Al mismo tiempo, Argentina y Brasil aún tienen soja sin vender y aunque el precio del producto baje a valores cercanos a U$S 360 la tonelada, “no se espera que la superficie en el Mercosur disminuya significativamente”.
“Para el caso de Brasil, además, se siguen sumando estimaciones de incremento de área de soja, en detrimento de la ganadería y del cultivo de arroz”.
“El cambio será fuerte para los productores del Mercosur, cuyos costos de producción no se espera que bajen en la misma proporción que el precio de la oleaginosa”, proyectó Mosca.
“Si bien hay señales alcistas a mediano plazo (incremento poblacional, aumento en el consumo de cereales y carne, crecimiento en los ingresos por habitante de algunas economías emergentes) las señales alcistas del corto plazo no aparecen”, advirtió.
“Todo indica que la agricultura mundial está ingresando en un período donde los precios oscilarán en niveles más bajos que los últimos años”. En otras palabras, “finalizó un período de precios al alza”, apuntó el informe.
Cifras proyectadas
El especialista reconoció en su disertación en Fucrea que ninguna de las “diez mil” alternativas buscadas para poder generar ganancias terminó de funcionar y profundizó en los números estimados para la próxima zafra, que no muestran un panorama alentador.
Con las perspectivas de precios, costos y rentas actuales, la producción de soja de primera en la próxima zafra generaría un margen inferior a U$S 0. Más precisamente, cultivar esta oleaginosa implicaría pérdidas del entorno de los U$S 25 por hectárea para el productor.
El producto bruto proyectado para la soja de primera en el próxima zafra se ubicaría por encima de los U$S 1.000 por hectárea. Los costos, en tanto, girarían en torno a los U$S 700 y la renta estaría cercana a los U$S 360 por hectárea, con un precio de venta de U$S 360 la tonelada.
En el caso de la soja de segunda, se presenta un panorama de márgenes similares, también cercanos a los U$S 0 por hectárea.
Para el maíz de primera se proyectan pérdidas de U$S 170 por hectárea. El producto bruto interno estimado es de U$S 1.300 la tonelada, los costos de U$S 1.100 y la renta cercana a los U$S 400.
Para la zafra 2014/2015 los precios proyectados para el maíz son de U$S 200 la tonelada.
Particularmente para el sorgo de primera también se esperan pérdidas de U$S 180 por hectárea con un precio proyectado de U$S 160 la tonelada. En todos los casos las proyecciones para los cultivos de verano son con rentas negativas y es en el caso de la soja donde igualmente los números se presentan menos dramáticos.
Resultados de la zafra anterior
En Uruguay, en la zafra 2013/2014 la soja de primera registró su mejor desempeño en el litoral norte y en el litoral sur. En ambos casos giró en torno a los 2.800 kilos por hectárea, mientras que en el sureste y en el centro el resultado fue de 2.400 kilos por hectárea. En el noreste esta cifra fue bastante menor y se ubicó en los 1.570 kilos por hectárea.
El producto bruto para estos cultivos fue de U$S 1.350 por hectárea y el costo de producción de U$S 730 por hectárea. El mayor porcentaje de esta cifra fue explicado por los gastos de agroquímicos y semillas, seguido de servicios de precosecha y poscosecha. La renta, en tanto, se situó en los U$S 470 por hectárea, lo que dio un margen de ganancia del entorno de U$S 135 . El precio de venta fue de U$S 475 la tonelada.
Entre 2010 y 2014, el rendimiento promedio de la soja de primera para el litoral sur fue de 2.900 kilos por hectárea. En el litoral norte, en ese mismo período, el promedio del rendimiento fue de 2.800 kilos por hectárea. En tanto que en el centro la cifra fue de 2.300 kilos por hectárea.
La soja de segunda, por su parte, logró un rendimiento similar en el litoral norte y en el litoral sur, de 2.100 kilos por hectárea en el primer caso, y 2.250 kilos en el segundo. En el centro el rendimiento fue de 1.670 kilos. El sureste registró el peor resultado de toda la zafra en este cultivo y apenas llegó a los 1.300 kilos por hectárea.
En la zafra 2013/2014, en la soja de segunda, el producto bruto por hectárea se ubicó un poco por encima de los U$S 1.000, algo menor que la soja de primera. Sin embargo, el margen de ganancia fue mayor y ascendió a los U$S 220.
Eso se explicó principalmente porque la renta fue de U$S 200, una cifra inferior en comparación con la soja de primera.
A su vez, los costos de producción fueron algo más bajos en comparación con la soja de primera y se situaron en los U$S 600. El porcentaje del gasto en agroquímicos en este caso fue el mismo que el destinado a los servicios precosecha.
Entre 2010 y 2014 el rendimiento promedio de la soja de segunda en el litoral sur fue de 2.100 kilos por hectárea. Una cifra similar al desempeño del litoral norte y el centro, donde se registró un rendimiento cercano a los 2.000 kilos por hectárea en ambos casos.
El sorgo de primera tuvo el mejor rendimiento en el litoral norte y en el litoral sur, donde llegó a 5.200 kilos por hectárea. En el centro el rendimiento fue de 4.600 kilos, una cifra similar a la del sureste, donde fue de 4.800 kilos por hectárea. El producto bruto fue apenas superior a los U$S 800. Tanto los costos como la renta ascendieron a una cifra superior a los U$S 400.
Teniendo en cuenta estos datos, el sorgo no tuvo margen de ganancia e implicó pérdidas cercanas a los U$S 200 por hectárea.
En el período comprendido entre 2010 y 2014, el sorgo de primera tuvo un rendimiento de 4.900 kilos por hectárea en el litoral sur. En el litoral norte fue de 4.600 kilos por hectárea y en el centro de 4.300.
El sorgo de segunda, por su lado, tuvo un peor desempeño en el rendimiento. En el litoral sur se cosechó un promedio de 3.900 kilos por hectárea, mientras que en el centro y en el litoral norte la cifra fue de 3.800 y 3.300 kilos por hectárea, respectivamente. El sorgo de segunda, a su vez, fue el más barato de producir, con un costo de producción apenas superó U$S 500 por hectárea.
Por su parte, el maíz de primera tuvo un rendimiento que giró en torno a los 4.600 kilos por hectárea, con poca diferencia entre las distintas zonas del país.
No obstante, este cultivo generó pérdidas de U$S 500 por hectárea, lo que fue explicado porque el producto bruto fue de U$S 1.000 por hectárea, una cifra algo inferior a los costos de producción, que se situaron un poco por encima de los U$S 1.000. El costo en agroquímicos implicó la mitad de este porcentaje, al tiempo que los gastos en los servicios de precosecha y poscosecha explicaron el resto. A este margen negativo, además, se le sumaron los U$S 500 de renta por hectárea. El precio de venta fue de U$S 220 por hectárea.
En el litoral sur, el maíz de primera tuvo un rendimiento promedio de alrededor de 5.900 kilos por hectárea en el período que va desde 2010 hasta 2014. En este mismo lapso en el litoral norte se registró un promedio de 5.800 kilos por hectárea, mientras que en el centro fue de 4.700 kilos.
En la zafra 2013/2014, el maíz de segunda, a diferencia del de primera, registró distintos rendimientos en función de la zona del país en donde se cosechó. Mientras que en el centro estos cultivos tuvieron un rendimiento de 2.180 kilos por hectárea, en el litoral sur la cifra ascendió a casi el doble llegando a 4.290 kilos por hectárea. En el litoral norte, en tanto, el rendimiento se ubicó en los 3.500 kilos por hectárea.