Desde UniónCapital se informó a Búsqueda que de los 260.000 afiliados con los que cuenta esa AFAP, solo a 8.185 les convendría desafiliarse este año. Su gerenta general, María Dolores Benavente, expresó preocupación porque solo dos personas de las que recibieron asesoramiento del BPS —como prevé la ley— pasaron luego por la administradora a realizar consultas adicionales para tomar una decisión.
En total son 1.400 trabajadores los que se acercaron a las oficinas del BPS y están pensando su decisión. Allí se les dio un documento con tres escenarios: uno base de cómo quedaría su jubilación por ese instituto y por el sistema mixto, y dos alternativas (con una rentabilidad de las inversiones de las AFAP de 1,5% en unidades reajustables —UR— y otra de igual magnitud pero negativa).
“Calculamos que el año que viene van a ser 1.400 personas a las que les conviene desafiliarse, y el número se queda estacionado ahí, en mil y pico. Si esto se cumple con racionalidad, es decir que se vaya solo el que le conviene, no hay problema para el sistema en cuanto a liquidez”, dijo Benavente.
En República AFAP, la que tiene la mayor red de sucursales, se está registrando una mayor cantidad de traspasos de afiliados porque la ley 19.162 también permite realizar ese trámite en la administradora de destino. Según su presidente, Luis Costa, en febrero hubo 800 traspasos, cuando en todo 2013 habían sido 1.400. En marzo se trabaja a un ritmo de 50 traspasos por día, cuando lo usual eran 50 por mes.
“Había una demanda insatisfecha porque el trámite era engorroso. Y en el interior es más fuerte (la demanda) que en Montevideo. En los primeros días de marzo hubo 150 traspasos en tres días, 100 del interior y 50 en Montevideo”, dijo.
Reforma estructural
“No es la primera vez que venimos a hablar de estos temas”, dijo Ferrari, director del BPS en representación de los trabajadores, al inicio de su presentación en la sede de Sutel.
Tras destacar el aumento de las jubilaciones mínimas que se hará a mediados de año, así como el nuevo sistema de afiliaciones de oficio (que beneficia a la AFAP con menor comisión), comenzó con sus críticas.
Dijo que con un sueldo mayor a $ 106.000 “se rompe la solidaridad”, ya que los ingresos por encima de ese tope no están obligados de aportar al sistema. Cuestionó que las comisiones de administración —principal ingreso de las AFAP— sean libres y que República, la que cobra menos, “no hace una campaña ofensiva preguntando si es justo que las demás empresas cobren más”.
Estimó que “78% de los trabajadores afiliados nunca estuvieron obligados” a entrar a una administradora por tener más de 40 años en 1996 o ganar menos de $ 35.516 ($ 5.000 a valores de entonces). Se preguntó: “Qué pasa si mis aportes no llegan nunca a la empresa” por incumplimientos patronales, ejemplificando con la ex Metzen y Sena. Subrayó que el único que garantiza una jubilación mínima es el BPS.
Hubo argumentos todavía más técnicos. Para Ferrari, en una AFAP una persona no puede “saber con cuánto” se jubilará hasta el momento en que eso ocurra por la rentabilidad de las inversiones que realizan con el fondo previsional.
Según cálculos de Búsqueda, dicha rentabilidad para 2013 fue negativa tanto medida en dólares (4,5%) como en UR (5,3%). La rentabilidad histórica se sitúa en 11,7% y 7,3%, respectivamente.
Ferrari se pregunto por qué, a los efectos de realizar las proyecciones en las que se basa el asesoramiento personal que comenzó el mes pasado el BPS, el Banco Central pidió fijar una rentabilidad base de 2,5%.
Por otra parte, el representante de los trabajadores dijo que “nadie pone plata” para financiar el incentivo establecido por el artículo 28 de la ley 16.713 para quienes se afilien voluntariamente a una AFAP y que implica un aumento en la jubilación (multiplicando por 1,5 las asignaciones mensuales por las que se cobra aportes). En 2016, señaló Ferrari, esto le supondrá al BPS un desembolso de U$S 400 millones.
“Capaz que ponen impuestos a los ricos” para financiarlo, ironizó y hubo risas en el público. “O ponen impuestos al consumo o reestructuran el sistema”, agregó. “Esta es la razón por la que tal vez a alguno le sirva. No porque la AFAP da una mejor jubilación sino porque el sistema solidario es el que se la da”, sostuvo.
“Está más que claro que no estamos de acuerdo con un sistema individual y no es contra la capitalización. En el PIT-CNT proponemos que a partir de cierto nivel haya un sistema de capitalización colectivo de inversiones, pero que no incluya a más de 10% de los trabajadores”, señaló. “No queremos agarrar plata para despilfarrar, queremos un sistema sostenible. (…) Esto es parte de un proceso de reestructuración de la seguridad social”, agregó.
Tras muchas preguntas, Ferrari dejó una consigna clara a los sindicalistas: “La posición del PIT-CNT es una, pero la decisión es individual. Hay que pedirle al compañero que averigüe (si está comprendido en la ley de desafiliación), si podemos, guiarlo. Esto es una tarea de uno a uno”.
Un delegado propuso que todos los sindicalistas tomaran la decisión de desafiliarse o por lo menos aportaran solo lo obligatorio a una AFAP. Ruiz le respondió: “En seguridad social es una decisión personalísima. Ahora tenemos que debilitar las AFAP para luego reformar el sistema. La posición del PIT-CNT es que queremos un sistema sin lucro. Vamos a ver si nos dan las fuerzas para ir hacia una reforma estructural del sistema en el próximo gobierno”.
Ley comunista
De a poco la desafiliación de las AFAP comienza a colarse en la campaña electoral.
El martes 11 la lista 305 del senador José Amorín Batlle realizó un encuentro con la consigna: “¿Desafiliación sí, desafiliación no?” Los oradores del evento fueron Ariel Davrieux y Renán Rodríguez, ambos partícipes de la redacción de la ley que reformó el sistema de seguridad social en 1996 integrando a las AFAP.
Del evento participó también el senador Tabaré Viera, quien anunció que se presentará un proyecto para modificar la forma de cálculo de los topes jubilatorios. Y estuvo Benavente, de UniónCapital, en calidad de oyente.
“Esta es una política donde se enfrentan concepciones del mundo”, comenzó Davriuex. Para este ex director de Planeamiento la aceptación de las AFAP está dada por el 1,2 millón de afiliados. “Hay 1% que está en contra y es un enfoque en el que se hace solo lo que ellos quieren. Querían darle libertad a la gente para que hiciera lo que quisiera, siempre que fuera en contra del sistema”, dijo.
Davrieux opinó que la opción de desafiliación debería hacerse entre los 50 y 55 años, y que la nueva ley es “complementar algo que se había hecho costumbre”, refiriéndose a los cuatro decretos que años atrás habilitaron la salida de las AFAP para colectivos restringidos. “La ley salió como la empujaron los sindicatos y las organizaciones paralelas con el Partido Comunista”, afirmó.
Sobre las desafiliaciones señaló que en su sector son “partidarios de que si alguien está perjudicado, se vaya”. “Y la gente tiene derecho a elegir que le vaya mal”, dijo.
Rodríguez defendió la bonificación para los afiliados voluntarios a una AFAP como “un instrumento redistributivo” que “beneficia fundamentalmente a los de más bajos ingresos” y es “el corazón de la reforma”. Destacó que “60% del dinero de las AFAP es rentabilidad y no el aporte personal, y ese rendimiento se obtiene con el tiempo”.
Finalizando el acto, Amorín Batlle dijo no estar “arrepentido” por haber elegido una AFAP y rechazó realizarse un asesoramiento personal. “Tomamos una decisión con el corazón porque creíamos que había que apostar al sistema nuevo. Este acto muestra lo que somos los colorados, tenemos cabeza de gobierno y pensamos en aportar más que en criticar. El Frente Amplio nació para destruir más que para construir”, sostuvo.
Economía
2014-03-13T00:00:00
2014-03-13T00:00:00