Escepticismo de las cámaras y el PIT-CNT en torno a diálogo sobre la negociación colectiva

Las objeciones de la OIT derivaron de una queja presentada por las dos gremiales empresariales en 2009, y una ampliación en 2011, que aluden a violaciones al convenio Nº 98, referido a derechos sindicales y la negociación colectiva.

Explicó que estar en la lista de casos a los que la OIT le hace seguimiento dañaría la imagen de Uruguay al quedar junto con países cuyas observaciones aluden, por ejemplo, al trabajo esclavo.

Pero entre los actores empresariales prima el escepticismo. “Estamos a los besos y abrazos, pero es una pantomima porque sabemos que el PIT-CNT no quiere saber de nada” con modificar la actual normativa, señaló la fuente. “A su vez, si se nos ofrece dialogar no podemos decir que no”, agregó.

Sin garantía de acuerdo.

Una vez en la sala, mientras se esperaba la presencia de Murro y del subsecretario de Trabajo, Julio Baráibar, los saludos entre los delegados empresariales y los dirigentes sindicales se intercalaban con comentarios en voz baja y se referían a cláusulas del convenio a punto de firmar.

“No vamos a lograr nada”, le dijo un empresario a otro segundos antes de que empezara la conferencia y los titulares de las cámaras pusieran su rúbrica.

Tras firmar el acuerdo hubo algunos segundos de aplausos y los presidentes de la CNCS, Carlos Perera, y de la CIU, Washington Corallo, se levantaron para estrechar la mano con los coordinadores del PIT-CNT Marcelo Abdala y Fernando Pereira, luego de que Murro diera el puntapié inicial a la ronda de saludos.

Enseguida se sentaron y comenzaron las oratorias.

Primero fue el turno del PIT-CNT. “Es una norma que creemos muy positiva para Uruguay y los empresarios tienen objeciones. (…) No podemos garantizar un acuerdo, pero podemos garantizar trabajar en esa dirección”, dijo Pereira. Y aclaró: “Nosotros no tenemos dificultades con la ley de negociación colectiva ni con el sistema nacional de negociación colectiva. Somos conscientes de que el país tiene observaciones por la OIT (…) que hay que discutirlas en el plano nacional”. Explicó que de lo contrario la OIT podría poner a Uruguay en una lista “junto con países que matan a dirigentes sindicales, provocan trabajo esclavo, tienen las peores formas de trabajo infantil y aplican la violación sistemática” de los derechos humanos, lo que a su juicio sería “nefasto”.

Tras un tenso silencio de la delegación empresarial, de directores del Ministerio de Trabajo y funcionarios de la OIT presentes en la conferencia, el sindicalista señaló que el “modelo” de relaciones laborales de Uruguay “es halagado en buena parte del mundo; incluso es recomendado como aplicación de diálogo social”. “Puede estar seguro el ministro que la delegación del movimiento sindical va a poner el mayor esfuerzo en encontrar un acuerdo sin que esto implique la pérdida de derecho de ningún trabajador uruguayo”, dijo Pereira.

A su turno, el presidente de la CNCS llamó a “poner por sobre todas las cosas a Uruguay primero” y aludiendo a las palabras de Pereira: “No podemos prometer un acuerdo”, pero sí el “absoluto empeño y colaboración de las cámaras para tratar de zanjar y poder en Uruguay, entre uruguayos, superar estos temas”.

El empresario resaltó la disposición de Murro y del nuevo gobierno en ofrecer “tan rápidamente el diálogo”. Aclaró que las cámaras tuvieron que recurrir a la OIT porque no eran “escuchadas” y en esa línea añadió: “Por suerte eso da vuelta y vamos a poder negociar”.

Luego, el titular de la CIU afirmó: “Sabemos que nunca vamos a tener concordancia total, el libre ejercicio democrático implica” que eso sea así.

Después tomó la palabra Murro. Opinó que este acuerdo para discutir en un ámbito tripartito posibles ajustes a la ley de negociación colectiva no es un “cambio de figuritas”. Y alegó: “Bienvenidas las diferencias, así se construye democracia. Acá no cambiamos nada, cada uno tiene su posición y vamos a ver cómo construimos juntos el mejor acuerdo para tener el mejor sistema de negociación colectiva en base a lo muy bueno que se ha venido haciendo en particular en los últimos diez años”.

Finalizada la conferencia, Abdala ilustró con ademanes y un comentario el clima que impregnaba la sala el jueves: “Vamos a tener que venir con una amoladora” para acortar las diferencias.

Un “hito”.

Entre los planes del gobierno está que de este nuevo diálogo tripartito surjan acuerdos para modificar aspectos de la ley 18.566, de modo de cumplir con los pedidos de la OIT. Se prevé enviar al Parlamento un proyecto que recoja esos ajustes en el correr de 2015.

Para las cámaras, que se llegue a un acuerdo total o incluso parcial en torno a cambios al marco normativo “sería un hito importante porque implicaría reconocer que (las autoridades) se equivocaron”, dijeron las fuentes empresariales.

Agregaron que, de no existir avances en el levantamiento de las observaciones, la CNCS y la CIU podrían pedir a la OIT una “misión de contacto directo” para que los expertos soliciten explicaciones al gobierno, entre otras instancias con los actores sociales involucrados, o incluso realizar otra queja y “redoblar los esfuerzos” para profundizar en las objeciones.

Se prevé que en la mesa tripartita puedan participar —además de los representantes empresariales y sindicales— académicos, juristas. Si las partes están de acuerdo, se podría pedir asistencia técnica de la OIT.

Algunos de los puntos objetados por los empresarios y sobre los que esa organización hizo observaciones a la ley 18.566 refieren por ejemplo al número de integrantes del Consejo Superior Tripartito. Señala que podría tenerse en cuenta una cantidad igual de miembros por cada uno de los tres sectores y la presencia de un presidente independiente, preferentemente nombrado por las organizaciones de trabajadores y de empleadores para que pueda desempatar con su voto. Hoy, el Poder Ejecutivo tiene nueve representantes en ese órgano, contra seis de los empresarios y otros seis del sector sindical.

La OIT pide además al gobierno que modifique la norma para que el nivel de negociación colectiva (bipartito o tripartito) quede establecido por las partes y no sea objeto de votación.

En cuanto a que los Consejos de Salarios puedan establecer condiciones de trabajo, la OIT señala que ello debe surgir de una negociación bipartita y del acuerdo entre las partes.

Asimismo, observa que se legitime que la negociación colectiva por empresa, cuando no exista organización de trabajadores, recaiga en el sindicato de rama más representativo.

En cuanto a la duración de los convenios laborales, la norma establece que si uno venció mantendrá la vigencia de todas sus cláusulas hasta que uno nuevo lo sustituya, salvo que las partes acuerden lo contrario. En este asunto, la OIT pide al gobierno que ello sea discutido por los actores sociales de modo de dar una solución aceptable para ambas partes, puesto que los empresarios están en desacuerdo.