Acceder al mayor cargo departamental es visto por muchos políticos como un trampolín que los puede catapultar hasta la presidencia de la República. Lo consideran como la posibilidad de demostrar capacidades de gestión.
Acceder al mayor cargo departamental es visto por muchos políticos como un trampolín que los puede catapultar hasta la presidencia de la República. Lo consideran como la posibilidad de demostrar capacidades de gestión.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáA lo largo de la historia del Uruguay esa expectativa se concretó solo en el caso de los colorados Tomás Berreta (intendente de Canelones en 1917–1920 y presidente en 1946–1951) y Andrés Martínez Trueba (intendente de Montevideo 1947-1948 y presidente electo en 1951), además del actual mandatario, Tabaré Vázquez, quien fue jefe del gobierno capitalino en 1990-1995.
Entre los que están en carrera hacia las elecciones de 2019, el blanco Jorge Larrañaga fue intendente de Paysandú y otros dos ocupan el cargo actualmente: Enrique Antía (Maldonado) y Daniel Martínez (Montevideo).
La capacidad como administradores de los jefes comunales se ve en las finanzas de las intendencias, aunque no solo en eso. Desde la perspectiva de los ciudadanos, la evaluación toma en cuenta los servicios que reciben, así como también lo que contribuyen a ello pagando los tributos departamentales. Algunas medidas recientes han generado polémica, como la extensión de la vigilancia del tránsito mediante cámaras que le permitió a la Intendencia de Montevideo incrementar la recaudación por multas, o una tasa turística todavía no implementada. Maldonado, por su parte, aprobó este mes una imposición a piscinas, gimnasios, saunas, parrilleros y canchas deportivas de uso colectivo en edificios que superen los 10 apartamentos. Antía, en su rol de intendente y al mismo tiempo precandidato del sector Mejor País, del Partido Nacional, ha recibido críticas por esa disposición que generará ingresos a su comuna.
Los balances de 2017 mostraron resultados diversos, pero en general peores que los del año anterior, analizó Búsqueda a partir de datos publicados recientemente por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Solo Canelones, Lavalleja y San José mejoraron respecto a 2016 (si bien en el caso de la comuna maragata siguió siendo deficitaria). Artigas, Río Negro, Soriano y Treinta y Tres pasaron de tener resultado positivo en 2016 a presentar un balance en rojo en 2017, y sumaron 10 (con Cerro Largo, Maldonado, Paysandú, Rivera, Salto y San José) las intendencias deficitarias en 2017. Durazno tuvo un resultado equilibrado.
En conjunto, el superávit de los 19 gobiernos departamentales se redujo de US$ 71 millones en 2016 a US$ 4 millones en 2017.
El superávit de Montevideo fue casi la mitad del obtenido en 2016, cuando sus ingresos habían superado a los egresos en US$ 37 millones. Según el informe presentado a la Junta Departamental, con el resultado positivo en esos dos ejercicios redujo de 22% de los ingresos a 10% el déficit acumulado en años anteriores.
Los presupuestos que manejan los gobiernos varían en función del tamaño del departamento. Para realizar una comparación entre las finanzas de uno y otro, se las relacionó con el Producto Bruto Interno (PBI) departamental: el mayor déficit en 2017 correspondió a Cerro Largo (42% del PBI), seguido por Salto (37%) y Maldonado (35%). A su vez, Lavalleja (26%) y Colonia (19%) tuvieron los superávits más amplios en relación con su Producto.
La serie histórica relevada por Búsqueda permite evaluar el desempeño de todas las intendencias desde 1989. Lavalleja fue la que tuvo más años con balances positivos (17 de los 29 que contempla la serie). Del otro lado se ubica Salto, con solo dos años de superávit (2006 y 2015).
En el último tiempo Canelones fue la intendencia con mejores resultados; registró cinco años consecutivos con superávit. Rocha y Durazno llevan cuatro años con balances positivos.
Paysandú viene siendo la peor; acumula 13 años seguidos de déficits. Le siguen San José (siete años) y Maldonado (cinco años).
Al igual que en la mayor parte del Estado, las retribuciones personales se llevan una parte importante del gasto que realizan las intendencias para su funcionamiento. Para 11 comunas este rubro fue entre 45% y 55% de sus egresos. Maldonado, Rivera y San José son las que menor porcentaje destinan a gastos salariales (en torno a 40% del total), mientras que en Lavalleja es donde ese rubro tiene más peso (72%).
Del lado de la inversión, San José aparece despegada al haber destinado el 34% de sus egresos; la segunda fue Durazno con 24%.
Al analizar el origen de los recursos departamentales se observa que aquellas que tienen mayor volumen de ingresos son las que tienen el menor porcentaje de financiamiento por parte del gobierno nacional. Solo el 10% de los ingresos de Montevideo son ese tipo de transferencias, mientras que la cifra alcanza a 14% en Maldonado y a 25% en el caso de Canelones.
Entre el 55% y el 60% de los ingresos de las administraciones de Treinta y Tres, Cerro Largo y Artigas provienen de las transferencias del gobierno nacional.