Sin embargo, el número de empresas que participaron de los programas de subsidio del instituto estuvo lejos de la expectativa y la meta que se había trazado. Más allá de los números, ese tema genera “amplio debate” puertas adentro de la institución sobre cómo mejorar los instrumentos de apoyo y procesos de postulación para que más firmas acudan a ellos para fortalecer su gestión, dijo a Búsqueda el director general del Inefop, Pablo Darscht.
En 2022, casi 50.000 personas (49.666) iniciaron cursos contratados por el Inefop a distintas entidades de capacitación (Ecas), informó el jerarca. “Estamos muy satisfechos, aumentó mucho la cantidad de personas atendidas”, señaló Darscht. El incremento surge al comparar contra las 33.000 personas registradas en 2021, un año en el que regían restricciones sanitarias por la pandemia y en el que el instituto recibió menos demanda de formación.
En esos totales no se contabilizan las 60.000 capacitaciones de personal de la salud que se realizan todos los años por un convenio con el Ministerio de Salud Pública, que tiene un componente salarial.
Desde 2021 el instituto cambió la forma de contabilizar su actividad. En lugar de considerar cantidad de cursos registra el número de personas a las que financia capacitaciones, por eso no es posible hacer un comparativo de más largo plazo.
En 2022, de las casi 50.000 personas, 22.800 fueron capacitaciones iniciadas por desocupados, lo que Darscht calificó como “récord” para el instituto. Además, unos 20.000 activos se inscribieron a cursos, un nivel “muy alto”, dijo.
Del total de cursos y talleres impartidos en el año, 35% fueron presenciales o semipresenciales, y el 65% restante fue formación totalmente a distancia. En esa última modalidad, por ejemplo, entran las clases virtuales sincrónicas que imparten las entidades de capacitación a través de plataformas como Zoom y los cursos autoadministrados en línea como los de Coursera. Ese dato muestra una “tendencia clarísima” en el tipo y modalidad de formación hacia donde avanza el mundo, en general, y a la que el Inefop está apuntando, señaló su director. El aumento de cursos virtuales redujo el costo de capacitación promedio por participante. En 2022 fue de $ 10.500, 30% menos que en 2021.
De cada cinco personas que comienzan una capacitación de Coursera la termina una (20%), una proporción “alta a nivel internacional”, dijo Darscht. Argumentó que la presencialidad no asegura mejores tasas de retención o finalización del curso, según los datos que analiza el instituto en los últimos años.
A grandes rasgos y bajo cualquiera de las modalidades, un tercio de quienes en 2022 tomaron cursos fueron hombres y el resto mujeres. A su vez, la proporción de personas que se capacitó disminuye según la edad: 25% tenía 24 años o menos, 17% entre 25 y 30 años, 15% entre 30 y 35 años, y así sucesivamente. Hubo 2% de adultos mayores de 70 años que participaron de estos ámbitos.
En cuanto a la distribución en el territorio, la mitad correspondió a residentes en Montevideo y la otra se distribuyó en el resto del territorio, con más participación en Maldonado, Canelones, Colonia, Salto y Paysandú.
Para el 2023, Darscht comentó que se prevé un incremento leve en algunas de las metas trazadas para el año anterior pero “sin cambios sustanciales” en las cantidades.
A su juicio uno de los mayores desafíos del instituto es “seguir mejorando la calidad” de los cursos y los procesos de evaluación de las propuestas de formación que presentan las Ecas.
Consideró que el hecho de que no se presenten ofertas de capacitación por parte de algunas entidades “de renombre” en el mercado es una señal de que la remuneración o la evaluación que hace la institución “no es buena”. En esa línea, dijo que el Inefop está trabajando en un programa de “fortalecimiento” de las Ecas que apunta a aspectos pedagógicos pero también de fortaleza empresarial de dichas entidades de formación.
Empresas
La meta del Inefop era potenciar la promoción y gestión de los recursos humanos en 1.700 empresas en el 2022 y que al menos 1.500 finalizaran las capacitaciones apoyadas.
Pero al pasar raya, las cifras no fueron satisfactorias: se llegó a 1.269 firmas, de las cuales 703 terminaron los cursos y talleres, informó Darscht. A su vez, se había planteado que 600 empresas fueran del interior del país, pero eso sucedió en 232 casos.
“En el área de empresas es donde hemos tenido más dificultades con alcanzar las metas, es un área que tenemos que desarrollar, no estamos conformes con los resultados”, evaluó.
“Mi percepción es que no tenemos instrumentos buenos, ágiles y bien comunicados para que las empresas los utilicen. Los matices vienen a la hora de sentarse a ver cuál sería el problema, si es exclusivamente el porcentaje de subsidio o es de diseño del instrumento de apoyo”, añadió. “No hemos logrado generar otras alternativas novedosas, no lo puedo decir en tercera persona... No logramos un espacio de discusión de este tema”, reconoció.
Darscht informó que desde el Poder Ejecutivo se propuso un mecanismo de reembolso de costos de capacitación que sería prácticamente automático, pero que no se llegó a tratar. “En general, estos temas se conversan y cuando hay voluntad se tratan y se aprueban”, señaló.
“Tenemos que hacer una readecuación de los instrumentos, hemos venido conversando y discutiendo. Los subsidios y la forma de aplicar pueden ser un combo que funcionen como un desincentivo”, dijo a Búsqueda Gerardo Garbarino, director del Inefop en representación del sector empresarial por parte de la Cámara de Industrias (CIU). Apuntó que la intención es trabajar este año con la nueva gerencia del Área de Empresas para rever y fortalecer las herramientas.
Sobre la propuesta planteada por Darscht, Garbarino manifestó diferencias conceptuales. Planteó que “generar una devolución sobre una capacitación brindada erosiona los instrumentos de subsidio” que tiene el instituto.
Recordó que, aunque no estuvo de acuerdo, al inicio de la gestión de Darscht dio un “voto de confianza” a un piloto que en los hechos implicó una reducción del monto total de subsidio que las empresas pueden recibir. “Pero se mantuvo hasta ahora, porque cambiar decisiones tomadas cuesta mucho en el Consejo Directivo” del instituto, alegó Garbarino.
Las empresas pueden solicitar un programa o tipo de capacitación al Inefop, que lo estudia y aprueba o rechaza en su Consejo Directivo. Si se aprueba, el subsidio o apoyo que la empresa recibe del instituto varía de acuerdo al tamaño de la firma. En el caso de las grandes, el instituto otorga un apoyo de 30% del costo de capacitación, y si es pequeña o mediana llega a 75%. Antes, los porcentajes de subsidio eran mayores: iban entre el 50% y el 80%, recordó Garbarino.
“Hoy no estamos en los números (de capacitaciones) que quisiéramos. Me ha llegado, como representante de la CIU, el comentario que como bajaron los subsidios ya no hay un incentivo para presentar capacitaciones. No hay una demanda tan fuerte. Pero la capacitación y la adecuación a las nuevas modalidades de trabajo son fundamentales para mejorar la gestión. Y desde el instituto tenemos todas las posibilidades para generar una propuesta que permita mejorar el resultado y repercusión en las empresas, para lograr que se tome al Inefop como referencia y como aliado”, añadió.
Garbarino dijo que en 2021 se había llegado a 1.740 empresas, por encima de la cifra que se alcanzó en 2022 informada por Darscht.