El tiempo es oro y Disney busca su botín

escribe Pablo Staricco 

En un fin de semana del verano boreal de 2016, Bob Iger, el presidente ejecutivo de The Walt Disney Company, se arrepintió. La compañía estaba por concretar la adquisición de Twitter en una compra histórica. Iger y otros altos mandos de Disney habían concluido que ya era hora de distribuir sus contenidos de formas innovadoras, sin intermediarios y en una plataforma tecnológica propia. Twitter era una candidata atractiva, no tanto por proveer una red social, sino por el alcance mundial de su servicio, que Disney podría usar para proveer películas, series, deportes y noticias.

Esta nota es exclusiva para suscriptores de BÚSQUEDA y GALERÍA
Elegí tu plan y suscribite

Suscribite

¿Ya sos suscriptor? Iniciá sesión

Probá nuestro servicio, registrate y accedé a una nota gratuita por semana.