• Cotizaciones
    jueves 19 de septiembre de 2024

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Expreso de Guantánamo dejó deudas en Rivera que nadie quiere pagar

    El dueño del apartamento donde se quedó el sirio Diyab reclama a Sedhu que le entregue el depósito de $ 115.000 para poder saldar las facturas y reacondicionar el lugar

    El sirio Jihad Diyab fue el expreso de Guantánamo que más dolores de cabeza les causó a las administraciones de José Mujica y de Tabaré Vázquez. En los dos años que vivió en Uruguay protagonizó escapes furtivos al extranjero que terminaron con su deportación y huelgas de hambre prolongadas para forzar al gobierno a que diera cabida a sus diversos reclamos.

    Pese a que se fue hace seis meses del país, los problemas que acarreó el sirio todavía persiguen al gobierno.

    Tras llegar a Uruguay, Diyab se instaló en la casa que brindó el PIT-CNT en la calle Maldonado, donde convivió con los otros cinco expresos que llegaron desde la cárcel construida por Estados Unidos en suelo cubano. El arribo de ese contingente sobre el final del gobierno de Mujica generó un debate político áspero y, una vez en el poder, también fue cuestionado por la administración Vázquez.

    Ajeno a ese debate, pero con problemas de convivencia, Diyab se mudó solo a un apartamento cerca de la intendencia, donde esperaba recibir a su familia, que nunca llegó. El gobierno y el sirio cruzaron acusaciones acerca de quién era responsable de ese problema, pero no llegaron a un acuerdo. Lejos de aflojar, el expreso presionaba para poder irse del país mediante una huelga de hambre que le provocó un desmayo.

    Al sirio le llegó una oportunidad para rearmar su vida en la frontera uruguaya con Brasil. La comunidad árabe tiene una fuerte presencia en el departamento de Rivera y hacia allí se dirigió el exdetenido después de que le ofrecieran trabajo.

    Pero los problemas continuaron. En enero Diyab acusó a un comerciante árabe de haberle robado US$ 30.000. En paralelo, el empresario —que se trasladó de Montevideo a Rivera junto a Diyab— presentó una denuncia contra el exrecluso porque supuestamente le robó el celular y lo amenazó de muerte. Y además, aseguró que Diyab pertenecía a las filas del Estado Islámico. La Policía investigó, pero todo quedó en la nada.

    Este empresario le había facilitado un hogar transitorio al expreso, por lo que después del cruce de acusaciones Diyab tuvo que salir a buscar un nuevo lugar donde vivir. El Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (Sedhu) quedó a cargo de manejar los fondos que recibía el sirio en su calidad de refugiado. En la comunidad riverense la presencia de un exdetenido de Guantánamo impactó y fue difícil encontrar quien estuviera dispuesto a alquilarle una propiedad.

    Finalmente, el 4 de diciembre de 2017, Hugo Gollardia aceptó rentarle a Diyab una de sus propiedades, una casa de cuatro dormitorios, en la esquina de Figueroa y Batlle y Ordóñez. El Sedhu se hizo cargo de pagar por adelantado un año de alquiler de $ 19.800 mensuales. La casa debía contar con luz, agua e internet instalado y se proyectaba que el costo total por esos servicios sería de $ 2.800 mensuales. Si el gasto superaba esta cifra, debería hacerse cargo de pagar la diferencia.

    En un principio la relación entre Diyab y el propietario era buena. De hecho, Gollardia lo ayudó a colocar el calefón y en oportunidades lo ayudaba a hacer las compras al supermercado, ya que el sirio necesitaba apoyarse en muletas y eso le dificultaba cargar las bolsas. Se lo veía poco por la calle. Pasaba la mayoría del tiempo en su hogar y sus vecinos apenas lo notaban cuando rezaba porque lo hacía en voz alta.

    Pero con el paso de los meses la situación le generó sospechas al dueño de la casa. En diálogo con Búsqueda, Gollardia dijo que llegó un ciudadano marroquí con el que Diyab comenzó a moverse y desde allí todo cambió. Esa persona se quedaba junto al sirio en la casa. “Pasó unos días y lo terminaron sacando con un operativo de tres camionetas con cuatro policías cada una. Desapareció por una semana, lo largaron y volvió para la casa”, relató el dueño del inmueble.

    Desde ese momento, la factura de la luz pasó de ser unos $ 1.000 a unos $ 5.000 mensuales. Gollardia advirtió de esto a Sedhu, pero la organización no le dio respuesta.

    Diyab abandonó el país en mayo rumbo a Siria pero fue detenido en Turquía. El marroquí se quedó viviendo en la casa y el dueño debió reclamar para que abandonara el lugar, ya que el alquiler era para el refugiado y, en todo caso, su familia que nunca llegó. El marroquí se fue, pero dentro quedaron todas las pertenencias de Diyab y una deuda de decenas de miles de pesos por las facturas impagas.

    Por eso, Gollardia reclama que Sedhu o el gobierno se hagan cargo de saldar las deudas que dejó el expreso de Guantánamo. Diyab y él firmaron un contrato de arrendamiento en el cual quedaron depositados $ 115.000, que para Gollardia sería suficiente para ponerse al día con las cuentas y acondicionar nuevamente la casa tras los daños por uso que dejó Diyab. Sin embargo, para poder retirarlo deben firmar ambos, pero el sirio ya no está en el país ni tiene intenciones de regresar.

    Sedhu, según Gollardia, le dijo que tienen un poder para firmar en lugar de Diyab. Sin embargo, aún nadie se ha hecho cargo de saldar las deudas ni le han liberado el dinero del depósito al dueño de la casa. Dentro del inmueble quedan colchones, ropa, electrodomésticos y demás pertenencias que el dueño pretende donar a algún centro que las necesite.

    Información Nacional
    2018-10-25T00:00:00