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Las decisiones que tomó el gobierno en agosto para facilitar las exportaciones de cannabis con fines medicinales tuvieron resultados casi inmediatos y permitieron la concreción de algunos negocios. La alegría para las empresas productoras, sin embargo, todavía no es completa. Es que las dificultades para operar en el sistema financiero internacional provoca que las empresas que vendieron el producto no pudieron recibir el dinero y lo hayan tenido que depositar en bancos ubicados en el exterior, en especial en Suiza.
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Las compañías han presentado propuestas al gobierno para intentar resolver el tema, pero no hay ninguna solución “viable” por el momento, dijeron a Búsqueda fuentes del Poder Ejecutivo.
El problema dificulta hasta el pago del “día a día” de sus actividades. Sin embargo, el mayor interés de los empresarios ahora radica en que el gobierno facilite y aceite la regulación del proceso para poder exportar el cannabis medicinal y también el cáñamo industrial que se produce en Uruguay, explicó a Búsqueda Leonardo Isoardi, socio de CPA Ferrere y asesor de la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal.
Agilidad
A comienzos de agosto el Poder Ejecutivo firmó decretos que facilitaban la exportación de la producción de cannabis generado en las zafras 2018, 2019 y 2020, con previa autorización del Ministerio de Salud Pública. Las empresas habían pedido al gobierno que adoptara esas medidas para que pudieran concretar algunos negocios rápido y lograr que el sector recibiera “oxígeno” (Búsqueda Nº 2.084).
El portal especializado Marijuana Business Daily informó el 15 de diciembre que la empres Fotmer, ubicada en Colonia, exportó a fines de noviembre dos cargamentos de flores de cannabis con alto nivel de tetrahidrocannabinol (THC), su principal compuesto psicoactivo, por un total de US$ 1,3 millones.
Los decretos apuntan a que las compañías puedan vender sus cosechas anteriores como materia prima, especialmente en el rubro comestibles. Uno de los temas que interesa a las empresas es lograr que el procedimiento simplificado establecido por el nuevo gobierno para las habilitaciones del cáñamo industrial funcione mejor, explicó Isoardi. “Si es un fast track de verdad, debe ser más ágil”, acotó.
Las empresas necesitan además que el Ministerio de Salud Pública mejore su regulación sobre el cannabis medicinal, según el profesional.
Pocas esperanzas
El crecimiento de las exportaciones, de concretarse, hará más evidente el problema que enfrenta la industria cannábica uruguaya al lidiar con el sistema financiero. Las empresas que logran exportar “dejan su dinero en el exterior”, explicó Isoardi. “Dentro de todo es mejor que la situación anterior, porque ahora sí se concretan las exportaciones, por más que no puedan traer el dinero al país”.
La cámara del sector ha mantenido conversaciones con el actual gobierno, pero por ahora “no hay una solución a la vista”, añadió.
El gobierno está abierto a buscar soluciones, pero “los planteos hechos hasta el momento no son viables”, explicó una en conocimiento de las conversaciones.
El problema con el sistema financiero se arrastra casi desde el comienzo de la puesta en marcha de la ley, aprobada en diciembre de 2013, que reguló el mercado de cannabis recreativo, medicinal e industrial. La señal más evidente ocurrió a mediados del 2017, cuando los bancos les informaron a los dueños de farmacias en las que se vendía marihuana que no podían seguir brindándoles servicios. El entonces senador y expresidente José Mujica, uno de los impulsores de la norma, exigió a las autoridades de la época que hicieran todas las gestiones posibles para solucionar el problema. No lo lograron. Todos los bancos de la plaza local (compuesta por sucursales de firmas privadas internacionales con la excepción del Banco República, el Banco Nación Argentina y el Bandes) se rehúsan a tener operativa con sociedades cuyo rubro de explotación sea el cannabis, ya que les complicaría o impediría operar con corresponsales del exterior.
“El primer problema que tienen las empresas, que persiste desde entonces, es la dificultad para fondear la operativa del día a día”, explicó Isoardi. “Las empresas están haciendo malabares para poder pagar a sus proveedores y al Estado”.
Las compañías suelen recurrir a cuentas bancarias de sus accionistas para mover dinero y cumplir con sus compromisos.
“Cambiar eso desde Uruguay es muy difícil, es necesario un cambio en Estados Unidos”, sostuvo el asesor.
En el sector cannábico local hay expectativa ante la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos. Durante la campaña electoral que lo llevó a la victoria en noviembre, el político demócrata planteó una mirada menos crítica sobre el cannabis que Donald Trump. También hay expectativa acerca del proyecto de ley que fue aprobado en la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano y que retira al cannabis de la Ley Federal de Sustancias Controladas, que hoy la califica como una droga peligrosa. La propuesta todavía debe ser aprobada por el Senado, lo que no es claro que suceda.
