El gobierno entra en una etapa donde “no hay margen para la lírica”, sino para la “ejecutividad”, sostiene el senador Penadés

En entrevista con Búsqueda, Penadés habló sobre la decisión del presidente Luis Lacalle Pou de crear un ámbito de coordinación con el Parlamento por la campaña que se viene en defensa de la LUC y de la realidad interna que vive el Partido Nacional.

—Se reclamaba un ámbito con los líderes…

—Ah. Yo creo que ese ámbito ya existe.

—Pero más informal.

—No tengo pruebas, pero hay reuniones y debería haber reuniones muy periódicas entre las principalísimas figuras, y creo que hay. Y hay un diálogo permanente. El general Manini se reúne asiduamente con el presidente. Sanguinetti lo mismo. Pablo Mieres calculo que también. Esto me parece que es mucho más ponerle musculatura a la coalición. Lo que tenemos que lograr es que haya una correa de transmisión que lo que permita sea una comunicación política-legislativa. No tenemos tiempo para entablar dos discusiones, una en la Cámara de Diputados, otra en la de Senadores. No, acá hay que lograr acuerdos para cerrar temas. Y lo que está cerrado, está cerrado. Y además que sirva para tramitar temas con el Poder Ejecutivo y que haya un lugar donde manifestar preocupaciones.

—¿Qué tipo de preocupaciones?

—Hay temas a los que tenemos que prestarles especial atención y que quizás necesitamos construir dinámicas. El gobierno de coalición no es una federación de ministerios. Es un gobierno que tiene un eje central, una acción, y que a ella aportan la colaboración de diferentes actores políticos, pero no hay feudos independientes. Todos los temas nos tienen que importar lo mismo. Ahora, ¿en qué ámbitos podemos hablar y transmitir esas preocupaciones sin que eso sea tomado como una tragedia? Hay que evitar que la sangre llegue al río.

—¿Y no tendría que haber más consulta previa a los partidos? Lo que pasó con la concesión a Katoen Natie o con algunos artículos de la Rendición de Cuentas, ¿no son ejemplos concretos?

—Creo que sí. Debe haber más consultas de todos lados hacia todos lados. Tenemos que tratar de no generar problemas que son evitables. Porque diferencias vamos a seguir teniendo. Somos un gobierno de coalición. Ahora, tener problemas por la forma y no por el fondo es imperdonable. Y eso es un gesto de avisar, comunicar, decir: “Agua va”. Lo que no puede suceder es que de las propuestas de los socios de nuestra coalición y viceversa nos enteremos por la prensa.

—¿Cómo van a coordinar para el referéndum contra la LUC?

—El ámbito de coordinación de la defensa de la LUC tiene que tener tres escenarios: el Poder Ejecutivo, lo que los parlamentarios podamos hacer y lo que los partidos que integran la coalición puedan hacer. Y creo que les corresponde a ellos la coordinación de la campaña de la LUC. Desde lo operativo, para no pisarse en los lugares en los que van a estar, etc.

—¿Cómo valora la estrategia de bajarle el perfil al tema mientras se juntaban las firmas para el referéndum?

—Creo que fue la correcta.

—¿Por qué?

—Porque el que firmó por el referéndum firmó en contra del gobierno. Yo me atrevo a decir que un altísimo porcentaje de gente que firmó no conocía los 135 artículos. En realidad, se trató de si estabas a favor o en contra del gobierno.

—¿Y no estaba bien como gobierno defender la ley?

—Es lo que vamos a hacer ahora.

—¿No es tarde? Quizás se llegaron a las firmas por esa inacción.

—A ver… Se llegaba igual. Hay un núcleo duro de adherentes al Frente Amplio y al PIT-CNT que reúnen 800.000 firmas.

—Dicen que sacaron muchas firmas de no votantes del Frente…

—Bueno, eso seguramente es producto de otra cantidad de cosas. Creo que esencialmente el núcleo duro fue gente que votó al Frente. Como creo también que se va a mantener producto de que no ha habido grandes cambios de humor popular en estos tiempos.

—El tema de los combustibles está ahí metido, y esa es una variable para el humor popular.

—Pero lo paradójico es que los cambios en los combustibles se votaron por unanimidad. Y ahí en el fondo la discusión sobre los combustibles está vinculada a un tema que es de muy difícil comprensión, lo reconozco, y es que blanqueó un debate sobre la eficiencia de Ancap y la carga impositiva que tienen los combustibles, actividades subsidiarias de Ancap que son absolutamente deficitarias y que la población en algún momento va a tener que definir. Entiendo que es un ingrediente más que agrega un tema complicado al humor de la población y que debemos asumir. Pero lo único que la LUC no puede lograr de nosotros es detenernos, porque si no tendremos seis meses más de detención de gobierno. Y eso el presidente Lacalle lo dijo el otro día.

—¿Al centro del espectro político se llega con los temas de seguridad?

—Ahí hay dos temas importantísimos: seguridad y educación.

—Pero aún no hay mucho para decir respecto de la LUC sobre los resultados en la educación…

—Para exhibir lo que hay es una voluntad en el cambio de la gobernanza. Hay una voluntad de ser mucho más ejecutivos. Por supuesto que los resultados no se pueden ver en un año. La tragedia de esto es que no tengamos la capacidad de generar una política de Estado de carácter educativo de continuidad. En Uruguay las políticas de Estado que se han diseñado en muchos casos lamentablemente son políticas de Estado que han podido subsistir porque no han ocupado los principales lugares de la agenda. La forestación es una política que fue creciendo al costado del camino y, cuando quisimos acordar, la continuidad de haberlo dejado crecer trajo buenos resultados. Ahora, lo que creo que tendríamos que darnos cuenta es que la educación es un elemento central.

—¿Entonces el área de la LUC que trajo más resultados es la seguridad?

—La seguridad, sí, y creo que se va a poder mostrar los avances en algunas áreas vinculadas a las adopciones, al tema de facilitar algunos mecanismos de pagos, etc.

—¿Cómo están preparando la interpelación por la concesión a Katoen Natie, donde no parece haber unidad en la coalición de gobierno?

—Ha tenido muchas idas y vueltas. Es un tema técnico que es muy difícil de entender a priori. Creo que lo que está en juego, y fue uno de los grandes aciertos del gobierno en la materia, fue desactivar un litigio internacional que por lo menos era de dudoso resultado para los intereses de Uruguay y convertir eso en una acción proactiva de una inversión realmente importantísima en el puerto de Montevideo. También entender, y hay que saber interpretar el fondo de la ley de puertos que fue promovida por el Partido Nacional en la década del 90, un puerto que tenga diferentes actividades y que cada una de ellas esté asociada esencialmente con un ejecutor. Si bien hay intereses cruzados, legítimos, de todo tipo, el Estado debe defender el interés general, viendo de qué manera ubicamos estratégicamente al puerto de Montevideo como puerto referente en la región, y para eso hay que tomar medidas que pueden no ser comprendidas a corto plazo, pero que se justifican.

—¿No hubiera sido bueno que el resto de los socios de la coalición supieran antes del acuerdo?

—Seguramente hubiera sido bueno que se conversara con los socios de la coalición, no tengo dudas.

—¿Y qué pasó?

—La ansiedad del hacer. Pero no es que haya fallado nada; lo que quizás faltó fue comunicación. Pero acá no hay que solucionar nada. El acuerdo es un acuerdo que hay que saberlo explicar, y la misión del Poder Ejecutivo va a ser explicar el objetivo que se buscaba.

—¿Y no es peligroso para la coalición ir a una sesión no sabiendo hasta el momento la postura de Cabildo Abierto?

—Estamos trabajando para que en la interpelación no haya sorpresas.

Gustavo Penadés. Foto: Nicolás Garrido / Búsqueda

—¿Qué pasa que no se puede llegar a una lista única para el directorio del Partido Nacional?

—Tenemos que hacer todos los esfuerzos para tratar de llegar a una lista única, y si no a lo máximo dos listas. Hay una estrategia muy respetable del senador Gandini de querer marcar su movimiento político y canalizar una corriente distinta a la que pueda ser la de la lista oficial. Estamos viviendo los escarceos naturales de las horas previas a la construcción de esa lista, que no es sencillo, pero no creo que vaya a haber grandes novedades.

—¿Si llevan tres listas es un papelón?

—No. En política no hay papelones. Lo que hay son realidades. Y si hay tres listas lo que va a marcar es que si hay tres o cuatro, saldrán los que tengan que salir. Al otro día hay que sentarse alrededor de la misma mesa en la plaza Matriz y hacerse cargo de administrar el Partido Nacional. No hay drama en ese sentido. Creo que lo mejor sería entender la misión que hoy el Partido Nacional está enfrentando: ser el partido mayoritario del gobierno de coalición y el partido del presidente de la República. Todos tenemos que estar a la altura de esas circunstancias también, y si alguno tiene que renunciar a algo en pos de la unidad, no es algo muy común en política, pero hay que hacer las cosas.

—¿Comparte la idea del senador colorado Tabaré Viera de que la coalición tiene que ir hacia un lema común?

—Creo que el balotaje es esa instancia. Somos partidos distintos con historias distintas y visiones distintas de la realidad que tenemos la suficiente madurez y capacidad en ponernos de acuerdo en temas con los cuales podemos gobernar, pero nuestras vertientes son distintas y está bien que sea así.

—¿Qué le parece la propuesta de Cabildo Abierto de reparar a los familiares de víctimas de las guerrillas?

—Me parece una acción de justicia. En este tema no se ha avanzado por un preconcepto de que los únicos que tenían derecho a cierto grado de resarcimiento eran las víctimas del llamado terrorismo de Estado. ¿Las otras víctimas? ¿Las del terrorismo? Esto lo hemos apoyado siempre y no hemos tenido suerte. Se trata de una idea que manifestó Cabildo Abierto en este gobierno, en el anterior fue el herrerismo y antes el diputado García Pintos o Trobo. No es un tema nuevo.