—En su resolución del 21 de agosto, la FIFA afirma que el mandato del comité de regularización durará hasta el 28 de febrero. ¿Se irán antes?
—Nosotros nos quedamos hasta que se elijan y asuman las nuevas autoridades de la AUF. Si eligen y asumen el 28 de febrero, nos vamos el 28 de febrero. Si eligen y asumen antes, nos vamos antes.
—¿Qué le queda por hacer a la comisión regularizadora en ese lapso?
—Nosotros teníamos hasta el 2 de diciembre para aprobar el estatuto y lo aprobamos. Después de eso teníamos que conseguir la aprobación del estatuto del Ministerio de Educación y Cultura y de la Secretaría Nacional de Deportes, y lo sacamos con rapidez en los últimos días de diciembre. Hoy, con el estatuto vigente, hay que adaptar el viejo reglamento electoral al nuevo estatuto y llamar a elecciones.
—¿Ya hay algún candidato a presidente de la AUF inscripto?
—Aún no. De acuerdo al nuevo estatuto, vos tenés a un candidato que lo propone el fútbol profesional, a otro lo proponen los futbolistas, a otro lo propone el fútbol del interior (OFI) y después se designa a un presidente que propone a tres más. Se va a un congreso y el congreso vota al nuevo presidente con esos seis nombres. Es un procedimiento novedoso.
—¿La AUF aprobó el tipo de estatuto que la comisión regularizadora y la FIFA pretendían?
'Creemos que podemos dejarle un camino al fútbol para que empiece a dejar sus penurias económicas y financieras. Dejarles una gran propuesta.'
—Se aprobó el que consensuamos. Lo que se quería era que hubiera un estatuto cuya orientación fuera que estuviera representado todo el fútbol uruguayo y no solamente el fútbol profesional. ¿En qué porcentajes? Lo que se entendiera que era representativo, y creo que la solución es representativa. Fijate que si bien son 76 votos y el fútbol profesional tiene 60% de los votos, vos tenés a OFI con nueve votos, a la C con seis votos, a los futbolistas con once votos, al fútbol femenino, al futsal, a los entrenadores y a los árbitros con votos también. También se aprobó el órgano de contralor para evitar conflictos de interés, se aprobó que los contratos se realicen mediante llamados públicos, se aprobaron normas de transparencia. Creo que fue bueno el balance.
—¿Fue más complicado de lo esperado?
—Fue raro. La verdad es que el fútbol es una cosa rara, porque son muy cambiantes las posiciones, no es a lo que uno está habituado. Pero después nos habituamos a actuar dentro de este sistema que es así. Hay que acostumbrarse a que en el fútbol las distintas posiciones cambian rápidamente, las posiciones cambian en horas. Y eso pasó. Son muy pocos los que se mantuvieron siempre al firme en una posición.
—¿Por qué sucede eso?
—El fútbol tiene de la política la lucha por el poder, porque en definitiva la política es una lucha legítima por el poder: a través de los votos una persona quiere ser presidente, o ser senador o ser ministro o ser diputado o ser intendente, quiere pelear por el poder para tomar decisiones para poder mejorar las cosas. Y en el fútbol vos tenés eso, lo mismo que en la política, pero le agregás dos componentes que no están en la política. Uno es la pasión exacerbada. Hay una pasión en el fútbol tremenda. Vos podés decir que en los partidos políticos también hay cierta pasión: uno es frenteamplista, otro colorado, otro blanco, y los partidos tienen pasión. Pero en el fútbol sí que realmente es todo pasión, entonces hay muchas cosas que se explican por eso. Y lo otro es que es un negocio de millones de dólares. Entonces vos juntás la lucha por el poder, la pasión enorme y millones de dólares en la vuelta... ¡Agarrate! Eso es lo que lo hace difícil.
—La semana pasada, uno de los integrantes de la comisión regularizadora, Armando Castaingdebat, dijo en Sport 890 que “en la política hay códigos que no están escritos pero se respetan, en el fútbol no”. ¿Es así?
—La política es una actividad mucho más reglada, a veces con normas que están y a veces con normas que todos conocemos y respetamos. Es decir, yo estoy en el Senado y viene alguien del Frente Amplio y me pregunta: “Che, ¿esta ley la vas a votar?”, y yo le digo “Sí, la voy a votar”. No firmo un contrato porque el Frente Amplio sabe que la voy a votar. Y si le digo que no la voy a votar, saben que no lo voy a hacer, están avisados, no les digo “voy a votarla” y después no la voto. Hay una serie de normas en las cuales incluso se encuentran los cambios: en la política cuando alguien cambia de un sector adentro de un partido, o de partido, es después de muchos años, el cambio de posiciones es algo extremo que llama la atención. En el fútbol es continuo, se cambia de posición a cada rato. Es una actividad distinta, esa es la realidad.
—¿Cree que sobreviviría mucho tiempo como dirigente de fútbol?
—El ser humano se adapta. Son las reglas de juego. A nosotros, con Armando, nos costó. Y a Andrés (Scotti) más porque viene de un mundo de blanco o negro. Pero nos costó de entrada, hasta que nos dimos cuenta de que esto era así. Tanto que yo cuando venían las propuestas decía: “Está muy bien, si están de acuerdo fírmenlas, díganme que están de acuerdo y me las dan por escrito firmadas”.
—¿Y las firmaban?
—La última propuesta que presenté necesitaba trece votos y tenía siete firmas. Y había clubes que me decían: “Yo no te firmo pero te la voto”. Y les respondía: “Si me la vas a votar, ¿por qué no la firmás?”. Yo el último día para la aprobación del estatuto, el 1º de diciembre, no estaba nervioso por lo que podía suceder en la asamblea de clubes. Sabía que muchos clubes iban a cambiar posiciones, que iban a sentarse a esperar que decantara para decidirse y finalmente aprobarlo.
'Todos los partidos del año pasado de primera división en los que no participaron Nacional y Peñarol dieron pérdida, entre US$ 5.000 y US$ 10.000. ¡Se da la paradoja de que los clubes prefieren ser visitantes y no locatarios para no perder plata!'
—Más allá del estatuto y de llamar a elecciones, ¿planea la comisión regularizadora aprobar otros proyectos?
—Queremos dejar algún tipo de proyecto para atacar dos áreas que son fundamentales. Uno es el tema costos: el fútbol, como muchas actividades en Uruguay, tiene un tema de costo país muy grande. Todos los partidos del año pasado de primera división en los que no participaron Nacional y Peñarol dieron pérdida, entre US$ 5.000 y US$ 10.000. ¡Se da la paradoja de que los clubes prefieren ser visitantes y no locatarios para no perder plata! Y eso se debe a un aumento enorme de costos de seguridad, un enorme aumento del costo de la venta de entradas y de otros servicios que lleva el fútbol. Y por otro lado están los ingresos, en donde estoy convencido de que hay que renegociar el contrato con la televisión porque fijate lo que pasó con Conmebol: por participar de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana hace cuatro años le daba a los clubes US$ 71 millones y este año va a repartir US$ 210, tres veces más, 300% de aumento en cuatro años. Y acá la televisión también es la gran fuente de ingresos. Hay un contrato, es cierto, pero me parece que hay que tratar de tener más recursos de la televisión, por lo tanto hay que renegociar. Si en Conmebol se multiplicaron por tres, ¿acá por qué seguimos con lo mismo? A mi juicio, mirándolo, se tendrían que obtener más recursos.
—¿Va a reunirse con Francisco Casal u otras autoridades de Tenfield?
—No, nosotros estamos trabajando en un plan para presentarle a las nuevas autoridades y a los clubes. Además, tenemos que comercializar los partidos de la selección en las Eliminatorias para Qatar 2022 y ahí también hay que dejar avanzado para quien asuma. En este último caso vamos a dejar una propuesta iniciada para que si quiere, el que venga atrás, la siga. Con un proceso auditado en cada etapa, asegurándose que el contrato final sea el mejor.
—Explicó cómo podrían aumentarse los ingresos, ¿pero cómo se bajan los costos del fútbol?
—Hemos tenido alguna reunión con la Secretaría Nacional de Deportes para que el camino vaya por cumplir las sanciones a quienes incumplan las normas de seguridad. Que quienes entonen cantos discriminatorios y violentos sean sancionados mucho más duramente y de esa forma haya un aporte del Estado en materia de seguridad. Que si hay un canto de ese tipo se suspendan inmediatamente los partidos. Si vos de esa manera cumplís las normas estrictamente, obviamente que vas a tener un menor problema de inseguridad, vas a gastar menos en ese rubro y podrás entonces pedirle al Estado un mayor aporte a medida que vos estás bajando las exigencias necesarias para la seguridad en el fútbol.
—¿Qué le dijo el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en los encuentros que mantuvieron?
—Estuve acá y estuve en Buenos Aires y estuve en Madrid. Llegó a Montevideo el día siguiente a que se haya aprobado el estatuto, así que llegó muy contento porque hacía seis años que la FIFA estaba con este tema, en 2012 la FIFA lo inició. “Y ustedes lo terminaron en tres meses”, me dijo. Así que nos felicitó.
'Lo lógico sería tener un torneo de dos ruedas en cada semestre, con cuatro clásicos en el año. Un modelo similar al de Paraguay'.
—¿Le gustaría ser candidato a presidente de la AUF?
—El tema es que yo tengo un impedimento de la FIFA, que nos nombró a los integrantes de la comisión regularizadora para cosas específicas, lo que no me permite ser presidente. Y más a futuro no sé, uno no se plantea cosas que nadie evalúa así que en ese sentido no me senté a analizarlo. Sí ha sido una linda experiencia porque tuvo resultados. Creemos que podemos dejarle un camino al fútbol para que empiece a dejar sus penurias económicas y financieras. Dejarles una gran propuesta. Los clubes necesitan profesionalizarse y para eso necesitan más recursos.
—Luego de casi medio año al mando del fútbol uruguayo, ¿considera que es posible cambiarlo?
—No tengo ninguna duda, lo que pasa es que hay que tomar decisiones muy importantes en lo que refiere a los derechos de televisión, y también a la cantidad de clubes. Ya los clubes de la B se están achicando y me parece que hay que tomar ese camino y cambiar la competición. Acá, partidos de nivel de la Liga de España, respecto a espectáculo, hay uno solo: Nacional-Peñarol. Todos los demás partidos no lo son. Entonces no me parece lógico que Nacional y Peñarol jueguen dos partidos en el año, ni que cada club juegue dos veces en el año respectivamente contra Nacional y Peñarol. Lo lógico sería tener un torneo de dos ruedas en cada semestre, con cuatro clásicos en el año. Un modelo similar al de Paraguay.
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2019-01-10T00:00:00
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