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    Frente Amplio y PIT-CNT intensifican su confrontación con el gobierno, con Marset como insignia

    Al caminar por las cuadras del barrio Malvín, una serie de pasacalles se suceden. Son breves y filosos. Fondo blanco, letras azules y rojas. Tienen premisas distintas y un remate que se repite. “Y Marset, no es corrupción?!”, “Y Penadés, no es corrupción?!”, “Y el puerto, no es corrupción?!”. En el barrio La Blanqueada no hay pasacalles, pero sí volantes que reparte un comité de base con información sobre el caso del pasaporte entregado al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset cuando estaba preso en Dubái y también sobre otros episodios controversiales registrados en este período de gobierno.

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    El Frente Amplio tomó la definición política de iniciar una campaña de información a la ciudadanía sobre un conjunto de hechos en los que tuvo participación el gobierno y en los que entiende que hubo “corrupción”. A los pasacalles y volantes, se suma una intensa agenda de charlas con el mismo enfoque, de las que participan parlamentarios y referentes, en Montevideo y en el interior.

    Como insumo para sus dirigentes, la fuerza política distribuye un extenso dossier de 46 páginas con documentación, fechas, artículos periodísticos y una detallada cronología del caso Marset. “En todos estos hechos surgen indicios de que el narcotráfico está comenzando a permear estructuras de poder en el Uruguay”, afirma el documento en sus conclusiones.

    Pese a todo este despliegue, fue el PIT-CNT el que se movió primero para convocar a una “gran movilización por la democracia y contra la corrupción”. La decisión la tomó el lunes 6 y la actividad se fijó para el lunes 13. El Frente Amplio decidió adherirse en la tarde del domingo 12, posición a la que llegó después de algunas marchas y contramarchas internas.

    Así el movimiento sindical y la fuerza política coincidieron en la plaza Libertad. La manifestación ocupó cerca de una cuadra. Las valoraciones sobre esa concurrencia oscilarían más tarde entre la satisfacción y un cierto gusto a poco. El tono de la proclama fue duro y con un foco claro: la corrupción y el presidente. En el escenario, varias de las caras principales del PIT-CNT; entre la concurrencia, varios dirigentes frenteamplistas, entre los que sobresalían Fernando Pereira y Carolina Cosse.

    Adhesión discutida

    La Mesa Política del Frente Amplio debatió sobre la pertinencia de realizar una manifestación de corte masivo contra la corrupción, a propuesta del Partido Socialista. Esto fue antes de que el PIT-CNT hiciera su convocatoria. La moción naufragó y solo contó con el voto de su delegada ante el ejecutivo frenteamplista, Daniela Brandon, mientras que la mayoría de los dirigentes consideraron que no había “condiciones”, según relataron a Búsqueda distintas fuentes.

    El curso de la discusión dio un giro cuando el secretario general del Partido Comunista, Juan Castillo, argumentó que lo mejor era que el tema fuera bajado a las bases, dado que los dirigentes de la Mesa Política no habían discutido dentro de sus sectores la propuesta y por ende no tenían un mandato para pronunciarse. Esa propuesta terminó aprobándose y la discusión comenzó a procesarse.

    En paralelo, el secretariado ejecutivo del PIT-CNT convocó a la manifestación para el lunes 13. Con ese anuncio, algunos comités y sectores del Frente Amplio comenzaron una discusión sobre la necesidad, ya no de convocar a una marcha propia, sino de adherirse a la del movimiento sindical.

    El viernes 10, algunos dirigentes frenteamplistas ya barajaban una resolución de adhesión cuando fueron notificados de la muerte del exvicepresidente Danilo Astori, lo que obligó a suspender las negociaciones. El sábado por la tarde, tras el sepelio del histórico dirigente frenteamplista, el Partido Socialista dio a conocer un comunicado donde manifestaba que también convocaba a la manifestación del lunes. Otros sectores como el Partido Comunista y varias coordinadoras estaban en la misma línea y hasta algunos comités de base ya habían realizado pintadas el fin de semana convocando.

    El domingo, un secretariado ejecutivo del Frente Amplio terminó de laudar el asunto, pese a que sectores como el MPP o la Vertiente Artiguista manifestaron sus reparos. “La movilización social es pilar de la democracia plena y reclamar es un derecho legítimo en el marco de las libertades en Uruguay”, justifica la declaración final del Secretariado, que tuvo algunas modificaciones respecto del borrador del viernes.

    “Cueste lo que cueste”

    El escenario en la plaza Libertad daba la espalda a la Ciudad Vieja, pero la artillería discursiva y de cartelería, la de la proclama y la del público, se orientaba hacia la plaza Independencia. “¡Vamos a la Torre Ejecutiva, dale!”, arengaba en tono de broma el presidente del sindicato de la construcción, Daniel Diverio, al llegar al pie del estrado y saludar a varios dirigentes del PIT-CNT.

    Entre la gente, varios carteles recordaban la frase “pasaba a saludar”, referida a la explicación que dio el presidente Luis Lacalle Pou sobre su participación en una reunión en la que a fines de 2022 su exasesor Roberto Lafluf y los subsecretarios de Interior, Guillermo Maciel, y de Relaciones Exteriores, Carolina Ache, acordaron eliminar chats en los que hablaban sobre Marset y su peligrosidad. Otras pancartas le exigían al presidente explicaciones o lo acusaban de haber instalado la corrupción. “PN: Partido Narco”, se leía en otro que llamaba la atención y provocaba risas.

    La proclama que leyeron la secretaria general del PIT-CNT, Elbia Pereira, y el secretario general de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), Gustavo González, también apuntó de forma directa a Lacalle Pou.

    “El Poder Ejecutivo diseñó mecanismos para mentirle al Parlamento de la República, que es la expresión de la soberanía de la nación, y para ocultarle información al Poder Judicial. De esta manera, burló a los otros poderes del Estado en los cuales se organiza hoy la democracia. Luego de esto, el gobierno negó las mentiras o, como sucedió en la conferencia de prensa dada por el presidente Lacalle Pou, aceptó livianamente algunos de los hechos, negando sus implicancias, su trasfondo, la seriedad del problema planteado y su obligación de rendir cuentas con responsabilidad y rigurosidad a la ciudadanía”, empezó González. Poco después agregó que el presidente reconoció haber sido quien convocó la reunión entre Lafluf, Maciel y Ache para que lleguen a “una línea única de trabajo y de acción”.

    “Con absoluta perplejidad, nos preguntamos: ¿de qué trabajo y de qué acción habla el presidente?, ¿será de la mentira coordinada y del ocultamiento de prácticas que propiciaron la liberación de un narcotraficante?”, siguió González.

    Unos minutos más tarde, Elbia Pereira levantaría aplausos con una advertencia: “Vinimos para decir que no hay que dar vuelta la página. No es posible dar vuelta la página. Si no se quiere discutir en el Parlamento, vamos a discutir en la calle, en el boca a boca, en cada lugar de trabajo, en cada cooperativa, facultad o centro de enseñanza”, afirmó.

    La proclama cerró con otra alusión al presidente, esta vez implícita. “Vinimos a reclamar fuerte y claro que actúe el Poder Judicial, cueste lo que cueste”.

    Tanto entre la dirigencia frenteamplista como en la sindical, las valoraciones sobre la convocatoria son disímiles. “No me sentí parte, se resolvió a las apuradas”, dijo a Búsqueda un dirigente de Convocatoria, el sector que respalda la precandidatura de Mario Bergara. Otro dirigente del mismo sector sostuvo que si bien “no había razones para no adherir”, otra cosa hubiera sido realizar la convocatoria. “El Frente Amplio ya tiene sus planes y sus barriadas al respecto, realizamos movilización de otras características”, explicó.

    Un legislador que respalda la precandidatura de Yamandú Orsi aseguró que la convocatoria fue bastante magra, pero de no haber adherido la fuerza política, hubiera sido “peor”, porque “casi todos los que fueron eran del Frente Amplio”.

    En contraposición, el diputado Daniel Gerhard, del Partido para la Victoria del Pueblo (PVP), dijo que la convocatoria fue “positiva”. Tomando en cuenta que en Uruguay no hay “tradición” de concentrarse por casos de corrupción, sumado a las dudas del Frente Amplio y al poco tiempo de preparación, “la convocatoria fue muy buena”, concluyó.

    El dirigente del Nuevo Espacio Darío Mendiondo dijo que, a su juicio, “una vez que el Frente Amplio resolvió orgánicamente adherir, era imperativo estar”.

    En la dirigencia sindical también fueron variados los balances. El dirigente de la educación privada e integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, Sergio Sommaruga, reconoció que antes de aprobar la convocatoria había quienes tenían dudas sobre si una concurrencia escasa no terminaría por “hacerle precio al costo político del gobierno”. Con las cartas vistas, consideró que eso no sucedió y que hubo un nivel de participación “interesante”. La movilización, en su opinión, era necesaria. No expresarse ante “hechos tan graves” es permitir que se “corra la barrera” de lo aceptable, opinó.

    En la reunión del Secretariado Ejecutivo del martes 14 varios dirigentes se mostraron “satisfechos”, hubo quienes señalaron algunas descoordinaciones en la organización, que se había convocado en la explanada de la intendencia para caminar hasta la plaza Libertad, algo que se desdibujó en la práctica. “Fue digna pero pobre”, describió otro dirigente consultado por Búsqueda, que señaló, además, que hubo poca presencia de sindicatos.

    Congreso

    A poco menos de un año de las elecciones nacionales, la campaña electoral empieza a incidir en la agenda sindical. El PIT-CNT debía realizar este año su congreso, pero, mediante un acuerdo de todas las corrientes, decidió postergarlo para 2024. La discusión de una nueva postergación empieza a asomar.

    Varios dirigentes consultados por Búsqueda coincidieron en que será un punto ineludible en la Mesa Representativa de diciembre. Las corriente comunista y Articulación son en principio partidarias de que el congreso se haga en 2025. En Lucha no tiene una posición tomada.

    Para Sommaruga, que integra la coordinación de sindicatos conocida en la interna del PIT-CNT como “grupo de los 8”, lo ideal sería que se hiciera en 2024. “Estaríamos yendo dos años más allá de lo que dice el estatuto”, dijo a Búsqueda. Sin embargo, reconoce que no hay demasiado margen para que el congreso se realice sin distorsiones. Debería ser en abril o mayo, antes de las elecciones internas. Al margen del clima electoral, el PIT-CNT está inmerso también en la campaña de recolección de firmas para el plebiscito sobre seguridad social.

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    2023-11-16T00:38:00