Las últimas y pronunciadas caídas en los nacimientos de uruguayos tendrán directa incidencia en la matrícula de la educación en los próximos años, lo que hoy se aprecia con mayor nitidez en los grados más bajos de la educación pública y la privada, dijo a Búsqueda Andrés Peri, director de la División de Investigación, Evaluación y Estadística de la Dirección Sectorial de Planeamiento Educativo del Consejo Directivo Central (Codicen) en la ANEP.
La tasa de fecundidad hoy en Uruguay se ubica en 1,4 hijos por mujer. El fenómeno atiende a una propensión observada en las últimas cuatro décadas. Entre 1980 y 2021 la cantidad de nacimientos cayó 37,6%, lo que equivale a 20.400 nacimientos menos. La caída no fue constante, ya que aumentó entre 1980 y 1996, bajó entre 1996 y 2006 y mantuvo una suerte de “meseta” desde 2006 hasta 2016. A partir de ese año se produjo un descenso de 25,4%, una tendencia más pronunciada y sostenida en menor período de tiempo.
Peri se desempeña en su cargo desde hace casi 20 años, por lo que atravesó las últimas cinco administraciones de gobierno. El director de la ANEP —que también es sociólogo y demógrafo con doctorado por la Universidad de Texas, en Austin— explicó que la evolución de la matrícula escolar depende de distintos factores. Algunos son factores demográficos, como el tamaño de la población para cubrir determinados niveles de enseñanza, y hay también factores vinculados al sistema educativo, como la proporción de las personas en edad escolar que asisten a clases, la distribución entre la matrícula pública y la privada o la progresión por los niveles y grados escolares.
A principios de siglo, entre 2000 y 2013, en la población en edad de educación inicial hubo una caída asociada a la baja de los nacimientos registrada entre 1996 y 2006. Luego se dio una estabilización y en los últimos años se registró un nuevo descenso.
De acuerdo con las proyecciones oficiales, la baja de la cantidad de niños de entre tres y cinco años continuará y será aún mayor a la registrada recientemente, de 26,7%, en la población que asiste a la educación inicial.
En el caso de la población de niños en edad escolar, también hubo una caída entre 2006 y 2016 asociada a la disminución de nacimientos en la década previa, después hubo una estabilización y ahora se proyecta una caída “muy pronunciada” entre 2025 y 2030, según la ANEP. Informes oficiales en revisión proyectan que habrá unos 64.500 escolares menos al terminar esta década.
En cualquier caso, el descenso de la tasa de fecundidad de estos años tendrá un impacto muy significativo entre 2025 y 2030 que reducirá la cantidad de personas en las edades vinculadas a la educación primaria. Se estima que, entre 2000 y 2030, la población en edad de asistir a la educación inicial disminuirá 24%, lo que equivale a casi 34.000 alumnos.
El bono demográfico
El jueves 11, las autoridades educativas presentaron el último Monitor de Educación Inicial y Primaria de ANEP. Allí se informa que en 2022 disminuyó la matrícula de educación inicial, mientras que se mantuvo constante desde 2017 la matrícula de 1° a 6° de escuela.
En líneas generales, el reporte dio cuenta de que el año pasado se registró una mayor caída de la matrícula en niños de tres y cinco años, bajó la repetición en escolares a mínimos históricos (2,8%) y los niveles de asistencia a clase no se recuperaron a los anteriores de la pandemia.
La caída en la matrícula en educación inicial fue en los últimos dos años del orden del 10% y no respondió a una disminución de la cobertura ni al traspaso al sector privado sino al impacto de la importante caída de los nacimientos registrada en el país desde 2016, señala el informe.
En los próximos años el impacto en la matrícula será muy claro en inicial y primaria, en parte porque la cobertura en estos subsistemas educativos es de carácter universal —excepto para niños de tres años, que de todos modos tienen una cobertura alta que hoy alcanza a un 80% en esa edad— y donde la repetición y el rezago escolar es mínimo, dijo Tania Biramontes, del Departamento de Evaluación y Estadística de ANEP, en la presentación del monitor.
Hay menos niños que escolarizar y esta caída de inscriptos en inicial se reflejará en el próximo quinquenio en educación primaria con una reducción de la matrícula significativa tanto en el sistema de enseñanza pública como en la privada. “Pero no hay que asustarse por esta baja de la matrícula, entre otras razones porque la cobertura aumenta”, comentó Peri a Búsqueda.
Entretanto, la relación de la cobertura entre el sistema educativo público y el privado se mantiene “increíblemente estable” (85% y 15%, respectivamente) en los últimos 30 años. “Con crisis o sin crisis varía más o menos tres o cuatro puntos porcentuales”, indicó Peri, y agregó que “no hay trasiegos (de alumnos) muy grandes” de un sistema a otro.
Peri explicó que la reducción de la matrícula tampoco ocurre por igual en todas las escuelas sino que hay zonas donde la población crece, como Rincón de Neptunia, en Canelones. Pero en su mayoría decrece en otros lugares al ser las generaciones recientes más pequeñas que las anteriores.
Según el experto, la caída de la tasa de fecundidad es producto de una “excelente noticia”, porque “está influida por la baja de embarazos adolescentes”.
“La novedad de esta segunda caída de la fecundidad en lo que va del siglo es que antes esta estaba sostenida por la fecundidad adolescente, y es una excelente noticia que ahora descienda, aunque esté por debajo del nivel de reemplazo”, dijo.
La mayor parte de la fecundidad adolescente, agregó, era “no querida” y la sociedad “debe propender a que cada uno tenga los hijos que quiera”. Lo que solía ocurrir tradicionalmente es que “la clase media deseaba más hijos de los que tenía y la clase baja tenía más hijos de los que deseaba”, dijo. Y finalmente consideró que “se debería llegar a la situación de que cada uno tenga los hijos que desee y que el Estado apoye” para que eso suceda.
Para este experto, el escenario proyectado hacia el próximo quinquenio habilita una suerte de “bono demográfico” que abre la posibilidad de “avanzar en la personalización de la enseñanza”.
“Uruguay va a recibir en estos años un segundo bono demográfico y debe aprovechar la oportunidad para garantizar una fuerte inversión en los niños”, afirmó.
Esto permitirá apoyar, por ejemplo, al alumno con rezago escolar a través de estrategias de intervención efectivas, en lugar de hacerle repetir el año. “Esa idea altruista de la repetición como compensación, de que lo mejor para el niño que no aprende es que repita, implicaba que el alumno pagara con su tiempo su no aprendizaje, lo que convertía a esta práctica en muy injusta”, indicó Peri, al explicar que la ANEP inició un nuevo régimen de evaluación que se encamina a reducir la repetición en los grados impares.
El bono demográfico, en palabras de Peri, supone además actuar desde la propia gestación, desde el embarazo. “Quiere decir que por cada uruguayito que nazca debemos invertir más intensamente en sus capacidades para asegurar el capital humano del futuro”, afirmó.
“Uruguay debe asegurar que todos los niños tengan la capacidad de empezar bien la escuela, habiendo tenido una buena atención prenatal, un buen sistema de cuidados en los primeros años de vida, y que luego reciban una educación inicial de calidad, porque son momentos en el desarrollo infantil que condicionan el resto de su trayectoria educativa como lo muestran los estudios longitudinales”, detalló.