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En los meses recientes, reconocidos empresarios de la región, como el argentino Alejandro Bulgheroni, que es propietario del megatambo en Durazno y de un complejo vitivinícola en Garzón, y el líder del grupo de alimentos Marfrig de Brasil, Marcos Molina, estuvieron en Uruguay para mantener encuentros con el presidente Luis Lacalle Pou.
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Esos son algunos de los casos de empresarios, productores y técnicos vinculados a la producción agropecuaria que ingresaron al territorio uruguayo en el marco de la crisis sanitaria del Covid-19, para hacer seguimiento a sus negocios, así como para evaluar nuevos proyectos para los próximos años.
Del 1° de enero al 22 de agosto de este año hubo 923 solicitudes de extranjeros avaladas por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) para entrar al país de manera excepcional durante la pandemia, de las cuales 335 autorizaciones (36%) corresponden a ciudadanos argentinos, que comprenden la mayoría en el listado oficial al que accedió Búsqueda.
Indica que del total de productores y técnicos de Argentina que accedieron al permiso en cuestión, 186 hicieron el trámite requerido en forma directa en la plataforma web del MGAP. Y hubo 146 argentinos que solicitaron la autorización mediante la gestión de un ciudadano uruguayo en las oficinas correspondientes, detalla la información.
En las últimas décadas, el perfil del empresario que cruzó el Río de la Plata para emprender negocios en alguno de los rubros agropecuarios en el suelo uruguayo se caracterizó por la producción de granos. Los productores o fondos de inversión procedentes de Argentina participaron del boom de la soja, principalmente en los primeros años del auge registrado entre 2006 y 2014, ya que luego aparecieron grupos inversores de otros países y también apostaron a ese negocio actores de afuera del sector agrícola.
El área de siembra de soja en Uruguay pasó de unas 278.000 hectáreas, en 2005, a 1,3 millones de hectáreas, en 2015, según datos del MGAP.
Los brasileños se encuentran entre las nacionalidades de los empresarios del agro que, luego de los argentinos, acudieron en un número significativo a pedir el ingreso al campo local en plena pandemia. Fueron 154 los productores y técnicos de Brasil (17%) que solicitaron el permiso de entrada este año, de acuerdo al registro oficial.
En el caso de los brasileños, el perfil de negocios está vinculado a la producción de carne, ya que los grupos Marfrig y Athena Foods concentran la mayor parte de la faena con varios frigoríficos que tienen en propiedad.
El primero opera las plantas de faena Tacuarembó, Colonia, Cledinor e Inaler; mientras que el segundo es dueño de los frigoríficos Canelones, Carrasco y Pul.
Hay productores brasileños dedicados al cultivo de arroz, a la ganadería, entre otras actividades
Rabinos y varias nacionalidades.
El registro oficial muestra que otro grupo mayoritario que accedió a las autorizaciones del Poder Ejecutivo, ya que los ministerios de Salud Pública y de Relaciones Exteriores también tienen participación en la coordinación de los permisos, en este caso con el MGAP, fue el de los rabinos que ingresaron para las faenas de vacunos realizadas bajo el rito denominado kosher.
En el listado figuran 256 rabinos, que “no son argentinos”, según detalla, que llegaron a Uruguay para cumplir con ese requisito indispensable de faena que estableció el gobierno de Israel para que los cortes cárnicos de Uruguay puedan ingresar a su mercado.
El monto de las exportaciones de carne al mercado israelí aumentó 114% este año, en comparación a 2020, y alcanzó unos US$ 56 millones, según datos del Instituto Nacional de Carnes (Inac).
Además de los 355 argentinos y los 154 brasileños, ingresaron al campo uruguayo 21 empresarios de Estados Unidos, 14 de Malasia, 13 de España, 13 de Venezuela, 10 de Paraguay, 9 de Perú, la misma cantidad de italianos y colombianos, y ocho de Emiratos Árabes, entre otras nacionalidades.
En cuanto al caso específico del ingreso de los rabinos que se encargan de realizar las faenas en los frigoríficos habilitados para Israel, el Inac también participó de las gestiones requeridas en ese sentido.
A los pocos meses de la declaración de la emergencia sanitaria de la pandemia Covid-19, definida el 13 de marzo de 2020 por el actual gobierno, el MGAP ya empezó a recibir las primeras solicitudes de productores y técnicos argentinos, que principalmente estaban interesados en participar en la cosecha de soja. Unos 90 empresarios de Argentina ingresaron efectivamente al campo local entre abril y junio de ese año, tras cumplir con los requisitos sanitarios del momento y verificarse su registro entre productores en la División de Contralor de Semovientes, entre otras bases de información del MGAP (Búsqueda N° 2.076).
A medida que el Poder Ejecutivo flexibilice las medidas y determine la reapertura de las fronteras, es de esperar una corriente creciente de empresarios hacia Uruguay.
