Integrantes de Cabildo Abierto cuestionan “verticalazos” de una “cúpula militar” que controla las riendas partidarias

escribe Juan Pablo Mosteiro 
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Guido Manini Ríos se ha cansado de repetirlo: “Cabildo Abierto no es un partido militar”. Y argumenta que los más de 280.000 votos que obtuvo su fuerza política en octubre no se pueden explicar solo por la llamada “familia militar”. Sin embargo, en algunos sectores de Cabildo Abierto (CA) crece el descontento entre quienes advierten que tras las elecciones hubo un cambio en la conducción política, que se distanció de las bases y comenzó a aplicar “verticalazos”, con menos espacios de participación y consulta. Algunos cabildantes señalan, además, la injerencia “cada vez más notoria” de un grupo de militares retirados afines a Manini Ríos, que funciona por fuera de las estructuras partidarias y “bajan línea constantemente”, como si fuera “un cuartel”.

“Entré a Cabildo Abierto porque apostaba a un cambio, confiada en un partido nuevo con un discurso artiguista y un caudillo con una conducción destacada en el Ejército que prometía orden y justicia social. Todo eso representó Manini para un montón de gente. Pero después de las elecciones se cayeron las caretas y se vieron las caras, y los uniformes”, dijo a Búsqueda Alba Berreta, quien fue candidata a diputada por CA en Colonia. “Es un secreto a voces que en Cabildo manda un grupo militar, y no son milicos rasos, son oficiales con galones que se reúnen como en un casino a resolver y ordenar a ‘la tropa’. Pero yo soy civil, no militar, y en un partido político nadie me puede obligar a acatar sin pensar ni discutir abiertamente. Por eso nos fuimos, porque el partido nos decepcionó, nos traicionó, dejó de ser un verdadero cabildo abierto para convertirse en algo donde manda una cúpula militar que se rige por órdenes y verticalazos, como en el Ejército, y después hay una pantalla civil más bien decorativa”, explicó.

Otros dirigentes cabildantes del interior —que pidieron no ser citados por sus nombres ni cargos por temor a represalias— coincidieron en sus críticas y señalaron una deficiente comunicación interna. Un referente de una agrupación del interior contó que no logra establecer desde hace meses “un canal de comunicación sencillo” con las autoridades del partido. “La dirección política ya no se rige con espíritu artiguista, porque el artiguismo es pluralismo: ‘Mi autoridad emana de vosotros…’. Y acá solo emana de algunos militares que digitan hasta los cargos”, dijo el dirigente que transmitió su preocupación a Manini Ríos, sin suerte.

María Noel Olivera Peiró, dirigente desvinculada días atrás de una agrupación de CA en Durazno, dijo estar al tanto de “la disconformidad de algunos cabildantes con decisiones partidarias y problemas que antes se resolvían de manera más horizontal. Había un montón de gente que quería algo nuevo y ahora se está dispersando, porque evidentemente no está de acuerdo con ciertas líneas de acción”, sostuvo, aunque aclaró que su alejamiento obedeció a otros motivos, más personales que políticos.

El 27 de junio, el senador y líder de CA, Manini Ríos, advirtió en una videollamada con sus adherentes que hay dirigentes de CA que actúan con “deslealtad” y dan a entender que la conducción política “ha perdido todo contacto con el partido”, cuando “nada de eso es cierto”, según recogió Búsqueda. También negó que en CA exista “una especie de estructura paralela” que opere tras bambalinas “para dirigir al partido”, aunque reconoció “rispideces” en departamentos como Colonia, Florida, Durazno o Salto.

De Cabildo Abierto a cabildo cerrado

Al igual que sus pares del interior, referentes de agrupaciones cabildantes de Montevideo también cuestionaron la existencia de un grupo militar conformado por excamaradas de promoción de Manini Ríos, como un espacio que opera “en forma paralela” a la estructura partidaria, que encabeza el teniente coronel retirado Eduardo Radaelli, presidente de la comisión electoral de CA y también de la Junta Departamental del partido en la capital.

Según supo Búsqueda, al grupo de militares retirados —también conocido como “el Consejo” o “la cúpula” entre cabildantes— lo integran, además de Manini Ríos y Radaelli: los coroneles retirados Raúl Lozano, senador y vicepresidente de CA; Rivera Elgue, subsecretario de Defensa Nacional; Enrique Montagno, vocal de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE); Hugo Arce, secretario personal de Manini Ríos en el Senado; Gabriel Albornoz, director general de Secretaría en el Ministerio de Vivienda y presidente del tribunal de disciplina de la Junta Nacional de CA; Emilio Sequeira, coordinador regional del partido; y el mayor retirado Marcelo Pugliesi, director nacional de Minería y Geología en el Ministerio de Industria, Energía y Minería.

La lista es más amplia, pero ese es “el elenco estable”, aseguró un informante próximo a Manini Ríos que también conoce “desde las épocas duras” a estos militares y está al tanto de las reuniones que suelen celebrar en locales partidarios y en domicilios particulares. “Eduardo (por Radaelli) manda, pero las decisiones son colectivas; él es más ejecutivo que de ideas, es como el gerente del grupo, y tiene fama de duro porque estuvo preso —por el caso Berríos—, y eso suma en sus códigos, pero intelectualmente otros destacan más”, afirmó.

Este “afiliado” de primera línea sostuvo que los integrantes del grupo “piensan más o menos lo mismo, la mayoría pertenecen a la Logia Tenientes de Artigas” y tienen una concepción de la política similar al funcionamiento del Ejército, por lo que “bajan línea constantemente”. El informante recordó la entrevista que el coronel retirado Carlos Silva Valiente, presidente del Centro Militar, brindó a Búsqueda meses atrás. En esa oportunidad destacó como una “feliz coincidencia” entre Manini Ríos y su institución la defensa de los “viejos camaradas presos” por violaciones a derechos humanos durante la dictadura (1973-1985), al entender que son víctimas de fallos “injustos”. Esto demuestra, dijo, que “toda la familia militar está en la misma”. “Que salga a decir lo mismo Cabildo, el Centro Militar y el Círculo Militar significa que nuestro sentir es idéntico. Cabildo representa a la familia militar. Somos todo lo mismo”, aseguró a Búsqueda Silva Valiente. Añadió a su vez que “Cabildo es la culminación de una posición favorable de la población uruguaya hacia las Fuerzas Armadas” y subrayó la nutrida presencia de militares en la administración, “como no sucedía desde hace mucho tiempo” en Uruguay.

Esta postura es compartida por el ala civil del partido. Marcos Methol, miembro fundador de CA (suplente de Guillermo Domenech en el Senado y segundo suplente de Elsa Capillera en Diputados) y redactor responsable del semanario La Mañana, ve “positivo que vuelva” esta presencia de militares retirados a ocupar cargos. “Siempre en su justa medida y en forma equilibrada”, porque “no es bueno que sean todos militares, ni todos abogados o psicólogos”, afirmó Methol en una reciente entrevista con el semanario Voces.

Legisladores del gobierno observan con “preocupación y atención” tanto las decenas de designaciones de militares retirados en dependencias del gobierno como el relacionamiento en general con CA, por su “estilo de conducción” y por tratarse de un grupo “cerrado”, “desconfiado” y propenso a “teorías conspirativas”, según dijeron a Búsqueda fuentes del Partido Nacional.

Ya en octubre, Michael Castleton, exasesor de CA, quien mantiene admiración por Manini Ríos, explicó a El Observador que se desvinculó de esa agrupación política al darse cuenta de que en paralelo a la figura del ex comandante en jefe opera “un grupo de militares” que “baja línea y está detrás de todas las propuestas del partido”. “Originalmente, la concepción fue hacer una defensa de la institución del Ejército; eso fue lo que me transmitieron algunos integrantes del grupo”, dijo el también expresidente de AFE en el gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995).

Para Castleton los cabildantes entran a militar al partido atraídos por la figura de Manini Ríos, por su don de liderazgo, su retórica desencantada de la política tradicional y por ser un catalizador del descontento de las Fuerzas Armadas por la reforma de la “caja militar”. “Ven en Manini un nuevo caudillo y es verdad: es un tipo que tiene condiciones excepcionales; es inteligente, de buena presencia, trasluce rectitud y honestidad y habla relativamente bien”. Sin embargo, dijo al matutino, “la mayoría de los militantes de Cabildo quiere el orden que representa el Ejército, pero no les consta que el manejo total del partido sea por parte de militares”.

Conocedor de la familia Manini Ríos y de “Guido” desde mucho antes de que incursionara en política, a lo que lo animó, según supo Búsqueda, Castleton distinguió al conductor de sus camaradas de armas, a quienes también conoce desde hace décadas. En tal sentido, remarcó que el senador tiene una “concepción distinta y mucho más abierta” de la política que su grupo de pares que intenta liderar espacios teniéndolo a él como “equilibrista”, entre lo militar y lo civil. De todos modos, insistió, “no creo que la gente perciba que el partido es manejado por militares”.

Un referente cabildante del interior suscribió: “Yo hice campaña diciendo que Cabildo no era un partido militar, pero ahora vemos que en todas las áreas sensibles hay militares. (...) Si apunto con el dedo a donde sea seguro, aparece un coronel o alguien vinculado al mundo militar. ¡No le erro nunca! Y lo peor es que cuando se dice que ‘Cabildo quiere o no quiere tal cosa’, uno se pregunta: ¿quién es Cabildo Abierto?”.

Información Nacional
2020-07-23T00:00:00