distintas mutualistas coincidieron en que los pasos a seguir están estipulados, pero que la atención “cambia” según cómo sean los servicios que se ofrecen. Hay mutualistas como el SMI, por ejemplo, que envían las muestras de anatomía patológica a servicios tercerizados y dependen de sus tiempos para obtener el resultado.

“Es una situación heterogénea. Cambia según a dónde se mande la muestra, cómo es la logística del envío y el seguimiento de cada caso”, indicó Ubillos.

Fuentes de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) dijeron a Búsqueda que la espera para recibir un tratamiento en el sector público es “aún mayor” y que puede llevar hasta seis meses.

El límite

Los datos recogidos por el MSP, que van hasta el primer semestre del 2020, contemplan la “caída” y los retrasos que hubo en la atención en las consultas médicas desde que se decretó la pandemia. “Había mujeres que tenían que recibir tratamiento y, en mi caso, por ejemplo, la clínica estaba cerrada”, recordó el médico imagenólogo, José Parada.

Sin embargo, el subdirector del Instituto Nacional contra el Cáncer señaló que los tratamientos oncológicos fueron “siempre” una prioridad y que se realizaron “casi” con normalidad. “Se intentó que el tratamiento del cáncer de mama no se atrase y perseguimos ese bien mayor porque sabemos que se cura”, agregó.

Cuando empezó la pandemia, la Sociedad de Oncología Médica y la Cátedra de Oncología publicó recomendaciones basadas en los tratamientos y controles que podían ser pospuestos. La atención a mujeres con cáncer de mama no está dentro de esta categoría.

A la espera

Hace dos semanas, un pequeño grupo de mujeres se reunió afuera de dos mutualistas de Montevideo para preguntar cómo podían tramitar denuncias por demoras en la atención. Todas tienen entre 40 y 58 años, se conocieron por un grupo de Facebook y comparten una historia en común: fueron diagnosticadas con cáncer de mama y hace más de un mes que aguardan una nueva consulta para recibir tratamiento. A la mayoría les habían postergado o cancelado la hora con su médico y tres esperaban un llamado para saber cuándo era su intervención quirúrgica.

Ante reiteradas consultas, las mutualistas les respondieron que las demoras se debían a problemas de coordinación en la agenda, la adaptación a la telemedicina y la sobreagenda de consultas de otras mujeres en su misma situación. “Se complicó por la pandemia”, repitieron una y otra vez.

En los últimos meses, las quejas por la falta de atención en las consultas se incrementaron en el sector público y privado. Y aunque Ubillos aseguró que no hubo un retraso considerable en los tratamientos de cáncer de mama, el último informe del Grupo Asesor Científico Honorario indicó que en 2020 las mamografías se redujeron un 66% y, por lo tanto, se diagnosticaron menos casos. En 2019 los prestadores privados hicieron 24.498 mamografías y el año pasado tan solo 8.140. “Es cierto que estamos por debajo de las cifras históricas, pero es un retraso potencialmente reversible. Se retomaron casi con normalidad y no es que vaya a condicionar la mortalidad”, señaló Ubillos. “Es una enfermedad que no se mide en días, pero sí en meses. Por eso importa el tiempo y que la atención sea rápida”.

Información Nacional
2021-02-17T17:50:00