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    El Ejército uruguayo regula el ingreso de mujeres por temas operativos aunque es más inclusivo que las Fuerzas Armadas de Argentina y Brasil

    Una noche de 2003, Ana Lucas se acomodó en la cama de la sala de internación; buscaba conciliar el sueño. Al otro día, tendría otra larga jornada en sus primeros días como alférez en el Batallón de Infantería Nº 5, en Mercedes. Durante tres meses, Lucas tuvo que dormir en la Enfermería de la unidad porque no había instalaciones preparadas para recibir mujeres en esa dependencia castrense.

    Esos “problemas estructurales”, sumados a la cultura masculina vinculada con las Fuerzas Armadas, no impiden que cada vez sean más las mujeres que se enlisten en el Ejército y busquen, ya sea como oficiales o como subalternas, su lugar dentro del ambiente militar.

    Algunos años y varios grados después, la capitán de infantería Lucas recuerda cómo en 2006 fue la primera mujer uruguaya jefa de sección —al mando de 43 militares— en la misión de paz en la República Democrática del Congo. En la base, compartida con senegaleses, no había ninguna otra mujer.

    “Una pasa por muchos desafíos en este ambiente, no es fácil, pero demostrando carácter y marcando la cancha de primera, una impone respeto. En el Ejército no se limitan las opciones por ser mujer: tenemos las mismas exigencias y las mismas oportunidades”, declaró a Búsqueda Lucas, quien también es la primera paracaidista militar mujer.

    Tanto entre oficiales como entre el personal subalterno, el porcentaje de mujeres mantiene una tendencia de crecimiento constante en el Ejército, lo cual plantea desafíos respecto a cómo darle cabida dentro de las unidades de combate.

    En 2005 había un 7% de mujeres en el Ejército y en 2010 ese número era de 10,5%. Actualmente, de los 15.000 efectivos, 16% son mujeres. Las proporciones varían entre el personal subalterno (13.500 efectivos), donde hay 17% de mujeres, y la oficialidad (1.500 efectivos), con 11% de mujeres, según datos oficiales.

    A diferencia de otras fuerzas como la argentina y la estadounidense, que incorporaron mujeres a sus filas combatientes hace pocos años, el Ejército uruguayo habilitó el ingreso de personal femenino a la escuela de oficiales en 1998; ya existía personal subalterno femenino. Brasil sigue sin aceptar mujeres en sus filas de combate.

    Perfiles e igualdad.

    El jefe del Departamento de Comunicación Social del Ejército, el coronel Yamandú Lessa, dijo a Búsqueda que el aumento de la cantidad de mujeres que integran la fuerza “aporta una postura más integral de la vida militar”, porque pueden “dar una visión que escapa a la que tenemos los hombres” y “ayuda mucho a la hora de tratar al personal”.

    El coronel explicó que este crecimiento está limitado “por los perfiles de algunos cargos y ocupaciones dentro del Ejército que si usted se los da a una mujer, la mata, por el trabajo físico que requieren”.

    “Buscamos que tengan la participación en tareas que puedan desempeñar en igualdad de condiciones, sin ser diferenciadas. Por ello hay una parte que se estima en 10% de las unidades de combate que puede ser para el sexo femenino”, agregó.

    Lessa sostuvo que “otro tema” que limita la cantidad de mujeres en el Ejército es la infraestructura: “en muchas instalaciones la cantidad también se marca por las condiciones que tenga esa unidad para dar cabida correctamente hasta determinado número de mujeres”.

    Lo que le ocurrió a Lucas, cuando no había una zona exclusiva de mujeres para dormir, ya no es común en las dependencias militares, pero sigue habiendo dificultades en algunas reparticiones debido a que fueron creadas “en otra época”, explicó Lessa.

    Ante esta situación, muchas veces a la postulante a ingresar al Ejército se le explica que en la unidad en la que solicitó ingreso no hay más lugar, pero que puede reubicarse en otra zona.

    “En lugares como los comandos o divisiones ese porcentaje es mucho mayor”, dijo Lessa. El oficial estimó que en esas dependencias, más grandes, con menos funciones de combate y más administrativas, hay “más de un 30%” de militares mujeres.

    Sin embargo, ratificó que “hubo y hay que hacer cambios” para recibir mujeres dentro de las filas.

    Líderes e inquietudes.

    La mayor Lorena Cardozo sabe lo que es ser “la primera”. Fue la primera mujer que egresó de la Escuela Militar luego de 114 años de graduados hombres y es la mujer con mayor grado en la actualidad. “Tenemos que hacer algunos esfuerzos más, en particular en las actividades físicas. Pero al ser algo vocacional se hace más llevadero”, dijo Cardozo a Búsqueda.

    Cardozo sostuvo que el personal a su cargo “nunca mira si el que está a cargo es hombre o mujer, sino su capacidad de liderazgo”.

    Dijo que dentro del Ejército las mujeres “tienen las mismas oportunidades que los hombres y pueden ocupar todos los cargos. No se nos limita ni en el salario, que es el mismo, ni en las responsabilidades”.

    La teniente Carina de los Santos integra el escalafón profesional dentro del Ejército. Además de poseer el grado militar, es abogada. En ese sector de la institución es “más común” ver mujeres militares, al punto que en algunas reparticiones son mayoría.

    De los Santos entiende que la estructura “jerárquica” y el “proceder disciplinario” hacen que, si bien varios militares hombres tienen una opinión contraria a la participación de las mujeres en la fuerza, a nivel de trabajo “esas opiniones no influyen” y se trabaja “normalmente”.

    Consultadas sobre el personal subalterno femenino, las oficiales explicaron que ellas tampoco aplican tratos preferenciales, pero “sucede que hay otra sensibilidad”.

    “En el aspecto social nos acercamos más a la mujer que queda sola cuando el soldado se va a una misión de paz o a la soldado que se embaraza”, dijo Cardozo.

    Tanto Lucas como Cardozo coinciden en cuanto a que las subalternas hoy muestran “una iniciativa que antes no tenían”. En vez de ocupar tareas de enfermería o administrativas dentro de los cuarteles y dependencias, muchas quieren hacer los cursos que les permitan escalar dentro de su carrera (el rango máximo es suboficial mayor) o están más interesadas en actividades de combate.

    Información Nacional
    2016-04-07T00:00:00