El fenómeno de El Niño en la región afectará el sur de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, pero es un fenómeno global que impacta también en Australia, Sudáfrica y Estados Unidos.
Sierra señaló que en Australia afecta con una sequía que se produce desde que empieza El Niño durante el mes de abril, hasta que termina en el mes de marzo, y que por tanto, con este fenómeno, “se puede suponer” que a este país “le va a fallar” la producción de trigo, normalmente de unos 25 millones de toneladas, llevándola a 10 millones.
Sudáfrica también va a tener sequía y se va a ver afectada su producción de maíz y según aseguró Sierra , “se va a sentir el hambre en muchos países de África de bajos recursos”.
Como contrapartida del efecto en Australia y Sudáfrica, dijo que habrá una muy buena producción de granos en Estados Unidos y que “en esta región habrá un cosechón de soja y un cosechón de maíz”.
Señaló que también a China el fenómeno lo afectará negativamente y tendrá disminuciones en su producción de soja y maíz. “Es un buen año para hacer negocios”, sostuvo.
Anticíclico
Respecto al comportamiento actual de los precios en el mercado internacional, Sierra razonó que cuando Chicago ve que el Pacífico se calienta, bajan las cotizaciones, lo que a su juicio constituye un “misterio”, ya que deberían subir si a Asia le va a faltar producción. “Pero es otro gran misterio por qué estos grandes negocios no los hacen ni Argentina, ni Uruguay, ni Brasil”, y que el mundo “en cierto modo tiene sentido que vaya al revés”.
Señaló que Chicago ya tomó todas las medidas del caso y que estamos en un escenario en el que “salvo que ocurra un milagro, va a haber una producción grande y precios malos”.
Dijo que el fenómeno contrario del Niño es La Niña, que genera un efecto de sequía en Norteamérica, sobre todo en el sur y en esta región de Sudamérica, y que cuando sucede esto y Chicago ve que va a faltar producción, sube los precios.
Sostuvo que al Mercosur le falta un “mecanismo anticíclico”. Aseguró que “deberíamos retener producción en estos años de exceso para que no baje el precio y venderla cuando venga un año malo y suban los precios”.
Por este motivo, dijo dudar si un fenómeno climático como este es una buena o una mala noticia por cómo está la escala de precios. “Chicago ya bajó, y salvo que ocurra una catástrofe muy grande en Norteamérica, las cosas no van a cambiar”.
Pronósticos diferentes
Todos los pronósticos coinciden en la existencia del fenómeno El Niño, aunque no todos le atribuyen la misma intensidad.
El pronóstico australiano, sobre el cual dijo Sierra ser en el que confía más “porque ese país no puede jugar con esto” y por tanto no especula, indica que le pegará “fortísimo” y que será un año “malísimo”. Aclaró que aun así, el buró de meteorología de Australia está dando un Niño de casi 2,4 grados con su máximo en diciembre. Si este pronóstico se llegara a cumplir, “vamos a salir con el Arca de Noé”, dijo este especialista, porque están pronosticando El Niño del siglo. Aclaró, sin embargo, que siempre en estos anuncios “hay un poco de exageración y no hay que creérselo de entrada”.
Con relación al pronóstico norteamericano, Sierra dijo que “a Chicago le gusta la volatilidad, y sus anuncios llegan casi a 3,5 grados. Yo creo que físicamente no es posible, pero lo están diciendo”. Según su análisis, Chicago está apostando a que lleguen “las lluvias del mundo que a ellos les producen un poco de volatilidad porque atrasan la llegada de la cosecha norteamericana al mercado, pero en definitiva nunca ha habido un año del Niño con mala producción en Norteamérica. Y acá tampoco”.
Comentó que en los promedios de los análisis estadounidenses hubo un pico del fenómeno en el mes de julio, que caería y podría subir nuevamente en enero. Señaló que están dando un ambiente “tremendamente errático” y quizás no tan intenso como el que podría afectar a la India y a China.
Sierra aseguró que “va a ser una campaña errática como de las que venimos ya hace algunos años, a veces para bien y otras para mal”.
Los eventos Niño anteriores se dieron en los años 2002/2003, 2006/2007 y 2009/2010. Se estima que estos fenómenos se repiten cada 5 años más o menos y por lo tanto considerar tres eventos en los últimos 15 años está dentro del promedio.
Sierra dijo que generalmente detrás de cada Niño vienen dos Niñas, lo que podría generar muchas complicaciones. Indicó que las Niñas son mejores para el trigo y sobre todo después de un Niño que dejó suficiente humedad en el suelo.
Para el trigo no son buenos los eventos Niño, y para la soja tienen una correlación positiva pero de poco impacto y con un “ambiente peligroso”.
Sierra enfatizó que, contrariamente al trigo, el más beneficiado es el maíz. “En las Niñas queda por debajo y en los Niños anda volando”, aseguró y aclaró que “no por nada es un cultivo originario del Perú, donde precisamente está el Niño. Es el cultivo adecuado para andar bien en esos ambientes cálidos y húmedos”.
El climatólogo relativizó los efectos beneficiosos del fenómeno del Niño. Dijo que se lo presenta como la “panacea universal” y que si bien es cierto porque beneficia los rendimientos, no tiene el mismo efecto sobre la calidad de los cultivos y genera más costos por potenciales enfermedades. “Este año los que quieran ahorrar en fungicidas, en herbicidas o en tecnología, pueden tener un problema serio. Es un año en que se justifica la adopción de tecnología”, aseguró.
Atlántico caliente
Además del fenómeno del Niño, Eduardo Sierra agregó otro elemento que no siempre es tenido en cuenta, referido a la temperatura del océano Atlántico. En ese sentido señaló que “estamos en un ambiente que va a ser menos benigno que el de la década de los 90”.
Explicó que es un fenómeno al que se le presta poca atención porque no afecta a China, pero que el Atlántico tiene largos períodos de enfriamiento y otros largos períodos de calentamiento, y que “el anticiclón del Atlántico, que toca a Brasil y a Uruguay, cuando está frío es fuerte y nos manda vientos del mar hacia el continente. Cuando está caliente se dan mucho las tormentas sobre la costa pero no entran. Entonces estos períodos son malos”.
Relató que los años 70, 80 y 90 fueron un período muy largo de Atlántico frío y fue un “óptimo climático”. En ese período —explicó— avanzó toda la agricultura hacia el Oeste en Argentina y facilitó la entrada a Uruguay porque es un clima bastante estable. “Cuando se calienta el Atlántico se vuelve loco el clima de vuelta” y el Niño se hace “Modoki”, un término acuñado en Japón porque comienza a afectar a ese país, y que provoca cambios bruscos de temperatura, pasando del frío al calor y viceversa.
Como elemento adicional, pero no menos importante, Sierra mencionó el calentamiento global, un “fenómeno incipiente” que provoca que en la actualidad se verifique medio grado más de promedio que hace 40 años y un grado más que a principios de siglo, lo que, a juicio del especialista, “también le mete ruido al sistema”.