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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa verdad del Inavi. Sin vanidades personales, pero obligado por irrenunciables derechos políticos, debo refutar la versión del enólogo Francisco Zunino sobre la fundación del Inavi, publicada en la sección “Cartas al Director” de Búsqueda, Nº 1.742. En ella, el apreciado técnico expresa algunas formalidades de su creación, olvidando la sustancia de la misma y ninguneando verdades y protagonistas. En efecto, en el parcial reencuentro con la democracia de 1985, el país vivía incertidumbres de todo tipo, entre ellas el destino de la vitivinicultura. Regida por un contralor legal que la había sumido en la corrupción, al punto de tener vinos de cualquier estación y a los que había que tomar ayudados por un hisopo, productores y bodegueros honestos desesperaban del futuro. Con un grupo de ellos nucleados en la I.S.C.D. Cuchilla Grande se pensó en una solución de fondo que fue planteada, en concurrida reunión en Capilla Santa Rita, al presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional, Wilson Ferreira Aldunate.
Quien suscribe, integrante de ese Directorio y Representante Nacional Convocado, fue gestor, actor y testigo de todas las instancias que se sucedieron hasta concretar la idea. Esto es fácilmente comprobable repasando la columna “La Granja Nacional”, publicada semanalmente en el diario “El País” durante cinco años, donde se expusieron y fundamentaron las soluciones granjeras. Bajo el ojo estadista de Wilson, se realizaron infinidad de reuniones con las partes interesadas hasta encontrar la solución de crear un organismo paraestatal con clara preeminencia de productores e industriales. Una vez aprobada por el Honorable Directorio, integró con el INIA, la Ley Forestal, la Junagra, etc., el paquete de soluciones productivas que el Partido Nacional ofrecía al país todo, aún después de haber sido, una vez más, excluido del poder. Inicié las gestiones para el apoyo político que aseguraran los votos con la imprescindible consulta al subsecretario del MGAP, Cr. Ricardo Lombardo, quien nos expresó su desacuerdo e incluso nos publicó un editorial en el diario “El Día” titulado “Ellos lo hacen, ellos se lo comen”. El Frente Amplio de entonces no veía con buenos ojos la presencia gerencial de los sectores privados.
Ante tan cerrada disyuntiva, Wilson me respaldó para gestiones personales con el Dr. Jorge Batlle, quien me recibió en su apartamento de Duvimioso Terra y luego de narrarme un jugoso anecdotario de acuerdos interpartidarios, me prometió apoyo si yo lograba reunir a todos los representantes del sector pidiendo lo mismo. Y designó su interlocutor al Dr. Alberto Brause. Centenares de testigos recordarán las infinitas reuniones juntando el agua y el aceite. Finalmente se concretó la anhelada reunión en la Sala Verde del Palacio Legislativo y el Dr. Batlle comprometió sus votos. E hizo tal honor a su palabra, que cuando se discutió el proyecto en Comisión, enfrentó duramente al propio subsecretario de su partido y aseguró los votos para el Inavi. Inolvidable espectáculo en los pasillos con productores y bodegueros lagrimeando de emoción con el renacer de esperanzas. Luego, con el partido definido, todos se subieron al carro y se votó por unanimidad.
Así fueron las cosas, que pueden ser corroboradas por muchos sobrevivientes de aquellas gestiones como las iniciales de Villanueva, Magrassi, Valente, etc. Y luego los dirigentes Salati, Vilariño, Martínez, Zecchi, Mutio, Carrau, etc., etc. Increíble pero cierto, el Centro de Viticultores, la Organización Nacional de Vinicultores y el Centro de Bodegueros, un solo corazón. Y así son las cosas hoy con un Inavi cumpliendo pujantes 25 años, luego de reconvertir viñedos obsoletos con cepas libres de virus logrando calidad competitiva. Y en lugar de aquellos vinos de cualquier estación, hoy ganan medallas de oro en todo el mundo y nuestra población los disfruta saludablemente. Pero a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. El Maracaná de la vitivinicultura se ganó con la iniciativa y unanimidad del Partido Nacional y el decidido apoyo del senador Batlle.
Con una copa de nuestra ahora marca registrada “Tannat”, ¡salud compatriotas! Por buenos vinos y verdades.
Guillermo Seré Marques
CI 1.389.742-2