Batlle dice que Vázquez sabe que heredará una situación compleja y por eso aspira a que tome medidas “prudentes” ni bien asuma la Presidencia. La primera debería ser “irse del Mercosur”.
A continuación un resumen de la entrevista que concedió a Búsqueda.
—Previo a las elecciones del 30 de noviembre, usted cuestionó la idea de la senadora del MPP Lucía Topolansky de crear un Tribunal Constitucional, porque dijo que es una idea fascista. ¿Este es para usted uno de los grandes temas de los próximos años?
—El gobernante electo, el doctor Vázquez, va a tener dificultades en el manejo de la mayoría legislativa que está vinculada políticamente a Mujica y a su gran éxito electoral. Desde mi punto de vista, el éxito del Frente Amplio es el éxito de Mujica y de su política económica, que consistió notoriamente en el uso de la capacidad de endeudamiento del Uruguay para extender el déficit anual arriba de U$S 1.700 millones y darle a vastos sectores de la población, de distintas clases sociales, recursos económicos que les permitieron sentirse más cómodos y marginar de su apreciación para tomar decisiones políticas cosas que ellos sufren, que sienten todos los días. O sea, les preocupa la seguridad, les preocupa la educación, los impuestos de IRPF, pero al mismo tiempo han tenido diez años consecutivos en los que sintieron que tenían una capacidad económica como no habían tenido antes. Esos diez años consecutivos incorporaron nuevos sectores de la población a la votación a favor de Mujica.
La impresión que uno tenía era que el camino electoral del doctor Vázquez no estaba ni siquiera apoyado por su propio partido, hasta que aparece Mujica. Cuando aparece Mujica, la situación cambia. Y Mujica es un hombre que ha conseguido desdoblar su personalidad, porque siendo presidente de la República y habiendo prometido cosas muy importantes para la vida del país no cumplió ninguna. Nadie en la vida del Uruguay ha dicho las cosas más duras contra la administración pública y, sin embargo, ha nombrado empleados públicos desde el primer día y en todos los sectores, contradiciendo sus propias declaraciones. Lo del ferrocarril es en broma y lo del puerto de aguas profundas también es en broma. Ha podido desdoblar su personalidad, nadie le reprocha lo que no hizo, nadie le reprocha el gasto, nadie le reprocha el léxico, nadie le reprocha su actitud. Es un personaje exóticamente gracioso, que como presidente de la República hace lo que no hace ningún presidente de la República. Y el hecho de que el doctor Vázquez, el día de la elección final, se haya presentado vestido como un buen burgués es una respuesta de lo que él entiende que no debe ser, para un país, un presidente como Mujica. Y eso determinó que el doctor Vázquez en 48 horas hiciera el gobierno. ¿Cuál era el apresuramiento? No quería hablar con sus correligionarios, porque sabía que iban a actuar como actuó la señora Topolansky. Entonces aparece el doctor Vázquez, a quien alguien le ha dicho que la situación económica no es la misma y no es fácil.
Y además con otro proceso que ha sido anunciado antes del acto electoral, que tiene que ver con la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente y con el anuncio del PIT-CNT de que van a tratar que la jornada de trabajo en vez de ocho horas sea de seis horas. Esos dos elementos le van a generar al presidente de la República problemas de enorme dificultad. Porque si usted tiene elecciones municipales en mayo y tiene presupuesto general de gasto en 2015, entonces no puede convocar a una Asamblea Nacional Constituyente hasta el 2016. Entonces habrá una campaña para elegir el doble miembros de Diputados y el doble miembros de Senadores, y cada uno hará una lista, y por tanto estaremos todo el 2016 en elecciones para constituir la asamblea, luego en proyectos que vamos a someter a la población y luego una tercera elección. Y cuando se despierte el doctor Vázquez en 2017, se va a preguntar: “¿En qué país estoy viviendo?”.
Además hay un sector primario que va a terminar con los números en rojos. No es tan creíble el anuncio permanente de la solvencia de la consolidación económica del sector primario. Lo que entiendo es que la dificultad económica obliga al próximo gobierno a tener medidas muy prudentes.
—El panorama económico que plantea es bastante complicado, a usted le preocupa que haya mayorías...
—Para mí tiene más complicaciones políticas que económicas. Las complicaciones económicas hay instrumentos para resolverlas. Lo que no sé es si tendrá el ámbito político interno en su partido para poder hacerlo. Y no estamos en un medio donde Brasil ayude y Argentina, menos. Lo que significa que Uruguay tiene que tomar rápidas decisiones internacionales y rápidas decisiones internas. Alguna cosa de esa debe estar pensando el presidente al batir todos los récords al anunciar en 48 horas el gabinete. ¿Por qué hizo eso? Pensó que le iban a preguntar tanto que lo hizo rapidísimo. ¿Y qué dijo (Álvaro) García el que va a estar en la OPP? “Se acabó la fiesta”. El hombre de confianza en economía de Vázquez les dice a los entes autónomos que han estado cinco años de fiesta. Está descalificando el gobierno de Mujica.
—Usted dice que el gobierno debería pensar en medidas prudentes. ¿A qué se refiere?
—La primera cosa de prudencia elemental es irnos del Mercosur. Usted está en un mundo donde con la Argentina y Venezuela nadie puede firmar un acuerdo, y Brasil se ha dado cuenta que no le sirve más el Mercosur como área de expansión. Como consecuencia, Brasil no tiene más remedio que salir afuera y por tanto el Uruguay no tiene otro camino que salir afuera. Es la primera medida que tiene que tomar el gobernante que venga. Es la medida que le va a permitir al Uruguay, al salir de esta área encerrada, tener un enorme beneficio de las transformaciones que se procesan desde afuera.
—Usted dice que hay que irse del Mercosur. ¿A dónde?
—Es el mundo, que es redondo. Acomódese con todos, haga acuerdos con Estados Unidos, Canadá, con los países del Pacífico, con Europa. Cómo es posible que digamos “qué bien las cosas que hace Chile” y no lo imitemos. Vamos a imitarlo.
—La primera pregunta de la entrevista hacía referencia a la idea de reformar la constitución de Topolansky...
—Mire, yo creo que va a ser un fracaso la reforma constitucional. ¿Y sabe por qué? ¿Cuál es el tema fundamental de la señora Topolansky con la reforma constitucional? Bueno, cuando se declaró la inconstitucionalidad de la ley de Pluna, protestó contra esa decisión y dijo que había que reformar la Suprema Corte de Justicia. ¿Cómo se puede reformar la Suprema Corte para que la Justicia le sea favorable a usted? ¿Por qué la Justicia electoral de Bolivia le dijo al señor presidente de Bolivia que, como se trataba de una Constitución nueva, no se le contabilizaba la reelección anterior y podía volverse a presentar? ¿Por qué el sistema electoral ecuatoriano está analizando para que el presidente Correa pueda ser reelecto eternamente? Porque esos países, igual que Venezuela, han decidido controlar las instituciones, controlar la prensa, controlar la Justicia electoral y controlar la Justicia. ¿Qué ha propuesto la señora Fernández de Kirchner en la reforma de la Justicia en Argentina? Y bueno, que los miembros de la Suprema Corte tenían que ser electos en la lista de los partidos. O sea, al primero que están matando es a Artigas y sus Instrucciones del año XIII. Eso es lo que surge del deseo de modificar la Constitución para impedir y modificar la forma en que los jueces resuelven las cuestiones constitucionales.
—¿Eso es lo que quieren hacer? ¿Usted cree que se puede llegar a eso?
—No creo. No creo que los uruguayos sean tan dementes como para que le permitan a la Justicia obedecer al gobierno que está en ese momento. Así en el Uruguay no habría más justicia. Le voy a decir al juez cómo tiene que fallar cada caso que me interesa y eso es terminar con la Justicia. Y si usted termina con la Justicia, no solo tendrá problemas internos sino también problemas internacionales. Si termina con la Justicia acá no va a venir nadie a poner un peso de nada. El día que la Justicia no sea independiente, no sea libre, ese día se termina la democracia y terminaremos en una dictadura y habrá un buen día un estallido social y una revolución. O sea, lo que la señora pretende establecer es una dictadura constitucional porque el pueblo la vota. No creo que los uruguayos cometan ese gravísimo error. Eso es fascismo puro.
—El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo que los resultados de la elección marcaban que la oposición no estaba entendiendo al país, es algo en lo que el oficialismo insiste desde hace tiempo.
—El tema consiste en que ellos han tenido un absoluto y claro desprecio por la economía. En el gobierno del doctor Vázquez las cosas macroeconómicas estaban resueltas. Y eso le permitió al gobierno del doctor Vázquez desarrollarse en el plano financiero con total felicidad y facilidad. No tuvo ningún problema. Las leyes que el doctor Vázquez promovió (la educativa, sanitaria y fiscales con el IRPF) tuvieron efecto en el gobierno que le siguió, el de Mujica. En el segundo gobierno, manejado por otro equipo económico —no porque el señor Bergara no sepa de economía, porque el señor Bergara es un buen economista y ha sido recibido en Stanford, en una de las mejores universidades del capitalismo americano—, Mujica hizo el gasto, y el poder adquisitivo del ciudadano subió mucho más en los últimos ocho meses, e hizo una deformación de la cosa económica para poder tener un resultado electoral fantástico, que lo tuvo, y lo tuvo la 609. Por tanto, es lógico que el señor Bonomi, que nunca se dedicó a la economía, diga que esto es fantástico y ha de estar pensando que esto puede seguir igual, que se puede seguir gastando y que nos podemos seguir endeudando.
—Pero en el resultado electoral no se vio el desgaste en gobernar y los votos que perdieron fueron por izquierda...
—El país está dividido en dos sectores iguales. Hay un sector de 1.100.000 votos que votó por el Frente Amplio y 1.000.000 que votó por los partidos tradicionales.
—¿Y cómo ve a la oposición para trabajar estos cinco años?
—Me parece que la oposición tiene que callarse la boca hasta el 1° de marzo. Hay que respetar ese punto de transición, porque el problema va a ser entre Mujica y Vázquez. Hoy cada ministro que va a tomar una decisión, va a llegar el ministro designado para preguntar esto qué es, y a ver si estamos de acuerdo o no estamos de acuerdo. Hoy hay que quedarse quieto y mirar, y luego actuar. Y serán los que actúen en materia política los que tendrán la responsabilidad de dar la tónica de cómo se debe mover la oposición. Yo simplemente soy un comentarista.
—¿Cómo observa la situación del Partido Colorado?
—Soy un comentarista.
Primaria es el principal problema del sistema educativo; Filgueira puede “promover cambios”
—En esta campaña se habló más que otras veces sobre los problemas de la educación. ¿Qué habría que hacer para mejorarla?
—El tema educativo es un problema mundial. En algunos lugares el deterioro es mayor que en otros. Nosotros tenemos un deterioro muy profundo. Antes no había una difusión de textos, por tanto se precisaba que el conocimiento se retuviera nemotécnicamente; te tenías que saber las tablas de memoria. ¿Cuál era la dificultad? La matemática, porque ahí no se precisaba la memoria. Hoy, ¿para qué aprender algo de memoria si está la maquinita?. Por tanto, ¿qué es lo que hay que cambiar? Hay que cambiar el currículum de enseñanza. Hay que utilizar la tecnología electrónica para poder ayudar a procesar ese cambio. El problema más serio que hay en Uruguay no es Secundaria es Primaria. Si usted toma los datos oficiales de las estadísticas, le dicen que en sexto año de Primaria hay 7% u 8% de repetición. Y cuando tres meses después pasan a Secundaria, tienen 40% de repetición. Y cuando pasan a la Universidad tienen que recibir cursos para ver qué es lo que escriben. El grave problema es Primaria.
—¿Tiene alguna expectativa en que el gobierno inicie un proceso de cambios en educación?
—Mire, precisamente uno de los puntos sobre el que la señora Topolansky se quejó respecto a las designaciones del doctor Vázquez fue el de la ministra de Educación. Ella dijo que la veía en la Salud Pública, pero no en Educación. El que entiende de educación es el subsecretario (Fernando Filgueira), y tengo la impresión de que ese señor tiene que estar advirtiendo esta situación, esta realidad. A mí se me hace que el señor Filgueira está designado ahí para promover los cambios. Y pienso que promover los cambios es el reconocimiento de que lo que está no sirve. No hay educación, no hay crecimiento.
—¿Le abre una ventana de oportunidad a la designación de Filgueira?
—Le doy una ventana de oportunidad porque lo he seguido, he visto lo que habla del tema, y cualquiera que tenga una información sobre lo que pasa en el mundo, se dará cuenta de que con lo que tenemos no podemos seguir. Alcanza que se dé cuenta de eso. Acá va haber que chocar con dios y con todo el mundo si queremos cambiar.
Información Nacional
2014-12-11T00:00:00
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