El bullying homofóbico “permea” al sistema educativo en todos los contextos económicos y “se acentúa” en colegios religiosos

escribe Juan Pablo Mosteiro 

“Cuando entré al liceo fue horrible, en mi primer año me acuerdo de que pasaba llorando todo el día porque no quería ir… Me ponían carteles en la espalda, tipo, me dibujaban penes, me ponían ‘gordo puto’..., y ta, pasaba llorando...”, rememora un joven, hoy egresado del sistema educativo público. Otro exliceal dice: “Yo era normal, pero un poco afeminado...”. Y otro: “Si quería podía intentar no ser afeminado, pero tenía un compañero que era negro, homosexual y gordo, (él) estaba en el horno...”.

Esta nota es exclusiva para suscriptores de BÚSQUEDA y GALERÍA
Elegí tu plan y suscribite

Suscribite

¿Ya sos suscriptor? Iniciá sesión

Probá nuestro servicio, registrate y accedé a una nota gratuita por semana.