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Regresar a alguien de la muerte no es fácil. Más cuando el 80% de los paros cardiorrespiratorios (PCR) ocurren fuera de un servicio asistencial de salud. Más cuando seis minutos es el tiempo considerado crítico para que las funciones cerebrales puedan mantenerse. Según estadísticas internacionales, con cada minuto que pase luego de ese umbral las posibilidades de éxito, que ya de por sí son muy menguadas, se reducen un diez por ciento.
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En el ámbito médico se habla de la “cadena de la vida”. Si quien se desvaneció está solo (como en su casa), realmente no hay mucho por hacer. Si hay alguien que llame a una emergencia, debe averiguar si la víctima está lúcida o si respira. Mientras llega la ayuda, la persona que pueda asistirlo debería practicarle técnicas de resucitación cardiopulmonar (RCP) manuales. Recién después llegará el momento en que profesionales de la salud empleen, sucesivamente, desfibriladores externos automáticos (DEA), transporte en ambulancia y, finalmente, CTI.
Se estima que la llamada “muerte súbita” causa entre 3.000 y 4.000 fallecimientos anuales en Uruguay, dijo a Búsqueda la directora ejecutiva de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, Laura Garré. Este es un paro cardíaco inesperado en una persona que hasta un instante antes parecía gozar de buena salud, muchas veces a causa de enfermedades presentes pero no diagnosticadas. Estos datos son estimativos, ya que no hay un registro nacional de estos episodios. Saber cuándo y cómo ocurren es considerado un paso necesario para la implementación de mejores políticas.
Justamente, la actual directiva de la Comisión Honoraria de Salud Cardiovascular, que a causa de la pandemia recién quedó constituida este año, está trabajando en un proyecto para un registro nacional de PCR. “Estamos avanzando, queremos registrar los paros extrahospitalarios. Ya estamos en contacto con el Ministerio (de Salud Pública, MSP)”, indicó Garré.
Alejandro Cuesta, delegado del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) en esa comisión, señaló que si bien este proyecto “está en pañales” esperan que esté definido en las próximas semanas.
Accesos y lejanías
Entre las cosas que este registro podría cuantificar está el éxito de la tasa de reanimación a escala nacional. A principios de mes, la Unidad Coronaria Móvil (UCM) presentó en la sede del MSP el programa El Valor de una Vida, con el que aspiran a duplicar ese indicador actual. Esta empresa de emergencias, cuya área de cobertura está en Montevideo y zona metropolitana, señaló entonces que hoy maneja una tasa del 16% de reanimación en personas que han sufrido un PCR fuera de ámbitos hospitalarios. Su gerente asistencial y director técnico, Ruben Martínez, dijo entonces que es posible subir ese índice a 35%, “lo que sería inédito a nivel mundial”.
El programa incluye la puesta en circulación de 40 DEA más en su flota de móviles —no solo en las ambulancias— y ampliar los cursos de reanimación, de tres horas de duración, a todos los socios de la compañía que lo soliciten. Según dijo a Búsqueda el gerente de relaciones institucionales de UCM, Jorge Díaz, en un futuro se ofrecerá capacitar a la población en general.
A escala mundial, indica Cuesta, la tasa de reanimación en estos casos está entre el 5% y el 7%. Así de difícil es regresar a alguien de la muerte. El delegado del SMU en la comisión —que avaló la iniciativa de UCM— afirma que la sobrevida a un paro está directamente relacionada con su cercanía a un DEA. “Si el acceso es rápido, la sobrevivencia llega al 50% o 60%. Los números en Uruguay están bien porque la mitad de la población está en Montevideo, donde hay buen acceso a esta tecnología”, expresó.
La comisión diseñó una aplicación para celulares llamada Cerca que geolocaliza al usuario y le indica los DEA cercanos. La macrocefalia de Montevideo, y más aún su zona costera, adquiere en este tema un nuevo significado. Una persona ubicada en el Centro, la Ciudad Vieja o Pocitos se ve rodeada de corazones verdes que delatan la presencia de desfibriladores. Al norte y al oeste del departamento estos están más salpicados.
Si bien Garré destaca que ninguna institución está obligada a registrar su DEA para incluirlo en esta aplicación, es notorio que en el resto del país su presencia es mucho más escasa, más allá de la capital o Maldonado y Punta del Este. En localidades como Salinas o Durazno directamente no aparece ninguno.
El decreto 330 de 2009, que reglamenta la Ley 18.360 de 2008, referida a la instalación y uso de los desfibriladores externos automáticos, establece que están obligados a tener estos artefactos prácticamente todos los lugares cuya circulación o concentración por día alcance las 1.000 personas mayores de 30 años y que estén ubicadas en zonas asistidas por emergencias médicas, así como en otros lugares donde no exista esta asistencia pero cuya circulación diaria llegue a las 200 personas.
El control de esta ley le compete al MSP. Según Cuesta, esto funciona “muy mal”, más allá de que las empresas afectadas “en general” cumplen la ley. “El control funciona a empujes, cuando pasa algo. Eso es un problema a solucionar”, indica.
La Comisión de Salud Cardiovascular tiene registrados unos 2.000 aparatos de DEA en todo el país, aunque no tiene información actualizada sobre el estado de las respectivas baterías. Según Díaz, “el 70% de los pacientes (que sufren un PCR) se pueden beneficiar de un desfibrilador”. Esto se debe a que estos aparatos “analizan” si los pacientes se verán beneficiados de una descarga eléctrica que pueda volver a poner el corazón en funcionamiento, agrega. En tres de cada 10 casos ya no hay nada que hacer desde el arranque.
A su vez, Garré indicó que la comisión ha realizado “unos 100.000 entrenamientos en resucitación cardíaca” desde 2009.
La concentración de población en Uruguay en el sur y su tamaño es una ventaja, dicen los médicos, pese a que el notorio incremento del parque automotor en Montevideo y zona metropolitana conspire en esta carrera contra el tiempo. Es una carrera donde va a haber perdedores.
“Nunca va a haber un DEA en medio de un poste en el medio de un campo. Cuanto más lejos se esté de un lugar con asistencia, menos chance de vivir. En el área de la salud, por más antipático que suene, todas las medidas se toman en términos de costo y eficacia”, dijo Cuesta a Búsqueda.