Raúl Sendic se mantiene firme en la defensa de su gestión al frente de Ancap. No concede o admite ningún error y asegura que su “mayor pecado” fue buscar un beneficio para la empresa estatal. Cuestiona la actuación de la Fiscalía, que faltó “a la verdad” y presentó a la Justicia un pedido de condena “absurdo”, basado en hechos y declaraciones “tergiversadas”, y critica a los medios de comunicación por someterlo a un “juicio paralelo”.
En los meses siguientes la defensa del ex vicepresidente pidió más pruebas y testimonios para procurar demostrar su inocencia, pero la Fiscalía mantuvo su posición. Ya en la etapa final del juicio, el escrito de Sendic es su último intento de evitar una condena.
Luis Pacheco durante una conferencia de prensa. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
“Un verdadero absurdo”.
La Fiscalía pidió condenar a Sendic por abuso de funciones por su intermediación con la financiera Exor para que diseñe un mecanismo para cancelar una deuda de Ancap con la petrolera venezolana Pdvsa. Según la Fiscalía, sus negociaciones fueron poco transparentes, omitieron un proceso competitivo con otras empresas interesadas, obviaron las normas de contabilidad y administración financieras del Estado, y pactaron obligaciones sin conocimiento previo del Directorio y sin el asesoramiento adecuado de los servicios jurídicos, lo que luego expuso a Ancap a juicios civiles.
En su respuesta, la defensa afirma que la Fiscalía “se limita a tergiversar los hechos y las declaraciones, en muchos casos sacándolas de contexto, para ajustarlas a su acusación”.
Un punto central en la defensa de Sendic es que la refinanciación de la deuda implicó un ahorro millonario para el Estado. Es decir, redundó en un beneficio, no en perjuicio. A lo largo del proceso el fiscal ha rebatido ese argumento porque la imputación “no refiere a la operación en sí” —por lo cual el resultado de la refinanciación no está en discusión—, sino a la actuación de Sendic en ella.
Para la defensa esto es una “paradoja”, porque “hasta el mismo fiscal reconoce” que la operación fue beneficiosa, pero lo acusa de actuar en perjuicio de Ancap.
Según plantea, pese a que Sendic mantuvo reuniones con representantes de Exor y les dio su visto bueno para que intervinieran en la transacción, “jamás excedió el ámbito de su competencia” y puso en conocimiento de otros jerarcas las negociaciones. “Ancap también realizaba e informaba de estas gestiones al mismísimo Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a través de la Unidad de Deuda. En una palabra, Sendic nunca recibió en ‘soledad’ ni en forma ‘clandestina’ a ningún integrante o representante de Exor”, afirman los abogados.
“La Fiscalía se equivoca, de forma burda, al pretender establecer que de una mera reunión que duró entre 30 y 45 minutos con representantes de Exor se infiera que se otorgó un poder especie de ‘bendición papal’ para perfeccionar acuerdos jurídicos contractuales”, sostienen. “No puede caber la más mínima duda que esta fue una excelente gestión comercial”, añaden en el escrito.
“Parecería que el mayor pecado que cometió Raúl Sendic fue precisamente buscar un beneficio para la administración”, dicen. Esto convierte al pedido de condena “en un verdadero absurdo”.
También señalan que Ancap tuvo contacto con varias financieras interesadas en la operación, lo que prueba que no hubo “un acto arbitrario” al negociar con Exor. Para la Fiscalía, el hecho de que hubiera varios interesados prueba, por el contrario, que debió hacerse un proceso competitivo y transparente para elegir a la empresa que proveería los servicios.
Respecto a la posterior exclusión de Exor de la operativa —decidida por Pdvsa sin oposición de Ancap—, que derivó en sucesivos acuerdos compensatorios y en un reclamo civil, los abogados argumentan que el juicio fue favorable a la petrolera uruguaya, por lo cual tampoco allí hubo un perjuicio.
Por otra parte, la defensa subraya que “todos los partidos políticos con representación parlamentaria” aprobaron la ley que autorizó la cancelación de la deuda. Además, cita declaraciones que detallan que esa norma fue promovida por Sendic, el entonces ministro de Economía Astori y la actual ministra Arbeleche, que en ese tiempo dirigía la Unidad de Deuda del ministerio.
Los abogados conceden que el fiscal puede pensar “que la actuación de Raúl Sendic no fue el modo más adecuado de encarar” el problema de la deuda, y que “incluso hasta podrá pensarse que fue desprolijo en alguna actuación”, pero no obstante “jamás puede concluirse que abusó de sus atribuciones”. El fiscal incurre en un “excesivo y celoso formalismo”.
Reiteran sus cuestionamientos a la figura del abuso de funciones, y citan un análisis del especialista Antonio Camaño Rosa, que sostiene que ese delito suele “aplicarse a personas de la política que han sido culpabilizadas a priori por algunos mass media, llevándose así a cabo el consabido espectáculo de los denominados ‘juicios paralelos’, en los cuales la prensa juega el rol de juez y fiscal, adelantándose largamente a la Justicia y a fin de cuentas, juzgando no solo al indagado sino a la misma Justicia según lo que esta falle”.
“Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia!!!” (sic), agregan los abogados.
Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
Peculado
La Fiscalía también pretende que se condene a Sendic por peculado, debido a que “incurrió en múltiples gastos que no fueron debidamente justificados” con las tarjetas corporativas de Ancap, como compras en tiendas de ropa, supermercados, electrónica, joyería y librerías. “Si bien el encausado ha afirmado que tales compras obedecieron a motivos funcionales, ello no se desprende de las características y naturaleza de los gastos analizados, ni se encuentran debidamente justificados”, dice la acusación. En otros casos Sendic dijo que no recordaba “los motivos del gasto”. Así, “incumplió flagrantemente la reglamentación aprobada respecto de las condiciones de uso de las tarjetas corporativas en el ente”. El fiscal también basó su pedido en un informe de la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep) que “concluye categóricamente que el enjuiciado hizo un uso indebido de las tarjetas”.
La defensa cuestiona que Sendic deba responder por gastos que no recuerda haber hecho, que algunos ocurrieron hace más de 10 años y que fue “rehén” del desorden interno que se generó en Ancap en torno a la situación. “Que haya utilizado la tarjeta corporativa no pudiendo explicar en algunos casos el gasto, no supone per se que se trate de la comisión de una figura típica, antijurídica y culpable, realizada con conciencia y voluntad”, argumenta.
Los abogados también destacan en varias oportunidades que el reglamento sobre el uso de las tarjetas fue aprobado durante la gestión de Sendic, lo que prueba que quiso “darle un orden y transparencia” al tema. Plantean además que sus gastos “jamás” fueron cuestionados por el Tribunal de Cuentas de la República ni por ningún otro órgano de contralor.
La acusación de la Fiscalía está “plagada de meras conjeturas, orfandad probatoria y mucha ‘intuición’ para sostener la imputación, y con un informe al dedillo y politizado de la Jutep”, critican.
Aseguran además que cuando el exjerarca tuvo que usar la tarjeta en alguna compra extraordinaria o personal, “hizo los reembolsos correspondientes y se los entregó en tiempo y forma a los órganos de contralor internos de Ancap”. Esa documentación “se extravió”, afirman. Si bien “siguen sin encontrarse hasta el momento los respectivos comprobantes de los gastos efectuados”, eso “no quiere decir que lo que ha dicho Sendic una y otra vez, no sea cierto”.
Abogado escribe un libro para contar la “verdad”
Información Nacional
2021-02-24T20:38:00
2021-02-24T20:38:00