• Cotizaciones
    jueves 19 de junio de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Fuga de Marset pone en entredicho la cooperación policial entre Uruguay y Bolivia

    Las fotos y los videos se viralizaron hasta en los portales deportivos. Con la camiseta número 23, Sebastián Marset jugó varios partidos de fútbol en una liga local de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. Era uno más del equipo, listo para marcar, hacer faltas, ir a buscar un rebote, festejar arrodillado con sus compañeros y hacer bromas mientras se cambiaba en la tribuna. Se lo veía alegre, relajado, cómodo, tanto que no tenía problemas en aparecer en fotos para Facebook o videos para TikTok. A la vista de quien no lo conociera, no había ningún indicio de que se trataba de un fugitivo internacional acusado de ser uno de los grandes players del narcotráfico en el Cono Sur y buscado por Interpol hace un año y medio. Marset estaba tan seguro que mantenía el mismo corte y color de pelo y la misma barba de pocos días con la que su rostro se hizo conocido en toda la región. El único cambio es un tatuaje que le cubre todo el cuello.

    El domingo 31 la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) de Bolivia fue a atraparlo en el marco de un megaallanamiento, pero escapó una hora antes en una camioneta con su mujer y sus tres hijos. Hoy es buscado por más de 2.000 agentes.

    La manera en que huyó y sobre todo en que vivió tranquilamente en Santa Cruz provoca una obvia sospecha. Residía en una enorme casa de dos pisos y tenía a disposición más de 31 vehículos. La casa estaba en plena ciudad. Fuentes policiales uruguayas consultadas por Búsqueda aseguraron que los narcos suelen evadir las capturas cuando están en lugares más alejados de lo urbano —selvas, montañas—, donde sus anillos de seguridad detectan movimientos con kilómetros de anticipación.

    Por este y otros aspectos es que les llama la atención la “facilidad” con la que residió en Santa Cruz pese a ser una de las personas más buscadas de la región.

    Imagen de un video compartido por Sebastián Marset tras escapar de la Policía

    Marset grabó un video difundido en medios bolivianos donde directamente agradece al director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico por darle tiempo para fugarse. “Gracias a la ayuda del director de la Felcn logré irme, porque él me avisó que el ministro ya había dado orden de aprehensión contra mí”, dijo.

    Uruguay estaba al tanto de que Marset, quien forjó su carrera internacional de las drogas instalándose alrededor de 2018 en Santa Cruz, había retornado a Bolivia. “Dentro de lo que les puedo contar, porque hay estrategias de seguridad compartidas, se informó hace un tiempo que se tenía el dato de que estaba en Bolivia”, dijo el lunes 31 el presidente Luis Lacalle Pou en conferencia de prensa. “Celebramos el operativo. Nosotros estamos coordinados hace unos cuantos meses con el ministro de Bolivia y con el ministro de Paraguay”, añadió el mismo día el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, a Telemundo.

    Ayer miércoles en conferencia de prensa el ministro del Gobierno de Bolivia Eduardo del Castillo afirmó que se enteró de que Marset estaba en Santa Cruz el 16 de junio, a través de Heber. Contradijo de esta manera al ministro del Interior de Paraguay, Federico González, quien dijo a Radio Monumental que ya en febrero informó a Bolivia de la presencia del narco en esa ciudad.

    Marset es requerido por la Justicia de Paraguay desde marzo del año pasado. En Uruguay la Policía ha realizado monitoreos a los movimientos de su familia en Montevideo, pero desde un inicio creyeron “una utopía” que pudiera regresar al país y consideraron que su primer destino al abandonar Paraguay fue algún país de África, donde generó conexiones a través de los despachos de cocaína que llegan allí previo al desembarco final en Europa. Otra de las hipótesis era que, si volvía a América del Sur, el rumbo iba a ser Bolivia, donde los índices de corrupción policial son más altos.

    Las fuentes señalaron que para la Policía de Uruguay eso supuso un problema por la histórica falta de enlaces con sus pares bolivianos. La comunicación tuvo éxito hasta 2008, mientras en Bolivia operó la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, que oficiaba de intermediario. Ese año el presidente Evo Morales expulsó a la DEA del país y las líneas policiales con Uruguay quedaron cortadas. Lograron recuperarse a través de la Policía Federal de Brasil, con quien Uruguay sí tiene enlaces fuertes y que se volvió más pendiente del narcotráfico en Bolivia por la acción de organizaciones criminales brasileñas en ese país, uno de los tres mayores productores de cocaína en el mundo.

    Sin embargo, en 2020 los contactos cayeron por un mal común que afecta a las policías de toda la región, donde el relacionamiento depende de las personas y no de los organismos. En la actualidad la Policía de Uruguay sí mantiene un intercambio confiable con Argentina, Brasil y Paraguay, con quien la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas logró activar un vínculo en 2021 a través de la DEA, que la puso en contacto con la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) paraguaya justamente para desbaratar la operación regional de Marset y sus socios.

    Despersonalización

    El 15 de junio los jefes de las policías y fuerzas de seguridad del Mercosur se reunieron en Buenos Aires y la necesidad de profundizar la cooperación regional fue el tema principal. Según surge del acta del encuentro, a la que accedió Búsqueda, el comandante de la Policía Nacional de Paraguay, Gilberto Fleitas Comán, reclamó la “institucionalización” de las relaciones entre las agencias “y la despersonalización de los vínculos de modo tal que estos perduren”. Añadió que es “oportuno superar la etapa embrionaria vinculada más que nada al intercambio de información y formalizar instrumentos que permitan superar las barreras de la frontera en pos de la investigación de organizaciones criminales”.

    Su posición fue apoyada por Andrei Augusto Passos Rodrigues, director general de la Policía Federal de Brasil, quien tras realizar una exposición sobre la actualidad de las bandas criminales de su país y su expansión a otros Estados de la región enfatizó “en la necesidad de la integración entre las fuerzas policiales de los distintos países para enfrentarlas”. En concreto, Passos Rodrigues destacó la vigencia y la funcionalidad del CCPI como ejemplo de alianza internacional y “pidió avanzar en la conformación de Ameripol”.

    El Centro de Cooperación Internacional (CCPI) es un organismo internacional de inteligencia con base en Río de Janeiro al que Uruguay se unió el año pasado debido a la expansión en el país de grupos criminales con base en Brasil. Entre estas bandas están Os Manos y Tauras, que operan en Rivera, y la muchísimo más potente PCC, que tiene presencia global y por ahora un posicionamiento pasivo en cárceles uruguayas.

    Por su parte, la Comunidad de Policías de América (Ameripol) es un mecanismo de cooperación creado en 2007. La herramienta nunca despegó y la Unión Europea impulsó su relanzamiento el año pasado. Brasil pretende que Ameripol comience a ejecutarse en el territorio.

    En el encuentro de jerarcas policiales del Mercosur todos coincidieron en que las fuerzas de seguridad requieren de más fluidez y colaboración común ante un panorama criminal transnacional que las supera. La Gendarmería Nacional de Argentina describió el “desarrollo de organizaciones criminales en el país, poniendo de relevancia la necesidad de coordinar y cooperar entre las instituciones policiales de la región del Mercosur, para desbaratar estas organizaciones”. En la misma línea argumentaron la Policía Federal, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria de Argentina.

    El director de la Policía Nacional de Uruguay, José Manuel Azambuya, hizo hincapié en elaborar legislación que permita actuar y amparar el avance de investigaciones conjuntas entre países.

    Paradero

    En Bolivia, Marset se paseaba socialmente sin mucho disimulo, aunque con el cuidado de presentar al menos dos identidades falsas: Luis Paulo Santos Amorim y Gabriel de Souza Beumer.

    El domingo 30 las autoridades realizaron ocho allanamientos en diversos inmuebles en los que se encontraron armas, marihuana, automóviles y documentación variada. El fiscal departamental de Santa Cruz, Róger Mariaca, indicó que, además del delito de tráfico de sustancias controladas, se amplió la investigación de Marset por los delitos de secuestro y falsedad material. “Demostramos fielmente nuestro compromiso en la lucha contra este ilícito. Nuestra gestión en el combate al narcotráfico es constante y firme”, afirmó en redes sociales el ministro Del Castillo.

    Mientras la búsqueda continúa y las investigaciones avanzan, las autoridades policiales y fiscales uruguayas aguardan. La Policía tiene indicios de que Marset se mantuvo activo en envíos de cocaína a Europa y analiza su rol en la Operación Titanes, que frustró en julio una carga de 265 kilos desde el Puerto de Montevideo. La investigación está centrada en el supuesto de que la droga provino de Bolivia y que uno de los nexos de Marset era Jorge Pérez Bentancur, empresario exportador uruguayo que fue arrestado en la operación y que ya había sido condenado con prisión en 2012 por tráfico de cocaína. Fuentes judiciales afirmaron que por ahora no hay pruebas de la participación de Marset, pero se sigue con atención las novedades desde Bolivia porque pueden surgir evidencias para que la Justicia uruguaya también pida su captura.

    El martes 31 el diario boliviano El Deber informó que la Fiscalía de Paraguay cree que en los últimos cuatro años Marset movilizó alijos de cocaína por un valor que supera los US$ 500 millones. La conclusión de las distintas agencias de la región es la misma: el narco tiene contacto directo con los productores bolivianos de cocaína y coordina la logística para la salida de la droga a Europa, sacándola a Paraguay y luego por la hidrovía Paraná-Paraguay hasta el mar abierto en buques contenedores, con socios e intermediarios que le permiten el transporte, el acopio y la exportación, entre ellos el PCC de Brasil.