Si en una misma tenida uno bebe dos o más litros de cerveza, tres cuartos litros de vino o cuatro medidas o más de whisky está en problemas.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAsí al menos lo entienden las autoridades de la Junta Nacional de Drogas (JND), un organismo de Presidencia de la República para el que más que otras sustancias, el alcohol, socialmente aceptado, es el problema más serio y en franco crecimiento.
Otras drogas, como la pasta base, cargan con un estigma más fuerte e incluso son vistas como causal o chivo expiatorio para muchos males de la sociedad, pero su uso es marginal.
Aunque a la larga es cara y produce mayores daños que otras, la rapidez con la que llega al cerebro y el precio más bajo por dosis han hecho de la pasta base de cocaína (PBC) la droga preferida en los barrios pobres de Montevideo y en menor medida en el resto del país (ver recuadro).
El estudio más reciente de la Junta Nacional de Drogas, que dirige el sociólogo Julio Calzada, sostiene que mientras el empleo de alcohol y otras sustancias psicoactivas crece, este subproducto de la cocaína está en una “meseta” y su consumo no ha aumentado en los últimos cinco años, al tiempo que continúa con una prevalencia alta, aún difícil de estimar, en algunos segmentos de población.
La Quinta Encuesta Nacional de Hogares sobre Consumo de Drogas presentada ayer miércoles en la Torre Ejecutiva traza un panorama de la situación de las sustancias psicoactivas en Uruguay salvo precisamente en el caso de la pasta base, acerca de la cual el estudio advierte que los resultados, si bien sirven para comparar con el pasado, no son totalmente fiables porque tienen fuerte incidencia “poblaciones ocultas” que residen fuera de los hogares encuestados.
El trabajo de campo fue realizado por la empresa Grupo Radar y abarcó 5.000 casos de localidades mayores a 10.000 habitantes.
Para llegar a la conclusión provisoria de que en el país existen unos 2.100 consumidores “problemáticos” de pasta base, los expertos del Observatorio Uruguayo de Drogas tuvieron en cuenta no solamente los datos de la encuesta sino otras fuentes, entre ellas las agencias policiales y las instituciones de tratamiento médico especializado, explicó a Búsqueda el coordinador del Observatorio, Héctor Suárez.
A nivel internacional se estima que cuando los organismos de represión de drogas ilegales tienen éxito, logran capturar alrededor de un 10% de las sustancias que circulan.
Si eso es cierto para el último alijo importante de PBC incautado en el país —en el cual pasaron a manos de la Policía 420.000 dosis (con un valor de unos U$S 840.000)— es posible estimar que el mercado local es de unos cuatro millones de dosis mensuales que surten a unas 7.000 personas, 2.000 de las cuales hacen un “uso problemático”.
El documento de Presidencia indica que “si bien en general el consumo de pasta base es bajo, su visibilidad está dada por las características que adquiere el consumo y por la concentración geográfica y por lo tanto socioeconómica. En Montevideo —donde la prevalencia duplica a la del interior— hay zonas donde el empleo alcanza al 4%”.
El perfil de los consumidores de pasta base —según la JND— indica que ocho de cada diez son hombres, tres de cada cuatro son menores de 30 años y siete de cada diez residentes en la capital. La investigación concluyó que “prácticamente la totalidad son policonsumidores y la mayoría se inicia en otras sustancias, siendo la pasta base droga de inicio en una porción despreciable”.
En cuanto a la edad, el promedio de comenzar su uso arroja 18,9 años, menor que en 2006, que era a los 19,6 pero con la particularidad de que en el interior comienza un año antes.
Por su parte, la presidenta de la asociación civil Las Madres de la Plaza, Rocío Villamil, dijo a Búsqueda que los adictos llegan a 70.000 en todo el país. Villamil se manifestó muy crítica con las políticas públicas en el tema drogas y se afilió a la postura minoritaria del presidente José Mujica en el sentido de aislar a los adictos.
“El alcohol es la droga más consumida por los uruguayos” resalta el informe, igual que años anteriores. Según la encuesta, nueve de cada diez personas entre 15 y 65 años lo han probado alguna vez en la vida y tres de cada cuatro han bebido alcohol en los últimos 12 meses.
La investigación muestra “un incremento estadístico significativo respecto a lo consignado por el anterior estudio (2006) de 7,5 puntos porcentuales” afirma el documento.
No todos los que beben cerveza, vino o bebidas destiladas o fuman un porro son “problemáticos”. Sí lo son —según las autoridades— unas 320.000 personas, más de uno de cada cuatro, que convierten a este rubro en “la principal urgencia de Salud Pública”.
La ingesta de alcohol es mayor en Montevideo que en el resto del país y en los hombres más que en las mujeres, salvo los menores donde el empleo es parejo.
No hay grandes diferencias de uso según los niveles educativos. En ambos sexos, la mayor proporción de consumidores se encuentra entre los 18 y los 25 años, presentando luego un descenso, más pronunciado en las mujeres, a medida que avanza la edad.
La edad promedio de inicio del consumo es de 16,6 años, pero la más precoz, como en el caso tabaco, es a los 13 años.
Los técnicos hallaron un aumento de la precocidad de consumo y determinaron que a más edad mayor es la frecuencia de ingesta.
Los parámetros utilizados consideran que se usa por encima del nivel de intoxicación cuando se bebe en una misma oportunidad dos o más litros de cerveza, tres cuartos litros de vino o cuatro medidas o más de bebidas destiladas.
“Una persona que toma solo en eventos sociales, pero que cuando lo hace consume mucho, es considerada un usuario problemático, aunque su frecuencia sea muy baja, debido a los riesgos potenciales de esa única u ocasional ingesta excesiva” que potencialmente está relacionada con accidentes de tránsito, riesgos cardiovasculares, hipertensión y otros problemas.
El informe ubica “el perfil de los consumidores problemáticos” a “hombres residentes en Montevideo, 62% entre 18 y 35 años”. Para los consumidores en general, la investigación no encontró diferencias importantes según área geográfica pero sí por sexo: 17,7% de consumidores altos son hombres y solo 4,3% mujeres.
Otro dato destacado es que el 67,2% de las personas que bebieron alcohol en el último mes (la encuesta se realizó entre setiembre y noviembre pasado) consumieron cerveza y casi un 16% de estos “presentan abusos por ingesta”.
El consumo de tabaco, la segunda droga más consumida en Uruguay, tuvo una caída de tres puntos porcentuales respecto a 2006.
La caída de 34% a 31% se explica porque dejaron de fumar adultos jóvenes, sobre todo hombres.
Los tranquilizantes, usados por uno de cada seis, son la única sustancia a la cual las mujeres recurren más que los hombres. Se trata de la tercera droga más consumida, con una prevalencia del 16%.
El consumo de marihuana aumentó casi tres puntos respecto al quinquenio pasado. El 16% de los fumadores de cannabis que lo han hecho en el último año “presentan signos de dependencia” lo que para los técnicos constituye “un signo de alerta” ante los eventuales daños a la salud. Los especialistas advierten que es una información “no siempre tomada en cuenta al discutir sobre la pertinencia de su consumo” sobre todo cuando se está discutiendo la legalización. El documento afirma que solo en el caso de la marihuana “por lo menos 20.000 personas” son objeto potencial de tratamiento.
“Cuatro de cada 10 de los que prueban la sustancia mantienen el consumo” y “la mitad de los consumidores diarios de marihuana presentan signos de uso problemático”.
La segunda sustancia ilegal más consumida es la cocaína, con una clientela de unas 30.000 personas, el 1,9% de la muestra.
“El 6,2% de las personas entre 15 y 65 años ha consumido cocaína alguna vez en su vida”. En este caso se da mayormente en hombres, residentes en Montevideo y menores de 35 años.
Respecto a la dependencia, el 34% de los que consumieron en el último año “presenta signos de dependencia”, lo que representa a 10.204 usuarios, el 0,7% de las personas entre 15 y 65 años.