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El Poder Ejecutivo maneja la posibilidad de que los prisioneros de Guantánamo ingresen a Uruguay como “inmigrantes regulares” en el caso de que la Comisión para los Refugiados (Core) niegue la solicitud de refugio. Es que si bien las autoridades han optado por la figura del refugiado, quien decide si se concede o no el refugio es la Core, que resolverá una vez que los presos estén en suelo uruguayo y hagan la solicitud formal.
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Ante ese escenario, “es vital tener claro que, si no calificaran dentro de esta categoría, el instituto de la protección humanitaria subsiste”, dijo el canciller Luis Almagro el viernes 28 de marzo, ante la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados, a la que fue convocado por el diputado Luis Lacalle Pou para explicar la decisión del gobierno de recibir a seis prisioneros de la cárcel de Guantánamo.
“Con Estados Unidos Uruguay no ha cerrado la forma jurídica sobre la cual va a acoger a estas personas privadas arbitrariamente de su libertad. Va a apoyarse fundamentalmente en el Derecho Internacional y en la legislación vigente en nuestro país”, indicó el ministro. Explicó que la doctrina y la práctica de los organismos internacionales con competencia en protección humanitaria opinan que “en aquellos casos en que la circunstancia no se adecua a la legibilidad prevista en las convenciones sobre refugio”, la protección internacional debe ser “complementaria”.
En este sentido, dijo que se considera que “podrían ingresar también como inmigrantes regulares” y ampararse en el artículo 44 de la ley de Migración, según el cual se podrá autorizar el ingreso condicional al país de personas que no reúnan los requisitos establecidos por la ley “cuando existan razones excepcionales de índole humanitaria, interés público o en cumplimiento de compromisos internacionales”. También mencionó que el artículo 83 indica que las disposiciones de la ley sobre admisión y permanencia de las personas deben ser interpretadas y aplicadas en modo compatible con el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
“En consecuencia, con estas disposiciones también se podría recibir, amparar e incluso exceptuar en el cumplimiento de algunos de los requisitos regulares a las personas detenidas en Guantánamo que viajarán a Uruguay”.
El subsecretario de Relaciones Exteriores, Luis Porto, dijo que los prisioneros, en oportunidad de la visita de la delegación uruguaya a Guantánamo, expresaron “en forma verbal su interés en acogerse al derecho de refugio en nuestro país”. La solicitud verbal, con los datos de los interesados, se puso por escrito y se la hizo llegar a la Secretaría Permanente de la Core y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), indicó. De todas formas, el traslado está sujeto a la aprobación del Congreso norteamericano. Una vez que reciban el visto bueno, se trasladarán al país donde ratificarán el interés de ser acogidos bajo el estatuto de refugiados y la Core evaluará la solicitud.
Obligación moral.
Durante la sesión en el Parlamento, diputados opositores cuestionaron que no se informara a los legisladores de las negociaciones con Estados Unidos y criticaron el manejo “confuso” del tema por parte de las autoridades, que generó una “alarma pública” en la población.
Ante los cuestionamientos por los posibles riesgos a la seguridad del país, el canciller dijo que “Estados Unidos nunca dejaría libre a un terrorista, ni siquiera a un presunto terrorista”. Afirmó que no tendrán vigilancia policial y dijo que de hecho se le solicitó “expresamente” a Estados Unidos que no los vigilara.
Almagro afirmó que “es una vergüenza para el mundo” que el centro de detención siga abierto y dijo que Uruguay tiene la “obligación jurídica, política y moral” de recibir a los prisioneros. Afirmó que el país no se va a ver en el “vergonzoso papel” de “hacer la vista gorda” cuando llega el momento de “tomar cartas en el asunto”.
“Si yo pudiera traer a los 154 que quedan en Guantánamo para que se pueda cerrar, me los traía mañana”, dijo el canciller.