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Poco después de enviar al Parlamento un proyecto para legalizar y regular la producción y venta de marihuana, que fue aprobado hace unos días, el Poder Ejecutivo presentó otra propuesta sobre drogas, pero en este caso para cambiar las reglas del mercado del alcohol, la droga legal más consumida.
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El jueves 12 una delegación de Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC) planteó sus reparos en la Comisión Especial de Drogas y Adicciones de la Cámara de Diputados al proyecto de ley elaborado por la Junta Nacional de Drogas (JND) que prevé, entre otras medidas, aumentar la carga impositiva sobre las bebidas alcohólicas, prohibir su consumo en la calle, los “happy hour” y la “canilla libre”, y crear la Unidad Reguladora de Bebidas Alcohólicas (URBA) para aplicar la normativa.
El director de FNC, Ruben Ordoqui, dijo a Búsqueda que si el proyecto se aprueba con su actual redacción la ley será un “fracaso” y su aplicación junto con la ley de la marihuana creará “caos social”.
“Uruguay no es un problema desde el punto de vista del consumo abusivo” de alcohol, opinó Ordoqui. “La sociedad uruguaya no está toda mamada, acá no está la gente cayéndose por las calles en la noche”.
—¿Cuál es su posición sobre el proyecto de ley?
—Nosotros no estamos en contra del proyecto, pero lo que el proyecto necesita es centrarse en la atención de los jóvenes de 13 a 18 años. Lo aceptamos con un enfoque hacia la juventud, trabajando en intervenciones, percepciones y medición de resultados. Es un proceso que lleva años porque no se cambia la actitud de un grupo de jóvenes que responden a lo que los sociólogos llaman rito de pasaje. Incorporan droga, incorporan alcohol, incorporan mezclas de sustancias y tienen la percepción que el que toma y tiene una chiquilina bonita es el vivo del grupo. Lo que tiene que entender la autoridad es cómo consumen y por qué consumen, si no lo saben es difícil atacar el problema con este proyecto de ley. Lo que se hace es poner una cantidad de prohibiciones, sanciones, normativas, que es lo que hace al proyecto prohibicionista en lugar de trabajar en la educación.
Creo que acá la preferencia se le está dando a un reclamo que tiene la sociedad probablemente, de que supuestamente hay mucha gente consumiendo alcohol y se debe hacer algo.
—La JND estableció que hay 250.000 consumidores problemáticos adultos. ¿En ellos tendrán efecto las prohibiciones que usted menciona?
La JND dice que son 250.000, nosotros lo respetamos, pero si vas a decir que hay un problema en el tipo que toma una copa de alcohol por semana me parece que estás estirando la piel demasiado. Vamos a centrarnos en un grupo de 70.000. Primero, de ellos se tiene que encargar el Ministerio de Salud Pública como hasta ahora, no tiene que haber algo diferente para tratar consumos abusivos de los adultos. La solución es muy sencilla y es apoyarlo con recursos y con gestión. El proyecto dice que la JND va a recaudar plata para resolver el problema de los adultos. No tiene que haber una ley para ellos, si ya están detectados y tratados.
Creo que un porcentaje muy alto de prohibicionismo genera mercados paralelos informales especialmente para ese tipo de consumidores. Se empieza a trabajar en un mercado muy complicado donde los abusivos adultos van a buscar el alcohol que les falta porque son otro tipo de consumidores: van a conseguir el trago donde sea.
—¿De dónde surge el reclamo de la sociedad al que se refirió?
—Hay como una especie de falsa alarma, probablemente porque en verano la gente se junta y los fines de semana hay mucho relajo en algunos lugares y la gente se queja. No desconozco esa realidad, creo que hay que reencauzarla, pero si hacemos una ley para 70.000 personas estamos dejando un millón y pico de personas que se comen una ley sin tener nada que ver con ello. Uruguay no es un problema desde el punto de vista del consumo abusivo. Estamos entre 6 y 6,5 litros de alcohol anuales per cápita, 105º a nivel mundial y 16º en Latinoamérica. El proyecto tiene un conjunto de elementos que están bien, pero tiene otros que están creando burocracia que no corresponde. Y tampoco tiene una consideración básica y clave de que la sociedad uruguaya no está toda mamada, acá no está la gente cayéndose por las calles en la noche.
—Durante el debate por l?a marihuana varios parlamentarios que respaldaron el proyecto dijeron que el alcohol es peor que el cannabis por los efectos sociales que genera —accidentes de tránsito, violencia doméstica, por ejemplo—. ¿Qué opina al respecto?
—Alguien pensó que era todo lo mismo cuando no lo es. Es muy evidente que si tu tomás un vaso de cerveza con una comida te da satisfacción. Si sos una persona normal no te hace mal, se digiere como cualquier otro alimento o bebida. Ahora, si te fumás un cigarro de marihuana te va a hacer mal, no tengo duda, aunque te fumes uno por día. No me gusta, no me parece razonable, que todo vaya a la misma olla. El alcohol consumido moderadamente con la marihuana consumida responsablemente no es comparable. No tiene fundamento científico.
Yo, si tomo diez litros de leche tengo un coma hepático. Los abusos son todos malos. Conduzco y tomo por arriba de lo que debo tomar (0,3 gramos de alcohol por litro de sangre) y tengo problemas. Hay gente dentro del Parlamento que está dando manija para caerle a todo. Nuestra preocupación por el consumo abusivo de alcohol tiene varios años. La compañía tiene como concepto que hay que tener responsabilidad empresarial para manejar el tema de alcohol con moderación. Si uno consume y maneja la puede quedar. Nosotros trabajamos con la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) en los últimos años, especialmente el 24 de agosto, y al cabo de tres años los accidentes cayeron. Probamos que la gente empezó a darse cuenta, a percibir que tenía un problema si tomaba.
—¿Piensa entonces que así planteada la ley no cumplirá sus objetivos?
Si esta ley no produce un sistema de trabajo que permita avanzar en la percepción del joven sobre el alcohol, va a ser un fracaso. Además va a generar un caos social junto a la ley de regulación de la marihuana. La simultaneidad de ambas es un elemento que no se puede obviar, sobre todo teniendo en cuenta que quienes trabajarán en la aplicación de una trabajarán en la otra. Esto no es como sacar una ley como la del tabaco, ponerle un tic y que se arregle otro. Acá hay que arremangarse e ir al terreno, trabajar en la sociedad. Nosotros creemos que nuestro equipo comercial sabe mucho más que la JND de lo que pasa, no tengo duda. Porque transitan la calle todos los días.
—La semana pasada en su visita al Parlamento plantearon como innecesaria la creación de la URBA. ¿Qué le preocupa?
—El Estado tiene ya una cantidad de disposiciones que no se cumplen. Sería mucho mejor hacer eficientes los organismos que tenemos. Además no nos parece crear más institucionalidad que dependa del Poder Ejecutivo. Está en la Torre Ejecutiva y vos les vas a preguntar y te contestan si quieren. Me pedís que te vote una ley, me pedís que te dé impuestos, y me decís que vas a hacer las cosas como a vos te parece. No nos parece justo. Nosotros le llamamos a esto un proyecto de gabinete, porque en lugar de trabajar en el piso, en los bares, en la Rambla, en los partidos de fútbol, me lo vas a resolver sentado. El proyecto tiene pocos objetivos que valoricen la gestión y que puedan ser controlados por parte del Parlamento. Van a manejar 30 millones de dólares sin control parlamentario, estamos dando un cheque en blanco a un tema muy delicado.