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Los desencuentros entre Ancap y la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay (Unvenu) se arrastran desde julio de 2013. En ese momento el directorio del ente estatal, presidido entonces por Raúl Sendic, resolvió de manera unilateral cambiar la fórmula de cálculo para ajustar las bonificaciones (ganancias) de los dueños de las estaciones de servicio. La paramétrica se construye tomando en cuenta los costos de una estación promedio.
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Daniel Añón, presidente de la Unvenu, dijo a Búsqueda que la nueva paremétrica —que regía sin cambios sustanciales desde hace unos 25 años— “desfavoreció” a los estacioneros. Explicó que no fueron contemplados algunos costos, como los vinculados a la seguridad, las ventas con tarjetas de crédito e incluso la contratación de más personal ante una demanda creciente de combustible.
Para Añón el argumento que manejó Ancap para cambiar las reglas de juego es “muy sencillo”: “Primero, que había un concepto, creo que errado, de que las estaciones ganaban mucha plata. Y lo segundo es que Ancap empieza a tener mal sus números y esta fue una de las maneras que se encontró para que salga menos dinero de sus arcas”. Para el secretario de la Unvenu, Jorge Bonino, se trató de “una metida de mano” en sus “bolsillos”.
Los directivos de la Unvenu sostienen que desde 2013, con la nueva paramétrica, las estaciones fueron perdiendo rentabilidad. “Es una situación que viene desde hace años y cada vez se pone peor. Ahora se dan algunos hechos nuevos, que agravan las cosas de forma importante”, advirtió Bonino.
Según la Unvenu, la gota que rebasó el vaso fue una reciente resolución del directorio de Ancap que suspende hasta setiembre un ajuste de la paramétrica acordado con el gobierno para pagar los aumentos en los salarios a los trabajadores. La gremial asegura que ese ajuste se resolvió a fines del año pasado y que tuvo como garantes del acuerdo al ministro de Trabajo, Ernesto Murro, y al director nacional de Trabajo, Juan Castillo. “Lo resuelto y comunicado por Ancap significa, entre otras cosas, desconocer el aumento de salarios de los trabajadores de las estaciones de servicio de todo el país, establecido en el último convenio colectivo del sector”, expresó la Unvenu en un comunicado a sus socios. Sus directivos presentaron recursos de revocación de esta resolución ante Ancap.
Inviable.
El otro frente de batalla de las estaciones es el uso exclusivo de tarjetas de crédito y débito —durante las 24 horas— como medio de pago. Añón explicó que en negociaciones con el Ministerio de Economía se logró frenar su implementación hasta noviembre en Montevideo y Canelones y hasta diciembre en el interior del país. Hasta ese plazo están trabajando para que las empresas emisoras de las tarjetas bajen los aranceles y los plazos de liquidación de pagos. Pero más allá de eso, a la Unvenu le preocupa que los costos de las tarjetas sean contemplados en la paramétrica.
“Si Ancap no reconoce el costo, es inviable totalmente el negocio para las estaciones de servicio”, sentenció Añón. “Venimos en un deterioro franco hacia el piso, esto no da para más. La situación es crítica”, insistió.
La Unvenu también está “alerta” ante “rumores“ sobre cambios previstos en la distribución del combustible que apuntan a la desregulación del mercado. El 1º de setiembre habrá una asamblea resolutiva para analizar novedades y evaluar cómo se enfrenta la situación.