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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDurante parte del 2020 escaseó la lluvia, entre otros problemas climáticos, pero hubo un repunte de los precios internacionales de los alimentos —que, en el caso de la soja, se está consolidando al inicio del nuevo año—, a la vez que la tarifa del gasoil sin aumentar en pesos y ajustes salariales más moderados contribuyeron a mejorar los costos medidos en dólares de la agricultura uruguaya. En ese contexto fue que las empresas del sector decidieron incrementar sus inversiones en tractores, cosechadoras y sembradoras, según Carle & Andrioli.
Esa consultora financiero-contable elabora un Índice de Inversión en Maquinaria Agrícola (Idima) con base en el monto de las importaciones de dichos equipos; el aumento fue de 12% respecto a 2019. De todos modos, se ubicó por debajo de los niveles de reposición y en 35% del máximo histórico.
En la campaña 2020 la superficie plantada —1.599.000 hectáreas— bajó 1%, señala el informe citando estimaciones de la Oficina de Política y Planificación Agropecuaria (Opypa) del ministerio del ramo. En parte por el clima adverso, el rendimiento no posibilitó un aumento en la productividad del último quinquenio de acuerdo con otro índice, de Productividad Ponderada Agrícola, que también elabora Carle & Andrioli considerando la producción por hectárea de los principales cultivos (soja, trigo, arroz, cebada, maíz y sorgo) ponderados según el área sembrada.
La consultora afirma que los precios internacionales mejoraron la capacidad de compra de maquinarias (relación entre valores de los productos y de los equipos). Con base en datos de la Dirección de Investigaciones Agropecuarias y otras fuentes calificadas, en 2020 creció 16%, lo que posibilitó una recuperación del poder de compra promedio en tractores, cosechadoras y sembradoras de hace cinco años.
En el mediano plazo, para la actividad agrícola es clave la inversión en nuevos equipos y tecnología para aumentar su productividad. Las importaciones de tractores, cosechadoras y sembradoras habían logrado valores máximos en 2013, a lo que siguió una significativa caída en 2015 y 2016. Esa trayectoria a la baja del Idima se interrumpió en 2017, para caer en 2018 y volver a subir en los dos últimos años.
En 2020 crecieron todos los componentes del índice frente al año anterior: cosechadoras 26%, tractores 7% y sembradoras 2%.
Otro indicador relevante a los efectos del análisis es el monto de la inversión anual de máquinas y equipos agrícolas por hectárea cultivada. En el período 2009-2013 se alcanzaron valores máximos, mientras que en las campañas siguientes se ubicó en la mitad de esos niveles. En 2020 la inversión por hectárea creció a US$ 57, que si bien fue superior al año anterior se ubicó en el 70% de los valores estimados por hectárea de depreciaciones de las máquinas.
La consultora recuerda que el marco normativo permite a los productores agropecuarios —que tributen IRAE y que tengan rentabilidad— aprovechar los beneficios por inversiones establecidos por la Comisión de Aplicación de la ley de inversiones hasta el 31 de marzo próximo, debido a que los proyectos presentados hasta esa fecha podrán acceder a un porcentaje de exoneración incrementado, siempre que al menos el 75% se ejecute durante el transcurso de 2021.