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Durante la disputa del Genesis Invitational del año pasado, el profesional Kramer Hickock encendió la mecha al anunciar que 18 profesionales habían firmado contrato con la Saudi Golf League, un nuevo circuito profesional que tendría el financiamiento de Arabia Saudita a través de unos fondos de inversión y que contaría con 14 eventos internacionales y la participación de los mejores 48 golfistas del ranking mundial.
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No hubo más que eso, pero ciertamente fue suficiente para crear un verdadero sunami en el golf profesional, sobre todo en el PGA Tour. Entre declaraciones de apoyo al circuito estadounidense que se han dado recientemente debe agregarse la falta de datos oficiales, y dentro de ese panorama ha navegado la creación de una superliga de golf mundial.
El australiano Greg Norman, una de las grandes figuras del golf en la década de los 90, ha sido el portavoz de la nueva gira. En una carta dirigida a Jay Monahan, el comisionado del PGA Tour, Norman escribió: “Esto es solo el comienzo, quieren prohibir la participación de jugadores en nuestro circuito, no creo que eso sea legal, es un tema de abogados”.
“El PGA Tour pertenece a los jugadores y no a los administradores. Usted está intimidando a los jugadores para que no participen en la SPG. Usted está siendo tremendamente injusto”, afirmó el australiano en su misiva.
La respuesta del comisionado Monahan llegó en una conferencia de prensa en la previa de la disputa del Honda Classic. “Nuestros jugadores deberán decidir si quieren jugar en el PGA Tour o en otro circuito. Aquellos jugadores que firmen con la SPG serán expulsados inmediatamente del PGA Tour”, subrayó el dirigente.
El enfrentamiento de Norman con el PGA Tour se remonta a la década de los 90 cuando junto con el millonario mediático Rupert Murdoch presentaron un proyecto llamado World Golf Tour. La idea fue rápidamente sepultada por el comisionado del PGA Tour de esa época, Tim Finchem, quien creó la World Golf Championships, una serie de cinco certámenes internacionales.
El punto más alto de la controversia llegó a mediados de febrero con la disputa del Saudi International, torneo perteneciente al Asian Tour, con una sideral bolsa en premios y donde varios de los mejores golfistas del mundo cobraron suculentos cheques por su participación. El PGA Tour reaccionó inmediatamente aclarando que se trataba de una única excepción para sus miembros participar en dicho campeonato, pero sin sentar futuros precedentes.
En este panorama los analistas observan que el aumento en las bolsas en premios del PGA Tour es una clara respuesta ante la nueva iniciativa de los fondos de inversión saudíes. Fueron en la temporada pasada 40 millones de dólares para los top 10 del ranking además de un bono por US$ 50.000 para todo jugador que haya participado en un mínimo de 15 torneos en la temporada.
Las diferentes reacciones
En los últimos días varios jugadores salieron a marcar un explícito apoyo al PGA Tour. Rory McIlroy, Jon Rahm, Collin Morikawa, Justin Thomas, Brooks Koepka y Dustin Johnson fueron algunos de ellos. El propio Tiger Woods manifestó: “He decidido apoyar al PGA Tour, ya que es ahí donde el legado está asentado”.
“He sido muy afortunado en ganar 82 campeonatos del tour, además de 15 Majors, por lo cual personalmente tengo y siento una fuerte alianza con el PGA Tour”, agregó el ex número uno en un comunicado.
El español Jon Rahm, número uno del mundo, declaró: “Desde pequeño he visto a los mejores ganar torneos de este circuito. Siendo así, ratifico mi apoyo y lealtad al PGA Tour”.
Rory McIlroy fue más allá al preguntar con ironía si la nueva liga pensaba llenar las canchas con Greg Norman y Phil Mickelson.
Precisamente, Mickelson fue uno de los defensores de la nueva serie y muchos le atribuyen a él haber sido uno de los creadores de la operativa funcional de la Saudi Golf League. “El PGA Tour debería reconsiderar su actual posición frente a los jugadores”, aseveró el ganador de 6 Majors.
Sin embargo, en la tarde del 22 de febrero Mickelson a través de un comunicado manifestó que sus comentarios estuvieron siempre dirigidos con las mejores intenciones hacia sus colegas, auspiciantes y fanáticos. “En ese sentido quisiera pedir disculpas por la ofensa que pude haber causado. Personalmente, estoy decepcionado. Espero aprender de estos errores”, cerró Mickelson.
El periodista de Golf Channel Brandel Chamblee fue muy duro con el pedido de disculpas de Mickelson. “El golf profesional no necesita de cambios porque está atravesando uno de los mejores momentos de su historia. Mickelson está caminando por las dos veredas con el único fin de recibir dinero de ambas partes. Él fue quien redactó la operativa de la nueva liga y ahora dice estar arrepentido”, dijo Chamblee.
La reacción de varios auspiciantes del zurdo golfista no se hizo esperar y cortaron la relación contractual con el jugador. Por ejemplo, la financiera KPMG en un comunicado aclara que “de común acuerdo con Phil Mickelson hemos decidido poner fin a nuestra relación contractual”. En el mismo sentido llegaron sendos comunicados de Callaway y Workday, también sponsors que cortaron la relación con el jugador.
“Callaway no comparte los comentarios de Phil Mickelson en recientes declaraciones sobre ciertos temas puntuales. Respetamos su decisión de tomarse un tiempo de reflexión y en ese sentido hemos acordado poner una pausa a nuestro contrato de auspicio hasta una próxima fecha”, cierra el comunicado. También las empresas Workday y Heineken declararon que Mickelson dejaba de ser uno de sus embajadores.