Los mundos de las artes visuales y el teatro se fusionan en el gran espacio subterráneo situado bajo la plaza Fabini.
Los mundos de las artes visuales y el teatro se fusionan en el gran espacio subterráneo situado bajo la plaza Fabini.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl Centro de Exposiciones Subte y la Comedia Nacional unieron esfuerzos para producir La celebración: cuatro actos de teatro sin teatro, una exposición inaugurada a fines de agosto que conmemora los 75 años de la compañía teatral montevideana. El recinto está dividido en cuatro salas más pequeñas que albergan las cuatro instalaciones de los artistas uruguayos Candela Bado, Rita Fischer, Juan Pedro Fabra y Fidel Sclavo. La propuesta del curador Martín Craciun y de la directora del Subte, María Eugenia Vidal, fue conectar el arte contemporáneo local con la historia de la Comedia. Tomar como materiales de trabajo a los grandes referentes del elenco a lo largo del tiempo (una larga lista encabezada por Margarita Xirgu y Pepe Estruch), el acervo tangible y ese legado intangible que se puede condensar en una palabra: tradición. Los artistas contaron con una investigación histórica de la Comedia Nacional encargada a la periodista cultural Fernanda Muslera, convocada por ser la autora del libro Sin maquillaje: historias de la Comedia Nacional en el siglo XXI (Aguilar, 2018). La muestra está abierta de lunes a sábados de 12 a 19 horas con entrada libre. Este fin de semana patrimonial abrirá también el domingo 2 y contará con visitas guiadas a cargo de Muslera a las 12 horas.
Juan Pedro Fabra (Montevideo, 1972), que desarrolla su carrera entre Suecia y Alemania, diseñó un gran montaje con telones, fotografías, maniquíes y pintura abstracta fuertemente inspirado en montajes de los años 80 como Macbeth y Los gigantes de la montaña, de Pirandello. Rita Fischer (Young, 1972), muy asociada a la pintura en el espacio, se inspiró en Barranca abajo y creó un estanque con tierra, cerámica y resinas vegetales. La escultora Candela Bado (Montevideo, 1991) presenta una serie de gotas de cerámica de gran tamaño inspirada en la obra El hombre inventado, la única puesta de Roberto Suárez con la Comedia. La instalación más interesante por sus referencias simbólicas a la Comedia es la de Fidel Sclavo (Tacuarembó, 1960). El reconocido artista, dibujante, diseñador gráfico y escritor, radicado desde hace décadas en Buenos Aires, rescató de los depósitos de la compañía decenas de elementos de escenografía, utilería, vestuario, fotos, programas y dibujos y los expone con leyendas escritas a mano sobre las paredes blancas. Hay sillas de camarín que usaron figuras como Maruja Santullo y Armando Halty. Hay un banco de jardín que dice “Chéjov”. Hay zapatos, sombreros, muletas y bastones. Hay herramientas como un rastrillo que se usó en Fuenteovejuna y utensilios de cocina como cuatro ralladores que simbolizan la obra Cuarteto. Hay un escobillón “que barrió infinitas veces el escenario” y que “se rompió en dos pero el utilero en lugar de comprar uno nuevo lo arregló con cariño”. Hay un afiche hecho por Fidel Sclavo en 1998 para una obra cuya autoría no era recordada por Fidel Sclavo en 2022.
Y también hay un viejo remo de madera con una de las más bellas descripciones del teatro jamás escritas: “Hay que estar un poco loco para subirse a un escenario y hacerse pasar por otro durante dos horas cada noche. Hay que estar también loco para creer que esa persona que ves ahí arriba es un rey, una monja, un condenado a muerte o alguien atormentado por un discurso interior que transforma sus fantasmas en monólogo recurrente. Es un acuerdo entre gente que no está bien. Un contrato entre locos, donde ambos hacen de cuenta que todo es otra cosa. Un pacto silencioso entre soñadores. No tan lejano a la vida, donde proyectamos ser otro del que somos ahora. O como la definición de Lacan sobre el amor, donde uno ofrece lo que no tiene a alguien que no lo necesita. En ese río navegamos. Este remo es el de la nave de los locos”.