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El equipo económico se abraza al resultado fiscal “estructural” como el “verdadero”
El Ministerio de Economía proyecta que ese déficit aumente en 2024 al equivalente a 2,9% del PIB debido al efecto sobre la recaudación de una inflación en baja
La ministra Arbeleche hizo balance de los números fiscales. Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS
Durante la larga exposición efectuada ayer miércoles 21, Azucena Arbeleche usó seis veces la palabra verdadero para referirse al resultado fiscal “estructural”, más otras expresiones por la negativa para diferenciarlo del que, según la jerarca, “no hay que mirar” al analizar el desempeño de las cuentas públicas: el dato corriente o efectivo que su Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) históricamente informa el último día de cada mes.
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La mirada “estructural” forma parte de la nueva regla fiscal —institucionalizada con la Ley de Urgente Consideración votada al inicio del actual período— y es el resultado fiscal depurado de las partidas afectadas por la fase expansiva o recesiva del ciclo económico, así como por aquellas derivadas de factores extraordinarios, como la pandemia o la sequía. Al cierre de 2023, el saldo estructural fue deficitario en el equivalente a 2,7% del Producto Interno Bruto (PIB), comunicó la ministra. Por otro lado, el resultado efectivo, que el equipo económico considera un dato secundario —en contraposición con algún exjerarca, varios analistas privados y técnicos vinculados al Frente Amplio (ver recuadro)—, significó más de medio punto mayor a eso, de 3,3% (en lugar del 3,2% informado semanas atrás por el MEF al calcularlo con una cifra de PIB más afinada). De este último resultado anual, según la ministra, “no es válido mirar cifras mes a mes”, porque hay “determinada cadencia de pagos” durante el año que puede afectar las finanzas del sector público; “hay que mirar el déficit a diciembre, y estuvo totalmente alineado” con lo proyectado.
Arbeleche habló casi una hora en un semivacío auditorio del edificio anexo de la Torre Ejecutiva; solo estuvieron llenas las primeras dos o tres filas, ocupadas por directores de unidades ejecutoras de su cartera (DGI, Aduanas, Auditoría Interna de la Nación, etc.), jefes de las asesorías, presidentes de algunos entes (como Ancap, UTE, Antel) y unos pocos legisladores del gobierno. Ante esa tribuna oficialista hizo balance de la gestión fiscal y resaltó otros números macroeconómicos, también con transmisión por streaming.
Balance
El repaso del año pasado lo resumió señalando que hubo un “fuerte crecimiento del empleo” (hay 37.000 personas más trabajando que en 2022), una recuperación del salario real (4%), además de que “se bajaron los impuestos” a las rentas personales, “se volcaron más recursos a la sociedad” y “se cumplieron las metas fiscales”, sin perder la “mirada de largo plazo”.
En varios pasajes de ese balance comparó datos también con 2019, antes de la crisis por el coronavirus y del cierre de la gestión frenteamplista de Tabaré Vázquez.
Por un mayor impacto de la sequía al estimado inicialmente, el MEF recalculó el crecimiento de la actividad económica a 0,5% para el promedio de 2023 frente al año anterior (en lugar de una cifra cercana a 1%). De todos modos, acotó: “Estamos 3,6% por encima del nivel prepandemia”, subrayó Arbeleche. Aseguró que también la inversión total se ubica 20% por sobre el guarismo de 2019.
Sobre el empleo, una “variable sumamente importante” para la ministra, la alusión a la izquierda fue directa: entre 2014 y 2019 se perdieron 52.600 empleos y al cierre de 2023 hubo 76.100 más que en ese último año. Es decir que “más que se compensa la destrucción que hubo en los cinco años de la administración anterior”, algo que, dijo, “no es casualidad”.
A su vez, afirmó que hoy el poder adquisitivo salarial se ubicó 1,9% por encima del nivel previo a la pandemia y destacó que la mejora de 2023 obedeció a “la fuerte baja de la inflación y a la rebaja de impuestos”, en particular del Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (que, según indicó, implicó una mejora de medio punto en el salario real medio frente a 2022).
Luego de haber enfrentado la pandemia, un escenario internacional complejo por la guerra en Europa del Este, de bajo crecimiento económico mundial, de inestabilidad regional y de sequía, Uruguay “ha consolidado un proceso de creación de empleo”, de “baja inflación” y de “mejor calidad de vida” que, en definitiva, permite a las personas tener “mayor libertad”, evaluó la ministra.
Fiscal
Arbeleche repasó el desempeño de las cuentas públicas apoyada en un PowerPoint bajo el título de Manejo fiscal ordenado con baja de impuestos y aumento del gasto. “Acá hay un quiebre en la forma de hacer política económica, porque en el pasado lo que se gastaba más se financiaba con aumento de impuestos”, dijo.
Ahondó en las explicaciones acerca del cumplimiento de la meta fiscal y el déficit “estructural”, que ella considera el “verdadero”, “relevante” y que “llegó para quedarse”; “el resultado efectivo no es el que nos gusta analizar (…), no es una meta para el gobierno”.
El primer pilar de la regla fiscal vigente fija un objetivo de resultado estructural. Arbeleche cambió el tono para advertir que diría el dato que considera más relevante de toda su presentación: “Señores, esto es lo que hay que mirar y por lo que hay que evaluar al gobierno”. Allí anunció que el 2023 concluyó con un déficit con ese enfoque de 2,7% del PIB. Y acotó que en 2019 había sido de 4,5%. “Hay una clara mejora en el resultado estructural”, recalcó la ministra, y los fuertes aplausos del subsecretario de Ganadería, Juan Ignacio Buffa, sentado en el medio de la sala, resaltaron entre los del resto del auditorio.
La jefa del equipo económico siguió y dijo que también se cumplieron —por cuarto año— los otros dos pilares de la regla. El relativo al tope de gasto público, ya que éste subió 1,5% sin considerar los egresos por Covid, por debajo del 2,1% de crecimiento económico potencial (que pasará a ser 2,8% al evaluar la regla en 2024).
Sobre este aspecto volvió a aludir al Frente Amplio al aseverar que su última administración “se comió, y más, el aumento de ingresos que tuvo. (Nosotros) no nos comimos el aumento de ingresos. Esto es fundamental” y marca un cambio respecto de la lógica de que “se crece más, me lo gasto todo”. Ahora, según ella, “hay aumento de gasto pero de forma prudente”.
El tercer pilar de la regla se cumplió porque el endeudamiento aumentó en US$ 2.424 millones, por debajo del límite (ampliado por la emergencia hídrica en un 30%, hasta US$ 2.860 millones). Acerca de este punto señaló que el “ancla de la política fiscal es la evolución de la deuda” en relación al PIB e informó que ese ratio habría bajado a 53,5%, después de la suba de 12 puntos registrada en 2020 ante el impacto de la crisis por el Covid.
La copa fiscal
La ministra presentó como previsiones del MEF para este año que la economía uruguaya crecerá 3,5% en promedio frente a 2023, que habrá 14.000 trabajadores más ocupados y que la inflación cederá a 4,9%, un “dato sumamente positivo” pero que, al mismo tiempo, “tiene efecto en las metas fiscales”.
Proyectó que el déficit efectivo —“el que no nos gusta mirar”— bajará a 3,0% del PIB al concluir 2024 y el estructural aumentará a 2,9%. Alzó la copa de agua que tenía en la tarima para explicar con un ejemplo el efecto de la menor inflación en ese deterioro esperado: si su precio aumenta menos de lo que se preveía, al ser vendida, se recauda menos IVA de lo proyectado.
Antes de las preguntas, que aportaron poco, los aplausos y los abrazos de sus compañeros de gobierno, la ministra destacó que la administración “cumplió con dinamizar la economía, con generar empleo, mantener y recuperar el salario real”, todo eso con una visión de “luces largas de reformas estructurales”, como la del sistema jubilatorio, sin la cual —dijo— “no habría sostenibilidad” fiscal.